6. El apellido Kovalev

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Nick

Sé que hace años una droga fue robada de la CIA para hacer mejores soldados, la C.E.E.R se la quedó y la perfeccionó. En el pasado, se supone que se borró todo sobre ese asunto, pero ahora resulta que hay un científico en jefe que tiene que ver conmigo ¡Ojalá mueran! No me interesa.

El tal Vadik se acerca hasta mí, entonces me presenta al susodicho. No lo conozco y ya lo odio. Es el culpable de las actitudes de Sarah. El hombre mayor quiere estrechar mi mano, pero el director le advierte que no soy de aceptar esos gestos.

—Señores, me voy a ir, mi esposa no me escucha, pero no tiene sentido que continúe por aquí por hoy y la verdad me voy a comportar como ella, ignorándolos a ustedes. —Sonrío, pero antes de irme el anciano vuelve a insistir—. ¿Qué quieres? —digo cuando me toca el hombro.

—Eres un hombre fuerte, me recuerdas a mí de joven. Es una lástima que no me recuerdes, pero supongo que era de esperarse, tu madre nunca te ha hablado de mí.

Enarco una ceja.

—¿Disculpa?

—Me presentaré mejor, mi nombre es Irinei Kovalev, tu padre.

Miro la mesa que está a mi lado, agarro una de las copas servidas con champagne muy cara, me la bebo, pero la termino escupiendo en su cara.

—Qué feo nombre. —Sonrío—. Me voy ahora.

Ya se me arruinó la noche.

Sarah

Despierto temprano en la mañana, cumplo mis necesidades y cuando paso por al lado de la ventana, veo que una pelirroja saluda a Nick en la puerta. Acabo de arreglarme, entonces salgo para trabajar, pero la curiosidad me inunda, así que termino por acercarme a él mientras la mujer se aleja.

—Cuánta lealtad —me burlo—. ¿Por qué no te vas detrás de ese culo y así te retiras del pueblo?

Él se ríe.

—Patrisiya Ivarova, es mi informante, una asesina a sueldo y también trabajó para la C.E.E.R en alguna oportunidad, no tienes nada que preocuparte —me cuenta todo sin ocultar nada.

—Se veían muy cariñosos —opino—. Y no estoy preocupada, te estaba dando una opción. Muy mal que me cuentes tus planes, soy tu enemiga.

—Para mí no, y no hay nada con ella. Bueno, hubo una vez, pero fue hace mucho tiempo.

Enarco una ceja.

—Así que no lo vas a negar.

—No hay nada que negar, fue un revolcón de hace muchos años.

—Crista, Violette, Aleshka, y ahora Patrisiya, qué largo prontuario —opino—. Aunque esta última no está en ninguna base de datos ¿Deberías confiar en ella?

—En realidad no, una vez inventó que embaracé a una chica, pero eso es imposible porque ambos sabemos que soy estéril, fue muy divertido ese día. —Se ríe—. Su padre quería matarme.

—Encima agregas a otra.

—Oye, quieres que también mencione a los hombres con los que te has acostado. —Bufa—. No te pongas celosita del pasado, si soy todo tuyo ahora. —Se aproxima a mi rostro.

Mantengo la mirada fija y no me muevo ni un centímetro.

—Solo digo que tienes un buen prontuario al que buscar y a mí dejarme en paz, ¿no lo ves?

—Nah, están todas ocupadas y aunque no lo estuvieran, solo te quiero a ti. —Toma mi cintura, atrayéndome a su cuerpo—. Ámame. —Hace puchero.

—Sigue soñando. —Me alejo, pero me vuelve a abrazar—. Te mataré ¿Qué pretendes? No insistas, no eres así.

—Ayer conocí a mi padre —me explica y me paralizo, puedo sentir la tensión de sus manos en mi espalda—. Él... él es el científico que te hizo esto, lo siento tanto, es mi culpa. —Puedo oír su voz quebrada.

—Nick, yo...

Se aparta y se refriega un ojo, luego me sonríe.

—No te preocupes, lo arreglaré todo. 

Lealtad Alterada (R#15) [Lealtades #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora