Prólogo

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Pov Natsu

Observó por última vez a sus compañeros, quienes le gritaban cosas para que no cometiera una locura. En plena batalla contra Zeref, su hermano, sentía como las fuerzas se le iban y quizás era por la maldición que tenía en su interior.

Si uno muere el otro también.

Ambos hermanos prepararon sus mejores ataques, mirando directo a sus ojos. Natsu desvió la mirada hacia Lucy, quien tenía sus ojos llenos de lágrimas mientras era agarrada por su mejor amigo Gray; una sonrisa se formó en sus labios sabiendo que ellos podían verlo gracias a una lácrima.

— Lo siento... Luce...

Murmuró moviendo sus labios y ahí supo que la chica que había ganado su corazón lo estaba viendo, ya que pudo ver la expresión pálida que colocó y gritaba su nombre mientras lloraba. Alzó su brazo formando con sus dedos el símbolo de las hadas, viendo de reojo como todos los miembros del gremio también lo hacían entre llantos.

Finalmente se lanzó contra su hermano, estaban a pocos centímetros ambos se sonrieron y sus puños chocaron. Creando una gran explosión en el lugar.

Fue en ese momento en el que supo que había muerto. Que había dejado a sus amigos, a su gremio, a su familia, a la chica que le gustaba... Atrás.

Pensaba que iba a ir a un lugar tranquilo, un lugar en el que podría descansar junto con su hermano y familia. Pero no fue así.

Como si hubiera pegado una siesta, abrió sus ojos notoriamente confundido viendo primero un techo de madera. Fue reincorporándose con lentitud observando el lugar.

Era un cuarto oscuro, tenía una manta cubriendo sus piernas, estaba acostado en lo que sería el suelo de aquel lugar. Algo asustado se puso de pie y caminó hacia la puerta, fue cuando se percató que apenas y podía alcanzar la perilla de esta.

Era un niño. Otra vez.

Ignorando ese detalle abrió la puerta con lentitud y la luz del lugar lo cegó un momento, cuando se acostumbró vio a muchas personas sentadas en una mesa conversando entre risas y un niño gritón que lo aturdió un poco.

— ¡Oh!

Las personas se quedaron en silencio y voltearon a su dirección colocándolo algo nervioso, retrocedió un paso.

— Haz despertado... ¿Te encuentras bien?

Preguntó una chica que tenía cubierto su cabello con algo negro, asintió despacio respondiendo su pregunta.

— Ven, tenemos cosas para comer...

Ella tomó de su mano y lo sentó enfrente de un chico de cabellos negros y otro grisáceo.

— ¿Recuerdas lo que te pasó?

Esta vez preguntó un señor de cabellos castaños con algunas canas y negó ante su pregunta.

— ¿Nada? -Volvió a negar a la pregunta y comió una patata que le ofrecieron, aunque tuvo que tomar agua por lo seca que le dejaba la boca.

— Te encontramos en medio del bosque, o al menos Asta te encontró allí... -Dijo el hombre.

Natsu lo miró confundido, ¿en medio de un bosque?

— Yo soy Asta... -Habló el chico de cabellos grises- Y él es Yuno... -Señaló al niño de cabellos negros‐ ¿Cuál es tu nombre?

Natsu tragó lo que estaba comiendo para beber un poco de agua, suspiró y lo miró sonriendo leve.

— Natsu... Natsu Dragneel... -Pronunció con su voz infantil.

— Entonces, Natsu, ¿Sabes dónde están tus padres? -Preguntó el señor.

Natsu se quedó viendo la papa a medio comer y se quedó en silencio, los mayores se miraron con preocupación ante el silencio del chico.

— ¡Puedes quedarte con nosotros hasta que encontremos a tus padres! -Habló Asta entusiasmado.

— ¿Puedo...? -Preguntó Natsu viéndolo a él y luego a los mayores quienes asintieron.

— ¡Claro que puedes niño! A mi puedes llamarme padre y ella es Lily...

Natsu asintió leve y sonrió agradeciendo a las dos personas, sabía que todo iba a cambiar de ahora en adelante. Y tenía que acostumbrarse a eso...

Dragon Demonio En Black cloverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora