Epílogo

2.3K 254 13
                                    

Severus camino con cuidado de que las tablas bajo sus pies no sonarán. Se deslizó atraves del pasillo hasta la puerta trasera la cual daba a la pequeña bajada hacia la plaza principal, el omega prefería no pasar por aquellas resbaladizas piedras pero se negaba a permanecer más tiempo encerrado en la casa.

-¿Vas a algún lado mamá?- pregunto una voz a sus espaldas.

Con un bufido giro y miro a su hijo menor sentado en el sofá, escondido entre las sombras.

-¿Es necesario tanto dramatismo?- le pregunto mientras abría las ventanas permitiendo que el sol de la mañana entrará al salón.

-Es más emocionante- contesto con una sonrisa- pero enserio, ¿a dónde vas?, el médico te aconsejo reposo.

-Exacto, reposo- puntualizó- no permanecer todo el día aquí encerrado.

-Mamá, no- continuo insistiendo- si te aburres puedo llamar al tío Lucius o a la abuela para que vengan a verte.

-Lo que necesito es aire...

-Abrimos las ventanas- corto el joven- pero no nos podemos arriesgar a que te resbales con el hielo o te de otro mareo, estás muy delicado.

-Estoy embarazado, es normal Orión, pero te prometo que como continúe encerrado entre estas cuatro paredes perderé los nervios.

El joven revolvió sus negros cabellos mientras mantenía las orejas caídas hacia abajo, símbolo de que estaba pensando.

Severus no podía creer lo que él y Perseus se parecían a su padre, dos fuertes alfas con las características de híbridos propias de los miembros de la Tribu.

-Vale saldremos a dar una vuelta al mercado- acepto- pero si papá nos ve te echaré toda la culpa.

- Me parece perfecto- contesto sonriente mientras besaba la mejilla de su hijo.

Con las energías renovadas el omega salió del lugar bajo la atenta mirada de su hijo. Caminaron con tranquilidad por la calle hasta el mercado que se encontraba a rebosar de gente, desde que la relaciones había mejorado no solo había híbridos por el lugar.

- ¿Qué tal todo con Neón?- pregunto Severus referiendose al omega que pretendía su hijo.

-Bastante bien- contesto-me sigue sorprendiendo que alguien tan dulce pueda ser hijo de la tía Bellatrix y del tío Rodolphus.

-Se debe parecer a Rabastan, él y Frank junto a su hijo son las personas más dulces que conozco.

-Tu eres la persona más dulce que yo conozco mamá- intento alagar- y cabezota.

-Gracias a eso estás aquí- se burló el omega consiguiendo que su hijo se pusiera rojo.

Severus continuo caminando hasta la hermosa fuente que brillaba por las finas capas de hielo que se creaban a su alrededor.

Junto a el lugar Tom mantenía una conversación con Barty, el nuevo alcalde de la aldea, para conseguir un mejor acceso a las ciudades cerca de ambos pueblos.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto preocupado al observar que se acercaba- Orión tenías que encargarte de él.

El joven se mantuvo detrás de su madre, con la charla no se había dado cuenta de que su padre se encontraba cerca.

-Dejalo tranquilo- le reprochó el omega.

-Severus, amor, estás embarazado de siete meses y medio, has tenido más desamayos de los que puedo recordar y todavía vomitas- empezó a enumerar- necesitas estar en casa descansando, no aquí con el frío.

El omega fue a protestar pero un fuerte dolor le atravesó la barriga irradiandose por su columna vertebral hasta golpearle fuertemente en la cabeza. Severus cayó de rodillas sobre el suelo con un silencio gritó.

-Severus- llamo su pareja con miedo.

-Creo que ya viene- le dijo el omega.

Tom cogió en volandas a su pareja con ayuda de Barty y corrieron por la calle hasta el área médica.

-Arthur, Arthur- entro gritando Tom llamando la atención del pelirrojo y uno de sus hijos- Arthur se ha puesto de parto, ¿qué ocurre?

El omega corrió junto a la pareja y comenzó tomándole el pulso al dolorido pelinegro.

-Charlie- llamo a su hijo- tráeme muchos paños, el bisturí y el hilo así como una botella de alcohol, la más grande que encuentres, y el bote de líquido verde oscuro junto a la pileta.

El alfa menor asintió y corrió hacia los muebles buscando lo que su madre le pedía.

-¿Alcohol?- pregunto preocupado el alfa- ¿Por qué alcohol?, en los anteriores embarazos no lo has necesitado.

-Si no queremos que muera del dor será necesario- explicó- tengo que abrirle, solo hay dos opciones para que el parto se haya adelantado tanto, que algo venga mal o que sean más de uno.

Arthur desnudo lentamente al omega y preparo las cosas traídas por su hijo.

-Bebe Severus- ordenó- el catáplasma te adormecera la zona pero seguirá habiendo dolor.

El omega cogió con las dos manos la botella y se la tomo entera de un sorbo, luego agarro con fuerza las mantas a su alrededor y cerró la boca con un asentimiento.

El pelirrojo introdujo con cuidado el afilado objeto intentando no distraerse con el fuerte olor y gruñidos de Tom.

-Relajate o te saco afuera- amenazó- Charlie ve enebrando la aguja quiero mantenerlo el menor tiempo posible abierto.

Arthur movía sus manos con agilidad y en un cuarto de hora trajo al mundo a un pequeño bebé de orejas blancas y afelpada cola idénticas a las de su padre.

-Un alfa- anunció mientras le entregaba el bebé a Charlie para que lo aseara, en esos momentos se alegro de que uno de sus hijos estudiará para poder ayudarle en estos momentos- se ve perfectamente por lo que voy a asegurarme de si viene otro.

Introdujo para decepción del alfa las manos de nuevo en el estómago del joven abriéndolo lentamente, Severus lloraba por lo que tenía que darse prisa.

Con cuidado estrajo otro bebé de características idénticas a las de de su hermano.

-Otro alfa- anunció- tambien en perfecto estado.

Arthur dirigió sus manos por una tercera vez al interior del omega en busca de la placenta, con cuidado palmo el interior y, con asombro, saco un tercer cuerpo mucho mas pequeño que los anteriores y con enormes orejas blancas que caían a su alrededor.

-Un omega- anuncio- pequeño pero sano y, ¿con características de conejo?

Tom corrió a su lado y cogió con cuidado al pequeño mientras Arthur finalizaba el parto.

Cuando la noche inundó la Tribu Severus se encontraba despierto observando con admiración a sus cachorros.

-Un pequeño conejo, nuestro Ares- le dijo a su alfa- ¿cómo puede ser?

-Seguramente debido a genes antiguos- explicó- no es la primera vez que sucede, quién sabe, quizás uno de tus antepasados era un híbrido.

Severus sonrió.

-Es hermoso.

-Igual que su madre- afirmó Tom mientras besaba la frente de su omega- será nuestro pequeño príncipe.

-Tendra muchos pretendientes- bromeó.

-Por suerte tiene cuatro hermanos alfas y un padre.

-Eso también lo temo- admitió- con París no tendremos problemas pero, ¿y Julieta?, no sé cómo cuidar a un alfa hembra.

-Igual que con sus hermanos, con cariño y mucho amor.

Severus sonrió con felicidad. Tom tenía razón, con cariño y mucho amor.








El bosque (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora