NAFARIOUS

14. Capítulo [ Celos]

SKYLAR HOFFMANN

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—No creo que eso sea recomendable—Le digo cuando detiene el auto frente a mi casa.—Y es demasiado pronto para vivir juntos.

—No hago las cosas porque sean lo mejor o si es muy rápido, lo hago porque se me da la gana.—Responde cortante.

El que se comporte como un caprichoso me enoja. Ya que no piensa cual será la reacción de sus hijos cuando se enteren o la de mi hermano quien para él Scott es como un hermano.

Intento bajarme, pero detiene el impulso bajándose primero para abrir la puerta de mi asiento.

—No puedes irte conmigo—Reitero quitándole las llaves cuando bajo.

—¿Es por Scott?.

—Si, es por el.—Respondo queriendo pasar por su lado, las punzadas son leves, pero soportables. Me sujeta la muñeca deteniendo mi paso.

El hombre que nos seguía se mantiene en el auto en una debida distancia, dándonos privacidad.

«Demetrio» He escuchado que Adams lo llama así, es robusto y alto.

—No quiero lastimarlo—Le explicó, su rostro se transforma en enojo.—No creo que se lo tome bien. Mejor hay que esperará para...

—Eso no lo pensaste cuando me aceptaste o me abriste  las piernas—Me corta diciendo las palabras fría. Lo que dice me hacen dolor la cabeza del enojo y no contengo el que mi mano impacte contra su mejilla que ni siquiera lo mueve.

Es demasiado alto que parece una pared de músculos con una mirada peligrosa que me hace arrepentirme de inmediato al ver el enojo puro reflejado en su rostro.

—Es tu hijo—Digo enojada ocultando el miedo al ver la bestia de dos metros frente a mi furiosa.

Suelta mi mano como si le quemara.

—Vete—Habla despacio remarcando las palabras, generando escalofríos por todo mi cuerpo.

—Tienes que pensar en su reacción que...

—Vete—Repite metiendo las manos en su bolsillos tensando la mandíbula.—Vete, porque se me olvidara que eres tú quien está frente a mi.

—Me vas a golpear—Pregunto encogiéndome en mi lugar.

Se acerca cada vez más a mi invadiendo mi espacio.

—Nunca en tu vida vuelvas a decir esa estupidez—Susurra  acariciando mi cabello a tal punto que me provoca escalofríos con la tranquila que aparenta.—Vete a dormir. Mañana mandaré a buscarte.

Intenta irse.

—Aún no terminamos de hablar—Insisto con los ojos cristalizados—Siempre te crees con el derecho de terminar las conversaciones cuando algo no te gusta—Mi boca se mueve sin poder contenerlo—Nunca escuchas... Y piensas que aceptaré irme contigo sin pensar en el daño que le causará esto a él.

—¿Estás diciendo que aún sientes algo por el?—Increpa entre dientes.

Niego sin poder creer que él diga eso, ¿como piensa que sentiré algo por su hijo más que afecto?.

—No—Respondo.—Pero si le tengo afecto, lo quiero mucho, no de la manera de como el y tú piensas.

Paso por su lado dejándolo con el frío de la madrugada ingresando y encendiendo el auto adentrándome a la mansión que habré las rejas cuando reconocen el auto.

Bajo entregándole las llaves a uno de los que aún están en guardia. Evitando darle la cara, ya que las lágrimas quieren hacer de la suyas.

Camino queriendo llegara a mi habitación y poder dormir de lo que resta las horas antes que mi padres despierte, pero eso se queda aún lado cuando veo a Cael saliendo de la cocina con su cabello rubio desordenado con un vaso de agua en su mano.