Sospecha

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Ámbar y Noah entraron a la casa, después de que él le enseñara a jugar a algunos Videojuegos, ella le dice :

-Amor, mis papás todavía no llegan, y yo traje poca ropa -Le dice mientras Noah está concentrado con la consola.

-Yo te compro - Dice sin despegar la vista de la televisión.

-No hablo de eso, te pregunto si me acompañas a buscar ropa hasta mi casa.

- Si, si en un minuto, espera en la sala.

-¡NOAH! -Se le pone en frente de la pantalla.

- Esta bien, vamos - Suspira.

-Gracias , después vas a poder jugar todo el día -Le agarra la mano.

-Hablando de jugar... Vienen mis amigos hoy.

-Buenísimo así me los presentas.

Noah agarra las llaves del auto y salen de la casa.

Al estar en el patio, caminan hacia el auto y ambos de suben, Noah, intenta arrancar pero no puede.

-Quédate acá, voy a fijarme que pasa- Abre el capot desde adentro del auto.

-No importa - Dijo Ámbar sacando el seguro de la puerta para bajar

-Si importa, espérame acá - Noah cierra la puerta y va directo a ver que pasaba.

Ámbar, se mueve al asiento del conductor porque tenía que apretar el acelerador cada vez que Noah se lo pidiera. Al ver que se estaba aburriendo mucho, ella, decide agarrar su celular y poner la música que le gustaba a ella. Empezó a mover la cabeza y a cantar en voz baja al ritmo de su canción favorita de Los Beatles.

Ámbar mira la ventana y ve pequeñas gotas que mojan el vidrio, no era de extrañarse que empezara a llover, ya que, el día estaba muy feo. Ámbar quiso gritarle a Noah que ella podía esperar hasta mañana, pero a Ámbar de un minuto a otro se le hizo un charco de baba imaginario viendo a Noah todo mojado y con su hermoso pelo cayendo sobre su cara, en ese instante, Noah, decide sacarse la remera que llevaba puesta. Ámbar abrió los ojos al ver esa perfección de persona. Su abdomen estaba todo marcado, tenía varios tatuajes, un físico realmente perfecto.

Al verlo así, Ámbar, no dudo ni un minuto en salir del auto y besarlo.

-Te dije que te quedes adentro del auto - Dice Noah.

-No puedo verte así sin remera y quedarme sin hacer nada - Ámbar lo ve con una mirada pícara.

- ¡Wow! ¡Que sexy te ves bajo la lluvia! -Dice agarrándola de la cintura y apretándola junto a el.

-No me tientes Noah-Le toca los abdominales.

-O si no ¿Qué? - La Abraza más fuerte.

- Ya basta de hablar , dame un beso -Lo agarra del cuello y le da un largo beso.

Después de ese hermoso beso, Noah la quedo mirando fijamente a los ojos. Esos perfectos ojos color miel de los cuales se había enamorado, aunque sigue pensando que ella le oculta algo, como decía Noah , los ojos son el reflejo del alma, y los de Ámbar parecían ocultar algo que la llenaba de culpa o algo que la hacía pensar que no encajaba en el mundo, quizá eran las dos cosas ,pero Noah aún no lo sabía.

-Ya arreglé el auto ¿Vamos? - Las manos de él estaban entre el pelo rojizo de ella.

-Vamos - Se muerde el labio, aún saboreando ese beso.

El trayecto que hay desde la casa de Noah hasta la de Ámbar es largo, igual que el camino que hay desde lo de Noah hasta el colegio de Ámbar, aunque él siempre llegaba 5 minutos tarde a su colegio era un riesgo que tenía que correr para que Ámbar no llegara tarde al suyo, el chico que siempre llegaba 10 minutos antes para quedarse con amigos antes de entrar ahora llega tardea todas las clases, y el chico que siempre se quedaba 10 minutos después de clases para charlar con su grupo ahora sale corriendo para no hacerla esperar a Ámbar.

Desafíos del Amor//EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora