Sarah
Terminé aceptando la ayuda de Nick, ya empecé a ir a rehabilitación. Lo curioso es que pude contarle todo a la psicóloga, porque es una persona conocida por el círculo de Nick, así que no tuve que obviar detalles. Si hubiera tenido que ocultar cosas creo que esto no serviría. Aunque, ¿realmente sirve? No sé, pero es lo único que puedo hacer por ahora.
Llego a la casa, entonces cuando abro la puerta, veo a mi prima, que rápido se abalanza sobre mí a llorar y abrazarme.
—Ay, estaba tan preocupada. —Sigue llorisqueando—. Ya te daba por perdida, qué alegría más grande.
No sé cómo reaccionar, Cely y yo éramos tan parecidas, pero ahora soy todo lo opuesto a ella ¿Qué debería hacer? No sé.
—Cuando Nick me llamó, no lo podía creer —continúa y se refriega los ojos—. Te ves tan linda —dice como si nada.
Mantengo mi shock.
—Yo...
—Te quiero mucho. —Me abraza de nuevo y sonrío.
—Tú eres la linda —opino.
Veo a Nick acercarse, feliz.
—Me encanta que las primas estén juntas de nuevo —expresa emocionado.
—¿Me disculpas un segundo? —le digo a Cely y empujo a Nick hasta el cuarto—. ¿Por qué le avisaste? —consulto al cerrar la puerta.
—Oye, ella estuvo en el día de tu secuestro, debería saber —expresa comprensivo.
Hago una pequeña sonrisa.
—Supongo que no me puedo enojar.
—No —exclama con la cabeza en alto y las manos en su cintura, luego alza un dedo—. Ahora deja que Cely te cotillee todo, así te olvidas de las cosas malas.
—Lo intentaré. —Bufo.
Paso una tarde entretenida con mi prima, la cual es muy despistada como siempre, así que hasta se le rompe un vaso. Luego de unas conversaciones más noto su barriga.
—Creí que te ibas a ligar las trompas —opino.
—Bueno, verás... —expresa avergonzada—. Me tardé tanto con el turno que mi marido y yo... estuvimos animados —exclama con sonrojo y se ríe.
—Existen los preservativos —le recuerdo.
—Él estaba caliente y yo soy una despistada, no se pudo hacer mucho. —Se carcajea y luego bufa—. Soy un desastre —se lamenta.
Le sonrío con cariño.
—Claro que no.
—Yo... —expresa tímida—. Siento no decírtelo, Nick me contó lo que ocurrió y me pidió que no mencionara lo del bebé.
—No te preocupes, eso era imposible de todos modos, estábamos destinados a no tener hijos.
—No digas eso, puedes volver a intentar. —Hace una gran sonrisa.
—No, gracias, estoy vieja. —Bufo—. Y estamos distanciados con Nick, no va a pasar.
—Con las tecnologías de hoy, no hay edad para estar embarazada, pero si no están bien las cosas con tu marido, mejor no me meto.
—Sí, por favor.
—Y antes de irme, te encomiendo algo. —Se levanta de su silla y toma mis manos—. Protege a Félix —declara sobre el hijo de su marido y el chico el cual es la pareja de la hija adoptiva de Nick.
—¿Por qué? —expreso confundida.
—Tú solo espera y verás.
Nick
Felix y Tatiana vienen a cenar esta noche, ni idea por qué Sarah me observa entrecerrando los ojos, como si fuera a matar a alguien. Irónico, teniendo en cuenta que nuestra primera discusión al llegar a la Argentina fue por matar gente. Comemos tranquilamente, entonces mi esposa se entera que no he visto a mi hija adoptiva desde que desapareció, así que sus mejillas arden.
—Así es —aclara Tatiana—. Papá Nick estaba tan desesperado por encontrarte que ni una llamada me hizo. —Ríe ella.
—No debió haberse tomado tantas molestias. —Sarah mantiene la vista en su plato.
—Lo siento tanto, Taty —digo avergonzado.
—No te preocupes, eso me dio fuerzas para pensar cómo decirte esto —aclara Tatiana, lo que me confunde un poco, luego veo que toma la mano de su pareja—. Vas a ser abuelo.
Sarah se levanta de su silla y la veo irse a su habitación, sin embargo estoy centrando mis pensamientos en Félix.
—Pero es una nena —digo sonriendo, pero realmente lo expreso en un tono muy serio.
—Claro que no, tengo veinticinco.
—Nick, no me mates —expresa Félix, nervioso—. Le voy a enseñar a bailar sin música al nene.
—Tengamos una conversación civilizada —declaro tranquilo.
—Con un exespía ruso, no gracias. —Se levanta de su silla y sale corriendo, así que lo persigo—. ¡Tengo sexo con tu hija hace mucho tiempo y lo sabías! —Le pongo el pie y se cae—. ¡Auch!
Me río.
—Con ese chillido estás perdonado.
—Papá, no me asustes así —me reprende Tatiana.
—Había que poner algo de humor. —Me río otra vez.
—¿Entonces no vas a matarme? —dice Félix desde el suelo.
Le ofrezco mi mano.
—Si no te quisiera con Taty, hace tiempo estarías bajo tierra. Deja de imaginar cosas raras sobre mí, aunque... —Hago una pausa, serio, así que él duda de agarrar mi mano—. Si huyes de mi hija así, ahí sí que te mato.
Toma mi mano y se levanta.
—Juro que jamás haría eso.
—Lo sé. —Sonrío.
Mantenemos la conversación un poco más, hasta que se retiran. No quise decirle nada a Sarah por irse, para dejarle su espacio, pero supongo que ya se quedó demasiado tiempo sola allí. Toco la puerta de su cuarto, aunque no me responde, así que decido entrar sin permiso.
La veo llorar en una esquina del suelo, así que me acerco a sentarme a su lado.
—Siento que este día sea un fastidio para ti, lo lamento tanto. —Suspiro—. No sé cómo evitar el tema de los bebés, está por todas partes y este último me agarró desprevenido. —Me río, nervioso.
—Entonces... —Hace una pausa—. Tengamos otro.
—¿Qué?
Me mira desafiante.
—Sí, hagamos uno.
—No creo que sea buena idea —le aclaro—. Lo perdiste hace poco, no estás bien, nosotros no estamos bien, hay que consultar a un médico y...
Se aproxima a mi boca y lo repite.
—Hagamos otro.
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Lealtad Alterada (R#15) [Lealtades #2]
ActionAleksandr Kovalev, el exespía ruso, siempre es perseguido por su pasado. Un secuestro, una masacre y la última misión del soldado. Destruir a la C.E.E.R. #PorCulpaDeUnRicoy