Capítulo 7 - Quemándose

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Le obligó a chuparlos hasta que quedaron limpios, no podía disfrutar más de esa imagen tan sumisa de él.

¿Estás listo, Kyojuro? - dijo subiéndose sobre Rengoku.
S-sí - respondió Kyojuro, que en realidad no lo estaba, tenía mucho miedo, pero ya no podía parar, tenía que sentirlo completo. Sentía la curiosidad de que Akaza hiciera con él todo lo que quisiera, se iba a dejar, ya no sería el mismo con él nunca más.
Está bien, relájate, si no te dolerá más. - dijo al poner su pene en la entrada de su amante.

Rengoku intentó respirar tranquilo aunque jadeaba mucho mientras Akaza metía muy poco a poco su pene, era un sádico, pero no quería dañarlo desde el principio, tenía que esperar a ver cuánto dolor podía soportar.

A-akaza... - dijo Kyojuro totalmente avergonzado.
Dime, Kyojuro - le dijo mientras besaba su cuello.
Por favor, no pares - esas palabras prendieron a Akaza, que empezó a moverse más rápido conforme su culo se acostumbraba a su pene.

Tiró de su coleta con brusquedad y estuvo embistiéndole durante minutos, cada vez Kyojuro se acostumbraba más a eso, sentía que era consumido, estaba totalmente a merced del demonio que se supone que vino a matar. No podía dejar de pensar en el pene de Akaza, quería que se lo follase todos los días, había probado a cumplir sus deseos y aún no se sentía satisfecho.

Podríamos hacerlo para siempre, Kyojuro - le azotó al terminar la frase.
Akaza... - dijo entre gemidos el Pilar, de verdad quería quedarse allí por siempre.
Con este cuerpecito tuyo podría divertirme toda la eternidad - le dijo al poner sus dedos en uno de los pezones y apretarlo. - quiero devorarte hasta que no puedas más.

Rengoku no lo aguantaba, sentía que iba a morirse, estaba agotado pero quería más. Él también necesitaba llegar hasta su límite. Akaza por su parte sentía ganas de follárselo en todas las posiciones, incluso fantaseó con hacerlo sangrar, quería verlo destrozado.

No... No puedo más - Rengoku estaba a punto de acabar, se sentía muy pesado y casi no podía respirar.
Silencio, esto aún no ha terminado - dijo Akaza tapándole la boca.

Akaza sacó bruscamente su pene del interior de Kyojuro y le dio la vuelta para quedar cara a cara con él, le besó metiéndole la lengua pasándola por todo el labio contrario. Cogió las piernas del Pilar y las puso sobre sus hombros, agarró su pene y se lo metió rápidamente haciéndolo sobresaltarse, se lo había clavado con tanta fuerza que sintió cómo todo su interior se abrió para recibirlo. Akaza cogió su miembro masturbándolo, quería corromperlo totalmente. No podía dejar de mirar esos ojos llorosos que le recordaban al sol que llevaba más de un siglo sin ver, quedaban perfectos junto a sus dorados ojos con aspecto de luna llena, eran tal para cual. Disfrutaba cada segundo de embestirle, no había estado con nadie tan masoquista como él en todos los años que tenía.

A-akaza, por favor... - dijo Rengoku con voz temblorosa mientras enredaba sus brazos alrededor del cuello del contrario - no guanto más.
Córrete para mí, llamita - dijo al pasar su lengua por el cuello del Pilar.

Nada más terminar esa frase Rengoku sintió todo su cuerpo arder y cerró con fuerza los ojos echando la cabeza hacia atrás gimiendo al sentir cómo su semen manchaba su abdomen después de que Akaza le propinara las últimas embestidas con más violencia que nunca. Él también cerró los ojos y acabó dentro de su querido Pilar llenándolo entero de su esencia. Sacó su pene con cuidado viendo cómo se deslizaba el semen por su entrada, sin duda era una imagen increíble.

Bien hecho, Kyojuro - levantó la mirada para encontrarse con el Pilar, pero para su sorpresa estaba inconsciente - ¿te has dormido, eh? Demasiada acción para ti por hoy - dijo acariciando su mejilla - ya cuando despiertes repetiremos.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora