───En ti, en que mas estaría ocupada mi cabeza si eres una traviesa, Senju ──Heejin acarició la cabellera albina de Senju, dejándolo un tanto desordenado. Por parte de la albina, solo se sonrojó mientras cerraba un ojo al sentir su tacto.
───Jeje... Aun así, no es aburrido estar conmigo ¿Cierto? ──Heejin asintió── ¿Te hago muy feliz? ¿Me quieres? Yo te quiero mucho, Heejin.
Al momento sintió como la rodeaba con sus brazos cortos, puesto que Senju era mas bajita que Heejin, con suerte su barbilla se ajustaba a la perfección en la curva de su cuello── Uhm... Sí, me haces muy muy feliz y te quiero mas de lo que tú a mí ──Senju cerró sus ojos sonriendo ampliamente aun con su sonrojo en sus mejillas.
───Sabes Heejin, eres realmente especial para mí, por favor permanezcamos juntas por siempre.
───Esta bien ──Senju la miró con una mirada llena de vida, como si todo el mundo fuese perfecto y sin problemas. Entreabrió sus labios pareciendo que iba a decir algo, mas no dijo nada y cerró su boca cubriéndolos con sus manos── ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal?
Senju negó con su cabeza aun cubriéndose la boca, su carita estaba completamente roja y su mirada temblaba, mas su brillo no perdió y persistió── Es solo que... Me siento muy ansiosa cuando estoy contigo, pero no de una mala manera sino... Es como si quisiera seguir sintiendo eso.
Heejin no tardó en comprender el sentir de Senju, sabía a lo que se refería pues ella ya había sentido algo similar anteriormente. Pero con Izana── Oh... Que confuso la verdad ¿Realmente te gusta sentir eso? ──Desde que Izana se fue, Heejin no sintió nada similar a lo que cada día iba sintiendo por Izana.
───No sé que es lo que sea, pero te aseguro que no interferirá en nuestra relación... Momento... Dije... DIJE RELACIÓN A REFERENCIA DE NUESTRA... SITUACIÓN COMO AMIGAS O ALGO ASÍ, JAJA, QUE COSAS ¿NO? BUENO, YA ME TENGO QUE IR, TAKEOMI ME LLAMABA, ASÍ QUE NOS VEMOS LUEGO LUEGUITO, CUIDATE ──Con rapidez, Senju se fue casi corriendo dejando con una leve sonrisa a una nostálgica Heejin.
───Lo siento tanto, Senju... Aunque todo se terminó, mi corazón me dice que jamás amaré a alguien más de la misma manera que amé a Izana ──Heejin sonrió cerrando sus ojos. Pero no era una sonrisa tratando de expresar felicidad o algo similar. Era una sonrisa falsa que con el tiempo logró hacerlo sin necesidad de que le ocurriese algo bueno.
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Su personalidad parecía ser la misma, solo que un poco mas madura. Su cabello estaba de un negro intenso, exceptuando la parte inferior del mismo, en la mitad de su cabello para abajo, lo tenía teñido de un blanco albino. Pero estaba teñido por dentro, por fuera estaba negro. Y usaba unos aretes similares a los que alguna vez utilizó Izana, con la diferencia en que la parte donde tenía de rojo, ella lo tenía de color blanco, el punto al centro de color negro y eso era lo único que ella personalizó.
Su ropa de Brahman, tenía puntos blancos, unos mas grandes que otros con puntos negros o mitad y mitad, haciendo referencia al ying-yang.
───Heejin.
La nombrada terminó de rezar abriendo sus ojos, encontrándose con los de un chico que ya hacia tiempo que no lo había visto──......──Iba a hablarle, pero ni siquiera recordaba su nombre, cosa que le pareció penoso porque él si la llamó por su nombre.
───Veo que te uniste a Brahman... ¿Estas bien con eso?
───Deberías saber el porque ──Él simplemente juntó sus manos y empezó a rezar frente a la lapida de Izana. Heejin no se quedó haciendo nada. Al ya haber cambiado las flores, las regó con agua que tenía en una botella que compró antes de entrar al cementerio. Al rato, Mikey separó sus manos y miró con detenimiento a Heejin.
───Senju sabe pelear, lo hace muy bien, sí. Tiene cabellos albinos, sí. Tiene una personalidad seria cuando se trata sobre asuntos de su pandilla, sí... Hay que admitir que son similares en uno que otro aspecto ──Heejin sonrió sabiendo lo que iba a decirle, no era tonta, captaba enseguida a las personas por como la miraban── Pero ella no es Izana.
Sabía que no era Izana, pero se sentía bien cuando estaba con Senju, eso era todo.
───Por cierto... Feliz cumpleaños ──Dicho aquello se marchó.
Sí, Mikey fue la primera y última persona quien le dijo aquello. Nadie sabía y nadie se acordaba de ese día mas sino lo recordaban como el fallecimiento de Kurokawa Izana y Emma Sano, era por ello que Heejin odiaba su cumpleaños.
───Baja del cielo y ven a darme un abrazo... ──Murmuró Heejin sonriendo, ¿Qué era lo que hizo profundizar sus sentimientos hacia Izana? Pues, cada día era una guerra y al finalizar la noche, uno de ellos perdía, gustándose mas y mas, porque sí, a Izana le gustaba Heejin, lo físico que le gustaba de ella eran sus ojos, mas su sonrisa── Já... ──De su bolsillo sacó una perla, cosa que Izana consideró como baratija pero que igualmente compró porque a Heejin le gustó──¿Por qué finalizó todo esto?...
Aborrecía cada 22 de febrero, porque la persona que amaba, murió el día en el que ella nació. Pero ¿Qué culpa tenía ella?
Tomó una bocanada de aire para luego soltarla.
───Érase una vez que me estuve enamorando, ahora me estoy desmoronando.
Ambas almas estaban destrozadas, pero al ser juntadas, las piezas encajaban y se llenaban a la perfección. Heejin miró hacia un lado dándose cuenta que Senju estaba allí. La albina se dirigió hacia Heejin, dándole una larga mirada a la tumba de Izana.
───¿Lo amabas mucho? ──Senju la miró con detenimiento, pero Heejin no demostró ningún cambio de actitud, ya sabía el como manejar las expresiones de su rostro al igual que hacia Izana. Heejin sonrió y dejó la perla en la lápida de Izana, comenzando a brillar debido a la luz de la luna.
───Me enamoré de una guerra que finalizó ¿No quieres iniciar otra?
