Altas Expectativas

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Narra Atsumu

Mi ___, mi dulce y bella ___. Más de un año sin saber de ella, viviendo en la incertidumbre de saber por qué no nos volvió a hablar. Al inicio pensé que el problema solo había sido conmigo, pero luego me enteré que a Samu le pasó lo mismo y también al resto del grupo. Luego llegó la noticia en el campamento nacional, al que ella nunca faltaba, que se había retirado de voleibol y que sobre todo no quería tener contacto con nadie relacionado con este. Esas fueron las palabras de su anterior capitán, Wakatoshi Ushijima, las cuales también fueron apoyadas por el hermano mellizo de esta Tsutomu. Yo intuía que algo andaba mal, sin embargo, no tenía cómo comprobarlo. Era obvio que ellos no me darían esa información, pero algo me quedó claro. El culpable de lo que había pasado no era nada más y nada menos que Tobi, el otro líbero de Shiratorizawa, y quien ___ reemplazó cuando entró al equipo. Yo no lo había notado, pero Samu es mucho más analítico que yo y noto en uno de los últimos campamentos, el miedo en los ojos de ella cada vez que debía entrenar aparte con su compañero de equipo. En ese campamento no nos despegamos de ella en ningún momento y nos dimos cuenta lo irritable que estaba Tobi con el resto de su equipo.

No sabíamos que le hacía a ella, pero no estábamos dispuestos a que siguiera ocurriendo. Se lo preguntamos a ella directamente y lo negó todo, dijo que todo estaba bien, y aquello fue tan convincente que Samu y yo pensábamos que tal vez estábamos exagerando las cosas. Después de ese campamento pasaron unos meses. Dos meses de ese campamento habían pasado exactamente, cuándo dejamos de recibir mensajes de ella, luego la noticia de su retiro. Y ahora ella estaba aquí con nosotros nuevamente, con un nuevo uniforme que le quedaba asombroso, con su energía vitalizante llenando el lugar, y con aquella sonrisa que me volvía loco y me ponía a sus pies si ella lo decía.

—¡Oye ___! ¿Dónde están tus rodilleras? —La distintiva voz del líbero del Nekoma se hizo presente.

Este se acercó a ella abrazándola por la espalda poniendo sus manos en su estómago y su barbilla en el hombro de su colega. Suerte de enano, poder colocar su barbilla en el hombro de ella ha de ser todo un sueño. Seguramente debe oler a su colonia de cerezas la cual es su favorita. Para mí era un poco más difícil por la diferencia de estatura, creería que los únicos con esa ventaja son los líberos de cada equipo y el enano del Karasuno.

—Cierto. Casi las olvido. —Se acordó ella, corrió hasta su maleta para sacar unas rodilleras negras que hacían juego con su uniforme de entrenamiento. Llevaba puesto un short de deportes negro y una camisa blanca. Alto, esa camisa es demasiado ancha para ser de ella.

—¿Qué haces con mi camisa? Pensé que la había perdido en el último campamento. Ladrona. —La voz de Suna se escuchó entre nosotros

—Las cosas son de quién las necesita Rin-kun. —Respondió ella con sorna acercándose a él.

—Pequeña sanguijuela. Bienvenida de vuelta. —Mencionó nuestro bloqueador central dándole un abrazo.

—Oh Dios es el 6 de la suerte del Shiratorizawa. —Varias voces comenzaron a murmurar y hablar una vez se dieron cuenta de la presencia de la pequeña y hermosa libero.

Ella llamaba la atención a dónde fuera, era simplemente imposible ignorar el carisma que carga al caminar y aquella hechizante sonrisa.

—Bueno ya. Dejen a nuestra Doll-chan en paz. —Dije apartándola de los brazos de Suna el cual se molestó cuando lo hice. —Doll-chan. Es hora de que recibas para nosotros.

Ella se acercó a la cancha y nos hizo un ademán para que comenzáramos. El ace y el colocador del Fukurodani se ubicaron en la cancha, lo mismo hicimos Osamu y yo. Los remates serían intercalados primero irían los del Fukurodani y luego nosotros. Ella se colocó en posición de recibir. No sabía en qué momento las personas se habían colocado en torno a la cancha que ocupamos, pero ahí estábamos nosotros dos rematadores contra un solo líbero.

Renacer de Cuervo [Haikyuu y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora