26. Oh, Qué Cosa Tan Maravillosa Tenemos

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Autor: mybluesky 🪐 Traducción: arielHHr

☆゜・。。 ・゜゜・。。 ・゜★
¡Feliz Çarşamba!
Gracias por llegar hasta aquí y dejar tus estrellitas.
☆゜・。。 ・゜゜・。。 ・゜★

—Tenías razón. — Pongo en el suelo mi mochila, mi bolso, y mi chaqueta, luego empiezo a vaciar el contenido de mis bolsillos de la parafina en forma de bolígrafos, tijeras, cinta, y algodón. Serkan aún está en su uniforme, habiendo salido solo un poco antes que yo, y me ve confundido.

—¿Tenía razón sobre qué?

—Fue Melek. Melek tomó las drogas. — Desenredo mi estetoscopio de mi cuello y lo guardo en mi mochila, luego me dejo caer en el sofá junto a Serkan. Mi orgullo está soportando una golpiza en este momento, pero me aguanto. Así es como Serkan se hubiera sentido si yo hubiera tenido razón.

¿Realmente acusé a la Dra. Atakan simplemente porque estaba celosa? Parece absurdo ahora.

Dándole crédito a Serkan, no dice 'te lo dije' o me hace sentir peor en ninguna forma. En cambio, la sorpresa es obvia en su rostro, su emoción imposible de ocultar.

—¿Es en serio? ¿Qué pasó? — pregunta. —¿Ella admitió que las tomó?

—Revisé su teléfono, —digo sin lamentarlo, ignorando la forma en que la ceja de Serkan se arquea haciendo una pregunta silenciosa. —Le mandó mensajes a su novio hablando al respecto. Y luego me atrapó fisgoneando y la enfrente.

—¿Qué te hizo curiosear? No creí que pensaras que fue ella.

—No lo hacía. — Procedo a contarle cómo fue que vi los mensajes incriminatorios en su teléfono, lo que me llevó a leer el resto.

También le cuento como llamó a Azize y le dijo todo, lo que resultó en Azize regresando al hospital para tener una conversación privada en persona con Melek en su oficina. Melek se pudo ir temprano, muerta en llanto, y Engin, Leyla y yo tuvimos que dividirnos y tomar sus pacientes por el resto del turno.

Considerándolo todo, fue un día muy largo.

—De cualquier forma, — concluyo, inclinándome para robarle un beso a Serkan antes de levantarme del sofá, —Iré a tomarme una ducha. Engin nos invitó a unos tragos a su casa de nuevo y pensé que podríamos ir. — Dios sabe que necesito al menos cinco tragos en este momento

—De acuerdo, pero tengo que trabajar mañana, — Serkan dice, levantándose y siguiéndome al baño. Se empieza a quitar su ropa mientras yo me quito la mía, y discretamente lo aprecio a través del espejo. Luego me atrapa mirando y me sonríe, y yo embarazosamente escondo mi sonrojo porque él aún tiene ese efecto en mí.

—Eso significa que puedes ser el conductor designado.

Exitosamente evito comerme con los ojos su cuerpo desnudo mientras digo esto, en cambio enfoco mi atención en ajustar la temperatura del agua.

—¿Conductor designado, eh? —dice mientras entra a la ducha. —¿Es para lo único que soy bueno?

—Una de las tantas cosas, —bromeo.

Me paro debajo de los muchos chorros de agua de su regadera, dejando que el agua caliente recorra mis hombros y mi cabello, suspirando mientras lentamente se lavan todas las preocupaciones de mi día. Serkan se acerca por detrás y apenas presiona nuestros cuerpos antes de plantar un suave beso en mi cuello. Pasa sus dedos ligeramente por mis brazos, sobre mi trasero, finalmente posicionándose en el calor entre mis piernas.

Ordenes MédicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora