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FINAL

En la llamada sólo podía verse la imagen de un muy devastado Chris, con los ojos hinchados y rojos y una respiración desigual; además de la imagen del perfil 18 con la silueta solamente.

Hacia cinco minutos que Chris se había quedado solo, hacia cinco minutos que Chris estaba llorando. No lo había hecho hasta ahora y eso incremento su llanto. Lloraba por sus siete chicos.

Chris siempre imaginó una vida entera con ellos. Aunque sonara cursi, quería envejecer con ellos, vivir en casas cercanas para que así sus futuras familias se hicieran familia y todos fueran tíos de sus hijos.

Quería verlos crecer como personas, verlos enamorarse y perder la cabeza por aquella persona. Quería verlos en el altar, poder verlos angustiados cuando sus bebés estuvieran por nacer o cuando estuvieran por adoptar.

Se había acostumbrado tanto a que los chicos acudieran a él, que le contaran sus problemas, que lloraran en su hombro. Se había acostumbrado a consolarlos todas esas veces, a orientarlos en su vida. Pero sobre todo se había acostumbrado a verlos, a oírlos y sentirlos.

Por lo que el hecho de pensar que ya no estarían más ahí resultaba confuso y desgarrador.

Sin embargo, el silencio del estudio de Chris se vió interrumpido por una notificación, trayendolo de nuevo a la realidad.

Ya casi terminamos Channie, no llores.

Chris soltó un sollozo aún más fuerte. Solo quería que todo acabara.

-Y-ya basta por favor, ¿que quieres?- dijo entre sollozos- Yo habría muerto por cada uno de ellos sin siquiera dudar, ¿por qué nos lastimas así? Ellos no merecían nada de esto ¿Que te hicimos?

Mi querido Chris.

Parece que realmente olvidaste lo que hiciste.

Cómo dices, tal vez ellos no tenían ni la más mínima idea ni culpa.

Pero tú Christopher.

Tu si tienes una razón.

El líder enmudeció. ¿Lo merecía? No se consideraba una persona pura pero tampoco alguien que mereciera la muerte.

Wow, enserio parece que no lo recuerdas.

Te ayudaré.

"Podría morir si fuese necesario, solo necesito que seamos... felices"

Y entonces todo tuvo sentido.

Exacto, ahí lo tienes. He venido a cobrar lo que es mío.

Chris suspiró y se soltó a llorar con más fuerza. Al final de cuentas, si había sido su culpa.

Hacia ochos años, un Christopher de solo 21 años estaba en el baño de la empresa, con los pies sobre la taza pues no quería que nadie lo viera. Estaba llorando en silencio, como siempre lo hacía.

Estaba desesperado, llevaban un año de haber debutado y parecía que sus esfuerzos no estaban dando frutos. No habían obtenido ninguna victoria en ningún programa, su fandom era pequeño y sobre todo, sus ventas eran pésimas.

La gente hablaba y se les había comenzado a denominar como "el fracaso de JYP". Incluso su propia empresa había comenzado a dejar de darles buenas promociones.

Y Chris solo podía sentirse culpable por todo esto. Él sabía, él veía y oía como sus chicos siempre daban el 200% de sí mismos pero aquello no parecía ser suficiente. Se sentía culpable porque creía que no era un buen líder y que estaba echando por el drenaje el sueño de un niño de 10 años, pero sobre todo, el sueño de siete chicos más.