CAPÍTULO 09: MIEDOS Y CULPAS.

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Canción: Fire Away - Niall

Advertencia: contenido sexual explícito. Contenido sensible. Violencia y lenguaje vulgar.

Omnisciente.

-algunas horas antes.-

Eda había estado mirando a Serkan dormir por alrededor de una hora. No podía dejar de pensar, no podía dejar de recordar el infierno mientras estaba entre sus brazos y eso le daba culpa.

Le daba culpa no poder contarle, le daba culpa que incluso siendo él su lugar seguro, ella sintiera miedo. Miedo de que se alejara al ver lo rota que estaba y lo mucho que le había costado unir sus piezas de vuelta. Miedo de que la viera vulnerable, más aún. Miedo de que supiera su punto débil. Porque las personas tienen esa extraña manía de usar lo que más te duele en tu propia contra, para hacerte más daño. Y Eda no estaba lista para darle a Serkan el poder de volver a romperla, incluso cuando él ya lo tenía.

Así que se levantó con mucho cuidado de no despertarlo, extrañando desde ese instante sus brazos rodeándola. Se colocó ropa interior y luego un par de jeans, quedándose con la camiseta de Serkan porque tenía su aroma y lo necesitaba aunque en ese momento se estuviera alejando.

Se colgó la mochila en el hombro y salió de la habitación. Caminó hacia el estudio para buscar un papel y escribió en él una breve disculpa, luego volvió a la habitación para dejarla sobre la mesita de noche. Suspiró mirándolo una vez más y salió otra vez, esta vez se dirigió a la planta baja, saludó a Sirius y silenciosamente se fue del departamento.

En el camino a su destino, llamó a Melo y a Ceren para explicarles y avisarles dónde estaba y que "por favor, no le digan a Serkan dónde estoy".

Eda necesitaba pensar con claridad. Reforzar algunas piezas que se empezaban a despegar para volver un poco más fuerte, tal como lo era el día que conoció a Serkan.

Tal como lo era la Eda que Serkan conocía.

-actualidad.-

Serkan estaba lo que se podía decir realmente desesperado. Eran las once de la mañana y todavía no tenía noticias de Eda. Había estado llamándola toda la mañana sin éxito alguno, tratando de pensar en dónde podría estar o qué podría haberle pasado. Ninguna teoría que su cabeza comenzaba a hacer era algo bueno.

Tomó una profunda respiración antes de tomar las llaves del auto y salir de su departamento para ir rumbo a Art-Life, con la esperanza de encontrar a Ceren ahí. No lo creía posible, pero al menos empezaría por algo.

Una vez en el auto se dio un golpe mental porque podría ahorrarse el viaje llamándola por teléfono, así que antes de encender el motor del auto, buscó el contacto de Ceren y apretó sobre el ícono del teléfono para iniciar la llamada.

—Serkan Bey —mencionó la rubia del otro lado, como sabiendo el motivo de su llamada.

—Eda se fue y no me responde las llamadas. —dijo sin ocultar la desesperación en su voz. — Asumo que habló contigo, por favor, necesito saber si está bien.

—Serkan... Te dije que no la presiones. —responde Ceren mordiéndose el labio tratando de no hablar demás.

—¡Pero no lo hice! —exclama y se pasa la mano por el cabello. — ¡Estaba todo bien cuando nos fuimos a dormir! —Ceren hizo una pausa antes de responder.

—Dale tiempo. —dijo antes de colgar, dejando a Serkan un poco más confundido y desesperado que antes de la llamada.

Serkan miró el volante y cerró los ojos, pensando qué podía hacer. Abrió los ojos al venir un dato a su mente y marcó el número de Leyla.

ARDER EN LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora