Un grupo de estudiantes de secundaria que comienzan a cometer delitos para ganar dinero y los peligros impredecibles e irreversibles que enfrentan como resultado de sus acciones:
El aparentemente tímido Oh Ji-soo, es un joven estudiante modelo de se...
Un estudiante aplicado. Buen comportamiento y buen rendimiento académico. Actitud tranquila y calmada como buen ejemplo para otros. Siempre el mejor. Siempre yo un paso atrás de él.
Mi querido compañero Oh Ji-soo.
¿Cómo no odiarlo?,. No sabe expresarse con los demás. No sabe socializar. Es callado. Introvertido, y vive todo el día con sus audífonos. Alguien a quien seguramente abruman con preguntas de que será en el futuro y lo único que desea responder es "graduarme" y así dejar la jodida escuela y de una vez.
Se parece un poco a mi.
Me reuní con Bae Gyu-ri para entregarle algo al profesor Cho respecto al club en el que ambas estábamos. El canino hacia allí era silencioso, usualmente era así debido a que Gyu-ri y yo somos compañeras de clase y club y no tenemos una relación estrecha, hablamos cuando es necesario y ya.
Al llegar a consejería ella abrió la puerta y nos detuvimos unos segundos al ver al profesor con mi querido Oh Ji-soo, él se puso de pie y evito el contacto visual con nosotras cuando nos adentramos en la habitación.
—Hola —nos saludo el señor Cho mostrando una pequeña sonrisa. Dirigió su mirada a Gyu-ri— ¿acaso eres anfibia? ¿por qué siempre estás empapada? —ahora me miró a mi— Tú deberías hacer algo de actividad física, tus defensas podrían bajar.
—Yo si hago actividad física, que usted no sé entere es otra cosa —respondí levantando las cejas.
—Aquí está lo que pidió —interrumpió Gyu-ri. Seguro que ya quiere ir a jugar fútbol de nuevo, así como yo quiero ir a comer.
—Dámelo —le dijo el profesor y ella tomó la pila de papeles que yo tenia y la juntó con la suya.
—Yo lo traduje —respondí. No voy a dejar que Gyu-ri se quede con el crédito de algo que yo hice, además, no está de más presumir indirectamente mi magnífico desempeño con lenguas extranjeras.
—Debe estar ocupado —interrumpió ella otra vez antes de darse vuelta e irse, pero el profesor la llamó.
—Más tarde vendrán a revisar el cuestionario ¿no?
—¿También debo hacer eso? —se quejó.
—Claro que si.
—Si Gyu-ri está de acuerdo, yo puedo encargarme sola de eso —sugerí. Todo con tal de acabar esa pelea.
—Si, si, que lo haga ella.
—Está bien —suspiró— los inteligentes son los peores —murmuró.
Vi de reojo como Ji-soo iba a irse, pero el señor Cho se levantó como un rayo y lo sujetó de la chaqueta.
—Chicas, debe ser difícil trabajar sólo ustedes dos. Él será su asistente —miró a Ji-soo— Ven inmediatamente después de clases.
El señor Cho tomó su rostro y lo obligó a decir "si", pobre Ji-soo, está tan confundido al igual que Gyu-ri y yo, pero no me desagrada la idea, sobre todo porque hoy estaré sola con él y de alguna forma podre indagar y saber de su pasado y más cosas.
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