Green | hyewon (LOONA) PAUSADA

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—¡Date prisa!— Chaewon se echó a reír, ya estando en la colina en el momento Hyejoo había salido del coche. Casi tropezó, recuperando rápidamente el equilibrio y poniendo mala cara cuando Hyejoo se echó a reír.

—No es divertido— Chaewon murmuró, cruzando los brazos poniendo su labio inferior en un puchero. Hyejoo no podía dejar de reír, corrió por la colina para ponerse al día con su esposa. Hizo una pausa por un momento. Esposa. A ella le gustaba como sonaba eso.

—Alguien está ansiosa— Hyejoo se rió cuando Chaewon la tomó de la mano, tirando de ella por el resto del camino hasta la colina. Las dos chicas se detuvieron por un momento, una vez que llegaron a la cima, mirando adelante a la puerta de hierro.

Chaewon respiró hondo, dando a Hyejoo una tímida sonrisa antes de bajar por el camino tan familiar. Hyejoo pateó una piedra mientras caminaban y los ojos de Chaewon escaneaban sus alrededores. Cuando vio el árbol, jaló a Hyejoo fuera del camino y de inmediato se arrodilló para sacudir las dos tumbas.

Mientras tanto, Hyejoo tomo la manta de la mochila, y la colocó en el pasto debajo del árbol. Chaewon se dio la vuelta, dándole una mirada inquisitiva.

—Lo planeé— Hyejoo se rió, sentado con las piernas cruzadas en medio de la manta. Ella palmeó el espacio junto a ella y le indicó a Chaewon unirse a ella. Con una sonrisa suave, Chaewon acolchó la manta y se sentó, apoyando su cabeza en el hombro de Hyejoo suspirando.

—Si estuvieran aquí serían muy felices— susurró Chaewon, causando que Hyejoo riera en voz baja. —Ellos siempre eran felices. Incluso si todo lo demás apestaba—.

—Me pregunto de dónde lo has sacado— Hyejoo se rió y le dio un codazo juguetón a Chaewon. La niña más pequeña escondió su rostro en el hueco del cuello de Hyejoo, accidentalmente golpeando su codo lo que la hizo acostarse completamente. Chaewon no podía dejar de reír, se echó hacia atrás para que su cabeza descansara sobre el abdomen de Hyejoo.

Hyejoo movió sus brazos detrás de su cabeza, mirando hacia el cielo mientras el viento agitaba suavemente las hojas del árbol encima de ellas. Sonrió cuando sintió a Chaewon tomar una de sus manos, acomodándola entre las suyas y descansando su barbilla.

—Hay tantas historias aquí, Oli— susurró Chaewon, manteniendo su mirada en el cielo.

—¿Historias?— Hyejoo se apoyó en codos, mirando hacia abajo a Chaewon, quien asintió con entusiasmo.

—Sólo piensa en ello— Chaewon frunció los labios en una cuidadosa reflexión. —Aquí todo el mundo una vez tuvo una historia. Y ahora hay millones y millones de historias aquí. Me gustaría poder conocerlas todas—.

—Yo no— dijo Hyejoo distraídamente, mirando al cielo, mientras que Chaewon jugaba con sus dedos. La niña más pequeña frunció las cejas y miró a Hyejoo.

—¿Por qué no?—

—Debido a que la mejor historia de todas es la nuestra— susurró Hyejoo, mirando de vuelta a la pequeña niña. —Eres todo mi libro, Chaewon. Comienza contigo y termina contigo. No existen otras historias en mi mundo—.

—También, el nuestro es mi favorito— dijo Chaewon en voz baja, mirando a la chica con los ojos llenos de adoración. —Voy a contar nuestra historia para siempre. Te lo prometo.— cerró sus dedos.

—No se puede pedir a nadie mejor para ser mi protagonista— Hyejoo se rió, arrugando la nariz. Chaewon llegó hasta pasar los dedos por el pelo de Hyejoo. Los ojos de las dos chicas se encontraron y Hyejoo se inclinó para plantar un beso suave en los labios de Chaewon.

—Estamos casadas— Hyejoo se rió, deteniéndose delante de la cara de Chaewon. La pequeña niña no podía dejar de reír, sentándose y cruzando las piernas debajo de ella.