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Llevabas exactamente 1 año de relación con tu novio, Hakkai. Estabas fascinada con su relación, amabas todo de él como él amaba todo de ti.
Su relación era estable, linda, todo un sueño para ti, Hakkai era un chico muy respetuoso contigo y sobre todo cariñoso, aunque esto último lo demostraba solo cuando estaban a solas, tu novio de cabello azul era algo tímido estando con más personas y aún más cuando habían chicas alrededor suyo pero ahí estabas tú para animarlo y decirle que todo estaría bien.
—Hoy no habrá nadie en mi casa. —escuchaste como susurraba Hakkai, iban tomados de la mano camino a la salida de la escuela.
Por fin había acabado la semana de clases y ahora tendrían más tiempo para ustedes, habían estado en exámenes y casi no podían verse.
—Mmm... —pensaste por un momento. —¿Qué te pareces si vemos algunas películas juntos?
—S-sí, por supuesto, también podemos comer algo juntos. —sus largos dedos acariciaban el dorso de tu mano en suaves caricias.
—Me parece una súper idea. —sonreíste y soltaste una pequeña risita debido a como lo dijo.
—¿Pasamos por el súper para comprar la comida? ¿Te parece?
Asentiste con la cabeza y recostaste tu cabeza sobre su hombro derecho mientras iban caminando, el supermercado quedaba cerca de casa de Hakkai así que no demorarían tanto en hacer sus compras y en llegar.
(...)
Te encontrabas recostada con tu cabeza entre el pecho firme de Hakkai mientras este acariciaba tu cabeza, pasando sus dedos por tus cabellos, la gran pantalla reproducía la película que estaban viendo, una de comedia.
La habitación del peliazul se encontraba totalmente a oscuras y solo la gran ventana abierta reflejaba la poca luz de la luna.
Escuchaste como tu novio bostezaba y subiste la mirada para verlo.
—¿Tienes sueño, amor? —le preguntaste mientras un puchero aparecía en tu cara, apenas era muy temprano para dormir.
El peliazul sonrió. —No exactamente, estoy algo cansado, es todo. Pero si me besas se me pasa.
Lo miraste mal y arrugaste la nariz en seña de que estabas algo enojada, evidentemente esto era una total mentira.
¿Quién podría enojarse con Hakkai?
—Eso es plan con maña, tonto.
—¿Entonces no me vas a besar? —Hakkai puso una cara triste llamando tu atención.
Reíste y fuiste hasta él para quedar encima suyo, acariciaste con tus dedos su largo cabello jugando con él, solo veías de reojo como la atenta mirada de tu novio estaba en tus labios esperando a que lo besaras, estabas riendo mentalmente.
