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Desde que Taeyong ingresó a la escuela y conoció a su grupo tuvo intriga sobre aquel chico que siempre estaba callado y mantenía una expresión neutral ante todo y todos. Tenía curiosidad acerca de él, ¿Por qué era así?, ¿Por qué no intentaba socializar con alguien?, ¿Por qué sentía su mirada encima durante casi todas las clases? Sin dudas todo un misterio para el pelinegro. 

Después de ver el dibujo que estaba haciendo en su cuaderno durante la clase empezó a suponer que esa era la razón por la que sentía su constante mirada, tal vez lo tenía como modelo sin que se hubiera dado cuenta, quizá hasta dibujaba a todos sus compañeros en silencio y no solo él, pero todo era una suposición. Ahora era el momento de obtener respuestas.

Yoonoh se sorprendió mucho de la cercanía que ahora Taeyong estaba teniendo con él. Literalmente de la nada el mayor empezó a acercarse de a poco, primero dirigiéndose a él más seguido, después ofreciéndose a ayudarle con temas de clase que no terminaba de comprender y hasta el punto de que iban juntos a disfrutar de sus recesos en la cafetería de la escuela.

Ahora que podía saber un poco más sobre Taeyong y su personalidad solo se estaba enamorando aún más y eso le asustaba. La razón de esto era que por fin estaba teniendo un progreso convirtiéndose en su amigo y si se empezaban a notar sus sentimientos o si se atrevía a confesar sus sentimientos, que era lo último que haría, sabía que lo más probable era que Taeyong no le correspondiera y así perderían su amistad, cosa que obviamente no quería. Prefería sufrir ocultando sus sentimientos siendo solo un amigo a no tener ninguna relación luego de ser rechazado.

Doyoung por su parte estaba preocupado nuevamente, Yoonoh le había dicho acerca de su triste pensamiento y esto le hacía estar triste igual. Realmente anhelaba ver a Yoonoh feliz junto a Taeyong, la cuestión era que no sabía que hacer para que el mayor lo empezará a ver con otros ojos. Pensó en algo que era probablemente muy arriesgado y echara a perder la relación que Yoonoh le dijo que a pesar de todo quería mantener, pero como bien dicen “el que no arriesga, no gana” y él nunca perdía. 

sib - jaeyong ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora