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—¡Diviértanse!— Hyejoo dijo mientras Chaewon corría por la acera. Habían estado tan metidas en lanzar el juguete con Wolf esa mañana que no se dieron cuenta que iban a llegar tarde al trabajo.

Justo cuando Hyejoo encendió el coche otra vez, vio a alguien corriendo hacia él. Ella se confundió cuando Chaewon le indicó que bajara la ventana, golpeando el cristal urgentemente.

—¿Vas a casa?— Preguntó Chaewon, sin aliento. Hyejoo asintió, levantando una ceja incriminatoria.

—Bueno— Chaewon asintió. Se mordió los labios para ocultar su emoción. —Mira en la habitación de invitados.—

Antes de que Hyejoo pudiera preguntarle a su esposa lo que quería decir, la niña más pequeña se fue por la acera y desapareció en el edificio. Hyejoo frunció el ceño, de repente curiosa por lo que Chaewon había hablado.

Ella corrió a su casa, arrojando su chaqueta a un lado de la puerta sorprendiendo a Wolf cuando accidentalmente cerró la puerta con demasiado entusiasmo. El gato se incorporó desde su posición en el mostrador cuando Hyejoo se dirigió por el pasillo.

Habían estado tan ocupadas con la boda la semana anterior que no habían tenido tiempo para prestar mucha atención a su casa. Las únicas dos habitaciones que ocupaban la mayor parte del tiempo eran la cocina y el dormitorio, por lo que las dos habitaciones vacías al final del pasillo estaban en el olvido.

O eso creía ella.

Hyejoo se confundió, tan pronto como sus dedos se cerraron alrededor de la perilla de la puerta de la habitación de invitados y se encontró cara a cara con un ambiente completamente diferente. El aliento se le quedó atascado en la garganta y dejó que sus ojos exploraran su entorno.

En el lado opuesto de la habitación había un nuevo caballete, justo en frente de la gran ventana que tenía la vista perfecta de su gran patio. En las paredes adyacentes, había series de luces e imágenes al azar que las chicas habían reunido en su tiempo como pareja. Filas y filas de estanterías de todos sus materiales de arte, organizadas unas junto a otras.

Hyejoo no podía encontrar las palabras. ¿Cuándo había sucedido esto? Dio un paso hacia delante, permitiendo que sus ojos escanearan a través de las diversas fotografías que habían sido colgadas en las paredes.

Por el rabillo del ojo, vio algo clavado en su caballete. Levantando una ceja, Hyejoo cruzó la habitación y tomó cuidadosamente el papel en sus manos.

Oli,

Por favor, no te molestes.

Cuando nos casamos, dijimos que no queríamos hacer algo grande. Pero tenía que hacer algo. Porque tú mereces cosas grandes.

No sé lo que tengo que decir. ¿Feliz boda? Eso suena divertido. Pero estoy feliz porque estamos casadas. Me gustaría realmente poderte mostrar lo feliz que estoy. Ni siquiera puedo ponerlo en palabras, Oli. Te amo.

Así que por favor no te molestes. Sé que a veces no te gusta cuando la atención está en ti. Pero yo tenía que hacer algo. Y no te deberías molestar, porque creo que esto es como un regalo para mí también.

Quería que tuvieras un lugar que fuera todo tuyo. ¿Sabes? Un espacio en el que pudieras pintar cosas increíbles y escuchar tus canciones favoritas tan alto como quieras.

Y me gusta verte pintando. Es una de mis cosas favoritas. Lo amas, y yo te amo. Así que funciona. Espero que te guste.

Te amo.

–Chaewon

Hyejoo no pudo evitar la sonrisa torpe que se extendió por su cara. Había algo tan especial sobre Chaewon. No podía explicarlo.

Green | hyewon (LOONA) PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora