14. Las Cosas Definitivamente se Pueden Poner Peor.

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Autor: mybluesky 🪐 Traducción: arielHHr

☆゜・。。 ・゜゜・。。 ・゜★

Serkan está trabajando mucho, desafortunadamente, y siempre es el incomodo turno de la tarde. Mi único consuelo es que me dijo que estará libre seis días seguidos la próxima semana. Eso es seis días de Fuego y Hielo envuelto de lo mejor, y literalmente no puedo esperar a que lleguen.

Lo veo en el hospital ocasionalmente. Un día, me mandan a la sala de emergencias, y resulta que pasa más tiempo ahí que lo que pasa en mi piso. El deber llama, supongo. Pero lo que es molesto es cómo las enfermeras coquetean descaradamente con él ahí.

—Dr. Bolat, tengo todo lo que necesita para la línea central. —una enfermera joven le dice. Una simple declaración, sin duda, pero su voz es demasiado sugestiva para mi gusto. —Solo dígame cuando esté listo. —Se muerde el labio y sonríe antes de irse.

Oh, vomitaré en mi boca.

No digo nada de las zorras - al menos no mientras estoy trabajando - porque en su defensa, él en realidad no coquetea de vuelta, y yo fui la que mantuvo caliente su cama anoche. También me llevó café de la sala de doctores cuando llegó, entonces, ¿Qué tan enojada puedo estar? Dos enfermeras se me quedaron viendo mientras me da el café, pero las ignoro. No me importa que Engin y Ceren sepan de nosotros, ni me molesta restregarle en el rostro mi nueva relación a Balça - en realidad eso es muy divertido - pero no me gusta discutir mi vida personal con completos extraños. Serkan parece sentirse de la misma manera. Mientras hablamos, coqueteamos ocasionalmente, y nos miramos de reojo de vez en cuando, por lo demás somos profesionales en el trabajo. No hay sesiones de sexo violento en una camilla en la ER, a pesar de mis frecuentes, inapropiadas fantasías.

No, guardamos eso para la sala de guardia.

En una inusual noche lenta, después del cambio de turno, me encuentro con Serkan en el corredor mientras me preparo para irme. Él está agendado para trabajar unas horas más, y a pesar de las cansadas, demacradas líneas bajo sus ojos, aún se ve contento de haberse topado conmigo.

—¿Te vas a casa? — pregunta.

—Sí, aunque iré por algo de comer primero. ¿Quieres, uh... que te traiga algo? — pregunto con esperanza. Me he vuelto patética, una total perdedora que no puede dejar de pensar en un tipo, que quiere traerle comida solo para poder verlo otros cinco minutos.

—No gracias. Probablemente vaya por algo a la cafetería. —dice quitándole importancia. Una enfermera pasa a nuestro lado, pero no nos presta atención. Él se mantiene callado hasta que pasa, luego se inclina más cerca, su voz baja. —¿Te... te importaría, um, quedarte unos minutos más?

Estoy intrigada, y patéticamente esperanzada, claro.

—No, ¿Por qué?

—Ya lo verás. Solo sígueme.

Tomamos el elevador hasta el octavo piso, y luego salimos y tomamos las escaleras. Cuando estamos solos en la escalera, le digo

—¿Los elegantes doctores tienen algún tipo de guarida secreta aquí?

—Algo así. —contesta, riendo. Llegamos al último piso - el piso que no está disponible a través del elevador - y he ahí, otra puerta con un estúpido sistema lector para mantenernos a nosotras las enfermeras desfavorecidas lejos. Pero no estoy celosa ni nada.

Cuando llegamos a la puerta, Serkan se gira y me besa justo ahí en la escalera. Esto probablemente fue una mala idea, porque lo extraño y ya me había quedado dormida cuando llegó a casa anoche. Envolviendo mi mano alrededor de su cuello, me pego a él, regresando sus afectos con entusiasmo. Se aleja antes de que pueda arrancarle la ropa, pero me besa dos veces más, sus manos en cada lado de mi rostro, y puedo notar que él tampoco quiere detenerse.

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