- XVI.

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No Eres Un Villano

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..No Eres Un Villano..



— ¡Nop..! — HongJoong se dio vuelta pero SeongHwa le tomó suavemente de los hombros para guiarle de regreso.

 Es sólo una moto — le tranquilizó susurrándole mientras lo animaba a subir al aparato.


HongJoong estaba gritando internamente, ¿Por qué se había metido en eso, de nuevo..? Ah, sí, por una estúpida galleta. Jamás había estado por su cuenta, es decir, era raro saber que ninguno de su pandilla estaba cerca. En la isla siempre estaba por donde sabía que estarían los demás o cuando YunHo salía a volar, ahora estar por su cuenta era aterrador.

Tomó un profundo respiro y se llenó de valor.

— Bien, pero si me muero, te mató — le advirtió mientras se subía a la moto.

Suena justo —


SeongHwa se subió delante de HongJoong, pero apenas avanzó, el último se tenso y se abrazo con fuerza a su torso, esa cosa iba demasiado rápido, sólo tenía protegida la cabeza. Sentía el agitado corazón de HongJoong latir cómo loco desde su espalda desde que este lo abrazaba cómo si fuera una tabla en medio de una tempestad, en verdad era una sensación tan agradable que, cuando tenía miedo, se agarraba con fuerza a él, pensó que lo mejor sería calmarlo para no arruinar su cita.

 Relájate y disfruta el paseo  — le dijo SeongHwa al sentirlo pegársele cuál koala fuera.


HongJoong le quiso romper algo por decir eso en el momento, ¡No estaba relajado..! ¡No se podía relajar..! ¡Y no se iba a relajar cuándo está sobre una máquina que se mueve a 85 kilómetros por hora sin algo qué los rodé y sólo con la cabeza cubierta...! "Respira Hong, está cosa se frenará en un momento dado" Y se freno cuando llegaron a un bosque.


— ¿Un bosque..?, ¿Me trajiste a un bosque a la mitad de la nada..? — preguntó bajándose y quitándose el casco para ver el lugar, acomodándose el cabello de un movimiento de cabeza fluido, embobando un poco a SeongHwa, a quien le costó un poco reaccionar.

 Oh vamos, no es cómo si temieras que te fuera a matar o algo así, ¿Verdad..? — quiso bromear, pero se quedó callado cuando HongJoong colocó una de sus manos en su cintura y a pasos felinos se acercó a él, cómo una pantera a su presa, llegando a donde él, rompiendo toda barrera de espacio personal quedó prácticamente respirando el mismo aire que el. Con una sonrisa coqueta colocó su otra mano en su mentón y le obligó a verle directamente a los ojos.

Descendientes (ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora