- VI.

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El pasado pisado

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...El pasado pisado...





¿En serio tenemos que entrar a clases..? —  se quejo YunHo mientras seguía a los demás.

Tenemos que comportarnos..— explicó HongJoong — Ahora deja de quejarte y entren ahí de una vez. — 

HoongJong empujó a YunHo dentro de un salón, haciéndolo trastabillar y por poco caer, San y YeoSang entraron detrás de el, cuando HongJoong paso a su lado, YunHo resoplo y se acomodo el cabello dedicándole una mala mirada, sólo para regresar la vista y ver que el salón entero tenía los ojos puestos en el.

—  ¿Que..? ¿Tengo algo en la cara o que..? —  pregunto irritado por la cara de tarados que todos tenían, ante su bufido todos desviaron la mirada con prisa.

—  ¡Hey..! Oye — se acercó una chica con cabello morado y rosado a YunHo — ¿Hijo de Maleficent, no es cierto..? Encantada de conocerte, soy Hwan Chang Min — al oír ese apellido HoongJong se congeló de golpe — ah, soy hija de Hwan YeJi, la Bella..—

¡Durmiente..! — interrumpió YunHo — Si, escuche de ella... — respondió tenso YunHo, sólo para voltear sobre su hombro y ver a HongJoong que estaba boqueando como pez fuera del agua.

Sabes, no quiero culpar a tu padre por intentar matar a mis padres y eso, ni sus arranques de ira injustificados. — sonrió Chang Min.

YunHo se tenso, ¿Injustificados..? San se puso derecho y YeoSang volteo al igual que HongJoong.

¿Sabes que..? Tampoco quiero culpar a tu abuelo por ser un inescrupuloso, mentiroso, avaricioso, cínico e hipócrita hombre. — gruñó YunHo con una mueca que pretendía ser una sonrisa.

Lo pasado pisado. — dijo por lo bajo Hwan con una falsa sonrisa.

Y olvidado. — asintió YunHo con una sonrisa forzada.

HongJoong, San y YeoSang estaban tensos, detrás de la espalda de YunHo, sus manos estaban destilando su magia que brillaba en verde y se movía cómo fuego, Atiny estaba igual de tensa, Hwan sujetaba con fuerza su varita tras de la espalda, la cual sacaba chispas.

Esos dos estaban a segundos de lanzarse uno contra el otro en un muy peligroso duelo mágico. Más si tomaban en cuenta la ventaja que llevaba Jung al no necesitar varita y ser más grande, sin mencionar su mágico naturaleza y las dos enormes alas en su espalda que tenía cómo arma si la cosa se tornaba física.

De repente alguien se puso entre los dos.

¿Por qué no nos relajamos y sentamos..? — propuso MinGi, empujando suavemente a YunHo del pecho para hacerlo retroceder, al igual que a Chang Min. — No queremos pelear. 

Descendientes (ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora