El nuevo vecino

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- Fred, ¿estás seguro que es por acá? - Susurré en un pasillo muy oscuro.

- Si. Solo no hagas ruido. - Seguimos caminando por el lugar, hasta llegar a un bosque. - Debemos quedarnos aquí esta noche. Mañana seguiremos viaje. Debes descansar.

- Sabes que no podré hacerlo. Si duermo, seguiré perdiendo la cordura. Estoy arta de soñar con gente que muere.

- Esta bien. - Me abrazó. - Todo terminará pronto.

- No creo. - Di dos pasos más. La voz familiar de una mujer me hablaba por la espalda. Giré, el bosque desapareció al igual que Fred, en su lugar, volvía a estar en la sala de estar donde estuve una vez. - Eres muy hábil. - El brazo me ardía. - Pero no tanto como yo. ¿Dónde estabas la primera vez que te necesité?

- No se de qué me hablas. - Era diferente que la primera vez. Ahora no sentía pánico, no quería salir corriendo del lugar. Estaba firme, con el corazón duro como piedra, al igual que la calma.

- Tu sabes ¡de que hablo! - Tía Bellatrix se me paro de frente. - No soy idiota. No eres como nosotros.

- ¿Quieres que te lo escupa, o que te lo escriba en la frente con una navaja? Jamás seré una de ustedes.

- Oh, si que lo serás.

- Si debo matarte, lo haré. Pero no seré una arrastrada como tú. - Me dio una bofetada tan fuerte, que le respondí con un puñetazo, dejándola tendida en el suelo. - No seré digna de estar cerca de tu amante, Bellatrix. - Le dije, mientras ella trataba de incorporarse.

- No te engañes. - Se tocaba la boca llena de sangre. - Si no te unes, tu novio morirá. - Me enderecé.

- Deja a los Weasley en paz. Lo haré.

- Solo lo creeré cuando lo vea.

Desperté, con el brazo ardiendo en el mismo lugar que en el sueño. Había pasado una semana desde que volví a casa, pero en realidad no estaba allí, si no, con mis abuelos. Mis padres alquilaron la casa de nosotros, al igual que el restaurante. La mayoría de las cosas de la casa, incluido los animales, los trasladaron a un campo en alguna parte de Sudamérica. No quisieron decirme donde y tampoco porque lo hicieron. Tuve que instalarme en la habitación de huéspedes, donde solía dormir cuando venía a visitarlos, mientras que mis padres estaban en la antigua habitación de ella. Tenía algunas prendas, y solo lo que traía en el baúl de la escuela. La abuela estaba muy feliz por habernos mudado allí, pero el que estaba extasiado de felicidad, era nuestro vecino.

- Luke, hola. Pasa, estamos por desayunar. - Eran las ocho de la mañana, cuando baje en pijama. Trate de esconderme detrás de mi abuela para que no me viera desarreglada, pero ella me empujó para que fuera lo primero que vea al entrar.

- Luke, querido muchacho, pasa, pasa. _____, no seas tímida y ayúdalo. - Traía una tarta y unos panecillos.

- Que linda. - Murmuro, al verme desarreglada. - Gracias por invitarme a desayunar. - Mire a todos buscando quien lo había hecho. Por la expresión de mi abuela, creo que fue ella. - Les traje esto, para agradecerles. Mi madre los preparó. No es que nuestro elfo no haga ricos panecillos, pero mi madre insistió que es mejor agradecer con algo hecho por uno mismo.

- ¿Y por qué no lo hiciste tú?

- Por que no se ni prender un fósforo.

- Novato. - Murmure.

- Siéntate Luke. - Mi abuela le ofreció el asiendo junto al mio, mientras Peace, mi elfa, le puso una taza de té caliente delante de él, al igual que a mi.

- Gracias, Peace. - Todavía no se acostumbraba a que alguien fuera amable con ella.

El abuelo era el más entusiasmado por ver a Luke ahí, y debo confesar que yo también, porque tenía alguien con quien hablar de lo que me pasaba. Esa misma tarde, en el gran jardín de la casa, estuvimos afuera hasta que anocheció.

- ¿Algo más, aparte de soñar con ella? - Le pase el nuevo cuaderno donde escribía los sueños.

- Algo sobre un hombre grande que espía a otros dos. Y no dejo de soñar con serpientes.

- Quizás te convertirás en una Slytherin. - Con seriedad, lo miré, mientras el me sonreía.

- Era un chiste.

- En fin. Pettigrew esta con él, ya sabes, ese. No sé que están planeando. Pero... vi a una mujer. Ella hablaba con Pettigrew, hasta que murió.

- ¿Pettigrew la mato?

- No lo sé. Es como si no pudiera escuchar lo que dicen. Como si mis oídos no funcionaran.

- Es raro... O hay algo que va a pasar y no quieres escuchar.

- Quisiera volver a tener sueños agradables. Aunque sea uno que haga que la noche siguiente no tenga miedo a dormir.

- Hay una película de terror sobre eso.

- ¿Tu familia sabe que haces cosas de muggles?

- No. ¿Por qué se los diría?... En esa película los chicos no quieren dormir por miedo a que el asesino los mate en él.

- Bueno, un nuevo motivo para no dormir.

- Tranquila, _______. Eres una bruja. No creo que alguien pueda derrotarte. Luego de lo que le hiciste a Austin, nadie puede enfrentarte.

- ¿Te contó?

- Mas bien, lo vi. Si me lo hubiese contado, se avergonzaría. ¿Qué es esto? - Señalo algo que había visto en el cuaderno. - "El hijo no reconocido regresa a su hogar paterno, para planear su siguiente movimiento".

- Eso dije en el sueño que tuve el martes.

- "Una mujer atrapada en su mente, será quien dará pie al plan", "Morirá traicionando a su mundo. Será la primera pero no la última víctima". Tuviste...

- Unas noches complicadas. Antes tenía mi biblioteca para distraerme. Ahora esta en quien sabe donde. Incluso el primer diario que me regalaste se lo llevaron. Solo tengo el nuevo en el baúl. 

- ¿Todo esto soñaste en una semana?

- Si, ¿por qué?

- Esta mujer de la que hablas, ¿Sabes como es, su nombre, algo de ella?

- Jamás la vi. Solo pude ver que se cruzó con Colagusano. No se porque lo llaman así, pero se que es él, Peter Pettigrew. Ella lo vió, creo que por eso la mataron.

- Creo que iré a casa. Ya se esta haciendo tarde. Guárdalo, y sigue escribiendo todo lo que sueñas. Volveré mañana.... Ah, y si me necesitas - Se acercó cerca de mi oído. - Dile a Peace que me busque. - Susurró.

Mi vida en Hogwarts 5to añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora