Cuatro

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Luego de la ruptura que se dio en la fiesta, ninguno de los dos volvió a dirigirse la palabra. No porque Sanzu no haya querido, incluso pensó en volverle a llamar al día siguiente para al menos preguntar si estaba bien, pero Hanma se lo impedía. En la universidad, pasaba bastante tiempo con él y en un descuido había tomado su celular, borrando el número y las conversaciones que tenía con Rin, para que no tuviera oportunidad de hablarle.

Sanzu incluso, buscaba la forma de toparse con él por los pasillos del establecimiento, pero nunca tuvo oportunidad de verlo, desde ese día no volvió a saber más del pelimorado, era como si hubiese desaparecido de todos lados, haciendo que se preocupase bastante.

¿Dónde estaba Rin? Fácil, en su casa viendo series y películas a gusto, olvidándose de todo y todos. Sus estudios le importaban poco pues estaba allí porque su padre lo había obligado, más no porque realmente quería aprender. Gracias a uno de sus ex novios, había conseguido un permiso para justificar su inasistencia sin problemas y así no tener inconvenientes cuando decida regresar.

Rin tenía la esperanza de que Haruchiyo vuelva a llamarlo pues no era la primera vez que se peleaban, cuando esto ocurría, el pelirosa era el primero en intentar disculparse por las acciones ajenas, pero simplemente esta vez no llegó. Indirectamente pasaba pendiente de su celular, esperando una llamada o al menos un mensaje, pero nada, estuvo por dos días a la espera de una señal mínimo, pero nunca llegó absolutamente nada.

Estuvo a punto de escribirle el mismo, dio vueltas por todo su cuarto pensando que decirle o al menos intentar sonar afligido para lograr manipular las emociones del pelirosa. Cuando al fin se decidió, el tono de llamada de su celular empezó a sonar por todo el cuarto, sonrió pensando que era Sanzu, pero aquel gesto solo desapareció cuando, quien lo llamaba, era Angry. Bufó, pero contestó la llamada al menos con él podría distraerse un rato y vaya que sería así cuando la invitación era en la casa del contrario.

Los días pasaban y tanto Hanma como Sanzu, se encontraban en sus últimas semanas de clases, un semestre más estaba acabándose y no podían estar mas felices al saber que tendrían sus merecidas vacaciones

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Los días pasaban y tanto Hanma como Sanzu, se encontraban en sus últimas semanas de clases, un semestre más estaba acabándose y no podían estar mas felices al saber que tendrían sus merecidas vacaciones. Durante estos días apenas comían y dormían pues se amanecían terminando proyectos finales y estudiando para sus respectivos exámenes, aunque ambos eran de diferentes carreras, eso no les impedía ayudarse mutuamente.

A pocos días de dar por finalizada su última semana de clases, recibió una llamada mientras estaba en una cafetería con Hanma, al principio se asustó al no tener el número registrado y el contrario intentaba arrebatarle rápidamente el aparato pues ambos pensaron que era cierta persona en específico, la que estaba llamando. Antes de que el más alto pudiera quitarle el celular, Sanzu ya había salido del local para poder contestar.

En llamada

Diga... — contestó con algo de nervios pues en caso de que sea Rin, no sabría que hacer.

¿Haruchiyo, eres tú? Soy yo, Takeomi. — todo el aire que estaba reteniendo en sus pulmones fue liberado al saber que solo era su hermano.

𝕴𝖓𝖉𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖔́𝖓 || 𝚁𝚒𝚗𝚣𝚞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora