Mala idea

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Luego de aquel suceso la administración de la sede fue más permisiva, más aún cuando el director ya no era el ejemplo de la misma, a pesar de que habían sido informados de la manera en la que Pérez trataba a sus subordinados.

Los nuevos agentes solo tuvieron que acoplarse a dicha modalidad, sin ser realmente un inconveniente. Por ello la lluvia de saludos militares eran los que detenían a Viktor en la entrada de la sede.

Este estaba cansado del cambio de turnos y ahora entendía a Horacio cada que llegaba a casa hastiado de dicho movimiento, sin contar que al mismo le dedicaban palabras de afecto cada día.

Hoy le había pedido que este se encargara de aquello, pues este tenía una reunión importante y su salida fue más temprana.

- Uve, ¿te llevamos?

La pareja de Alanna y Parker, le ofrecían un asiento en su vehículo, a un lado de Blake, quien quedó sin transporte hace varios meses por una carrera con su marido.

-Un momento, salgo de servicio. - A trote el cometido fue obtenido y una amena conversación era mantenida por los agentes.

- ¿Y Horacio? - Preguntó lleno de curiosidad el moreno.

- Tenía una junta, así que se adelantó su 10-10.

- Oh... Eso significa que tienes la casa para ti. - Comentó esta vez la mujer que tenía planes desde hace bastante. - ¿Si le preparamos la sorpresa que dijiste?

- ¡Claro! Ahora solo nos faltan las serpentinas y sabemos que no es 14, pero para asegurar. ¿Qué te parece? - esta vez comentó la pareja de la chica.

- Yo no tengo nada que hacer así que me apunto.

- No, no. Lo dejamos para ese día, pero si quieren podemos ir a dejar todo, así no lo llevan de un lado a otro en su auto.

- 10-4, jefe.

El camino no fue más que preparaciones para lo planeado, pero todo ello fue cortado al ver un coche ajeno estacionado en el hogar del superior, haciendo que estos activarán sus sentidos y fueran en busca del extraño.

La puerta de la misión fue abierta bruscamente, pero todo sonido fue acallado por unos tacones que resonaban dentro, objetos que tenían un ritmo pausado, mismos que eran indicativo de que algo se avecinaba, asustando a los funcionarios que a punta de cañón esperaban al causante del ruido.

-Vik~ - ronroneó - Dijiste que te gustaban los gatitos, así que ¡Hostia! - Las pistolas cayeron al suelo al ver semejante espectáculo.

El de cresta portaba en su cabeza orejas de felino, un collar adornaba su cuello y únicamente sus partes íntimas eran cubiertas por un calzoncillo que tenía la peculiaridad de poseer una larga cola de gato, la cual era agarrada por la mano derecha del mismo, ocasionando vueltas a la punta de accesorio.

Soltando lo de sus manos, se encogió asustado al ver más pares de ojos posados en su ser, cubriéndose de manera nula sus pezones y su parte inferior.

- ¡¿Qué miran?! ¡¡Salid, ahora!! - Gritó desesperado el ruso, mientras intentaba cubrir a su esposo con su gabardina.

Estos salieron como pollos sin cabeza y las carcajadas luego del momento de tensión, fue la confirmación que aquello había sido muy mala idea.

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