1 | Filmado con público en vivo (50s)

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Un día encantador comenzaba en la provincia de Westview, los pajarillos cantaban en armonía, las calles estaban limpias y las personas se encaminaban a realizar sus quehaceres en aquél día. La mañana se abría paso por la ventana, trayendo luz blanca al rostro monocromático de Castle.

—Por favor apaguen la luz —se quejó con la voz ronca, tratando de alcanzar el interruptor, fallando en su intento y cayendo de rostro contra el suelo en un estrepitoso golpe.

El hombre en pijama se despabiló y empezó a mirar a su alrededor, vio el reloj de cuerda en la mesita junto a su cama.

—Oh, no —exclamó cuando se dio cuenta de que iba tarde para el trabajo.

Minutos después, el pelinegro ya listo para irse al trabajo, se encontraba bajando las escaleras. Escuchaba ruido en la cocina e inmediatamente supo de quien se trataba. Abrió la puerta de aquella habitación y se quedó recargado al marco, admirando al pelirrojo que cocinaba mientras silbaba sin preocupación alguna.

—¿Crees que no sé que estás allí, Frank? —preguntó Murdock cuando vertió la verdura que había picado al sartén—. Tu respiración es molesta.

—Molesto será fiarme en tu comida, Matt, ¿estás seguro de que no confundiste la zanahoria con fresas? —cuestionó él haciendo un ademán a sus lentes para ceguera.

Murdock frunció el ceño al escuchar risas provenir de ningún sitio pero aquella paranoia le abandonó instantáneamente.

—Lo estoy —afirmó—, de la misma manera en que me doy cuenta de que traes los botones mal abrochados.

El pelinegro miró hacia su camisa y era cierto, se había saltado un botón haciendo que los demás se desfasaran y se vieran ridículos.

—Ugh, Matthew y sus súper sentidos —se quejó cuando tuvo que reordenar su camiseta dándole la espalda al público...

¿Qué público?, se preguntó el pelinegro pero no se cuestionó.

—Ugh —le imitó Murdock revolviendo la comida del sartén—. Francis y su cerebro menos trabajado que sus músculos.


***


Cuando el desayuno terminó, Frank observó a Murdock levantar los platos.

—Es extraño pero, ¿realmente crees que encajemos bien aquí? —le preguntó el pelinegro.

Matt sonrió—: Pues, mientras no pase lo de la última vez, creo que estaremos bien.

Castle asintió, creyendo que sus palabras tenían todo el sentido del mundo...

—Y, ¿qué pasó la última vez? —cuestionó al darse cuenta del vacío en su mente.

Murdock se quedó con el ceño fruncido y la boca entreabierta, tampoco lo sabía. Nuevamente aquellas risas ajenas se hacían presentes.

—Pues, no sé, ¿la vez que golpeaste a alguien? ¿O cuando descubrieron mis habilidades? —fue la respuesta que atinó a decir.

—Entonces estaremos bien mientras nadie se entere de que puedes escucharlo todo —repuso Castle.

—Y mientras no golpees a nadie.

—Ah, sí, claro —minimizó el pelinegro recibiendo una reprenda del pelirrojo.

—Frank... —le acusó, entonces el reloj en la cocina marcó 

—¡Salvado por la campana! —exclamó el pelinegro antes de salir de la cocina—. Me voy a trabajar, compadre, nos vemos luego.

WandaVision [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora