2. Invitación: Vadik

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Nick

Un año después.

Subir a una montaña con una moto de nieve puede sonar muy divertido, aunque con el tiempo que he pasado buscando a mi esposa, es difícil mantener el humor. Sonrío de lado, esta es la mejor pista que tengo, si no hallo a Sarah esta vez, me voy a cambiar el apodo ¡No sé a cuál, pero me lo cambio! Dejaré de ser solo un Nick.

Regresar a Rusia nunca estuvo en mis planes, pero es evidente que la organización para la que trabajaba no iba a buscar otro país para hacer sus malvados experimentos ¡Ah, pero sí viajan a Argentina para secuestrar a mi mujer, qué rabia! Ojalá pudiera desaparecerlos de la faz de la tierra.

Bajo de mi motonieve y me quito el casco para observar la cueva. Mis pies se están helando, así que avanzo lo más que puedo hasta allí. Veo el vapor frío que sale de mi boca. La C.E.E.R, ¿no podía buscar un lugar más cálido para su escondite? No, debía ser en una montaña helada, maldita sea. Oigo mis pasos mientras mis botas se hunden en la nieve, entonces al fin estoy dentro del pasadizo secreto. Pura roca y mucho silencio.

No es buena señal.

¿Ni animales hay por aquí? Bufo y sigo avanzando. Por suerte la temperatura ha mejorado dentro de la cueva. Me acerco a una roca, luego busco señales de tecnología ¡Bingo! Sonrío. Alzo la vista, entonces veo cámaras salir del techo. Me están vigilando, saben que me encuentro en su territorio, la luz roja lo demuestra. Ya enviarán guardias y estaré preparado para enfrentarme a ellos.

Oigo una compuerta abrirse y cuando me giro para atacar a mi enemigo, que noto que está detrás de mí, termino por detener mi puño. La sorpresa llega hasta todo mi cuerpo. Soy bueno ocultando mis emociones, pero está enfrente, es ella, se encuentra algo cambiada, pero es ella.

Prochnaya pechat' —pronuncio con una sensación intensa por llorar de felicidad, aunque Sarah no hace ningún movimiento—. Lo siento. —Bajo mi puño y la abrazo con fuerza—. Estaba tan preocupado. —Noto mis ojos humedecerse, así que los cierro con intensidad—. Oh, cielos.

No hay respuesta, sigue el silencio.

Me mantengo abrazándola por un rato largo, hasta que abro los ojos y me separo de ella. La miro de forma detenida, su cabello negro está suelto, eso es raro, suele recogérselo. Su mirada se ve perdida, no tiene la luz de esa alegría que tanto la caracteriza, no puedo encontrar el carisma del que me enamoré.

—¿Sarah? —insisto en hablar, pues sigue sin contestarme.

Mi esposa levanta una tarjeta y me la entrega, entonces por primera vez en mucho tiempo puedo oír su voz.

—Estás invitado —expresa tranquila—. Vadik te explicará todo

—¿Quién es ese y por qué me hablas así? —Miro la tarjeta y cuando alzo la vista veo que se está yendo, así que rápido la sigo—. ¡Espera! ¡¿A dónde vas?! —grito desesperado, no entiendo su comportamiento.

Cuando logro alcanzarla tomo su mano, pero me sorprendo de una forma increíble, ella agarra mi brazo, me gira y me hace caer al suelo. Qué curioso, no me había dado cuenta, pero de este ángulo se ve mejor. Tampoco me percaté de su traje de látex gris, apretado al cuerpo con un cinturón de tela roja, se nota muy sexi. Me fui de tema, me refiero a que su ropa es de algún tipo de soldado. O sea mi esposa no pertenece a ninguna organización, es una simple secretaria, así que estoy algo confundido. Más cuando me ataca.

—¡Ay! —Esta vez la esquivo.

Desprevenido dos veces no, cariño.

¡Se me escapa! Peor, mierda, se me robó mi motonieve. Bufo mientras la veo irse, luego miro la tarjeta. Frunzo el ceño ¿Quién eres Vadik? Ni te conozco y ya me caes mal. Agarro mi celular, entonces marco el número de Patrisiya para que me diga cómo llegar a esta dirección. Lo admito, esta loca se ha convertido en mi informante, pero todavía no sé si confiar en ella.

Después de hablar con la mujer y ella averiguar los códigos de aquella tarjeta, descubro que hay un pueblo desconocido para mí, más bien para cualquiera, el cual es como un pueblo fantasma para todo los demás lugares. Un sitio desconocido para la nación, un prototipo de zona que simula e inventa una población para sus experimentos.

No sé a dónde voy, pero suena retorcido.  

Lealtad Alterada (R#15) [Lealtades #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora