hey bae like it ─ sungsun

O1O

─ Sunoo, no te conté pero cachai que el Jay consiguió mi número, me habló cuando estábamos en la plaza, el weon intenso, además me habla preguntándome si me gustaba el helado de pistacho, nunca he probado esa cosa.

Se removió incómodo en su asiento, Jungwon siguió hablando.

─ Es medio rarito, de verdad. ─ suspiró exhausto, extrañado ante el silencio de su amigo. ─ Prometo golpear con todas mis fuerzas a la persona que le pasó mi número, no es broma. ─ soltó una risa nerviosa, observando al de ojos felinos le ofreció una galleta sin decir nada.

Con sueño, se levantó de su asiento en cuanto el timbre toco, dándose cuenta de que era el último recreo, se devolvió a buscar su pote con frutas para dirigirse, casi arrastrándose al salón de Sunghoon, ya que era lo que había estado acostumbrado hace algunos días.

Como siempre, antes de entrar reviso por la ventana si solo él se encontraba en el salón, aunque ya era algo estupido, pues siempre estaba solo.

Entro al salón, y el azabache estaba ahí estudiando como casualmente pasaba el recreo, saludo con su mano y él asintió, mientras se sacaba sus audífonos.

Se acercó al más alto y se sentó en el puesto de delante, dando vuelta la silla para quedar frente al chico.

─ Comamos. ─ apoyo el pote con manzanas y uvas encima de la mesa, inmediatamente comenzó a sacar frutas.

El pelinegro saco un trozo de manzana, con un mini tenedor que el más bajo le había dado. Ambos comían las frutas en silencio.

─ ¿Sabes? Claro que no sabes. ─ se respondió a sí mismo, riéndose. ─ Hoy día estaba hablando con el Jungwon y la cosa es que, un rarito le pasó su número al Jay y  el Jay no le deja de hablar, estuvo pelando todo el rato al bonito que ─ se interrumpió a si mismo, tapando su boca. ─ Digo, a la persona que le dió su número.

Sunghoon soltó una risa ante lo obvio que estaba siendo Sunoo, el chico Kim, sorprendido por esa acción, soltó una risa también antes de seguir con su anécdota.

─ Realmente que mal amigo la persona que le dio su número, yo nunca aceptaría algo así. ─ el mayor lo miró divertido mientras seguía comiendo uno que otro pedazo de manzana. ─ Ni aunque fuera por veinte helados de chocomenta.

─ ¿Te gusta el Chocomenta? ─ preguntó Park, haciéndose el sorprendido, intentando que el menor le dijera, esto fue antes de que su amigo extranjero llegara a interrumpir.

─ Sunoo sabía que estarías acá, claramente no encontré helado de chocomenta a esta hora, pero te traje este chocolate con crema de menta, muchas gracias por haberme dado el número de Jungwon. ─ dijo mientras un Sunoo avergonzado le hacía señas para que se callara, en esos momentos, el más alto solo quería reír. ─ Bueno, me voy, pero acá tienes. ─ le acercó el chocolate, que aceptó avergonzado.

Dejó el chocolate en la mesa y tapó su rostro avergonzado, negando de un lado a otro mientras su cara se enrojecia cada vez más. El pelinegro intentaba aguantar su risa.

─ Entonces sí te gusta el chocomenta. ─ se respondió a sí mismo, mientras buscaba sus libros correspondientes para estudiar.

─ Maldito Jay, le dije, le dije que me avisará cuando me fuera a dar el helado. ─ comenzó a patear el aire desde su silla. ─ Que vergüenza, de verdad no puedo con ésto. Nunca más le hago un favor a Jay, nunca más, lo prometo.

Cuando se dió cuenta que había desconcentrado al contrario, se tranquilizó, quedándose quieto en su asiento mientras soltaba insultos contra el americano en voz baja, el mayor lo escuchaba divertido.

El menor no se sentía en condiciones para seguir allí después de esa vergüenza, pero aún así lo hizo, viéndo estudiar al chico de lunares como había estado haciendo los últimos días.

Sonó el timbre, anunciando el final del recreo. Agarró sus cosas para irse, antes de despedirse de el chico frente a él, abrió su boca para hacerle una pregunta.

─ ¿Cuál es tu helado favorito? ─ preguntó mientras los estudiantes entraban a la sala, sin esperar lo peor.

─ El de vainilla y café.