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Namjoon no había dejado a jin solo en sus aposentos, mando a buscar a los responsable por eso, pero todos negaban, la que había preparado la comida dijo que ella no había sido, y el rey no creía que fuera ella, ya que había estado desde hace años, sus padres fueron cuidados por ella, así que no creía pero eso no la quitaría de ser una sospechosa.

Encanvió cuando supo quién había llevado la comida se enfureció más.
Jin le había dicho Quin fue, y lo que le había dicho, la chica se había arrodillado diciendo que ella lo había puesto nada, que solo había llevado la comida, el rey iso que el cuarto de ella chica fuera revisado sin dejar un rincón pendiente, mientras el se paraba en la puerta haber.

No habían encontrado nada, asi que el palacio estaba en alerta, nadie podía preparar la comida de jin, nadie tiene permitido acercarse a los aposentos reales, nadie a excepción a sus hermanas y su hermano, ellos eran los únicos que podían acercarse a jin, namjoon en cada comida estaba con jin, y ahora había mandado hacer unos palillos de plata para jin, eran los únicos que usaba, aparte que todo lo que usaba para la comida era echo de plata, sonaba exagerado pero si esa persona lo odiaba no descansaría asta acabar con su omega, no dejaría que eso pasara.

—mi señor...porfavor déjeme respirar.—

Hablo jin empujado al rey, este estaba besando lo, y no lo dejaba respirar, abrió su boca para poder tomar más aire, el rey sonrió al verlo y se inclino hacia adelante querimado darle un besito, más jin se iso hacia atrás al instante cerrando su boca.

—¡No!.—grito, y el rey carcajeo, abrazo la cintura contraria y lo atrajo hacia él, quería embriagarse con ese aroma.

—mañana empezará su entrenamiento.—hablo mientras besaba su cuello, y empezaba a meter sus manos por debajo del hanfu de jin.

Este al darse cuánta trato de sacarlas pero no pudo, agarro las manos por arriba del hanfu y las mantuvo en sus piernas para que ya no se moviera a otro lugar.

—comportesé mi señor.—dijo jin y el rey sonrió, apretó sus manos en las piernas de jin, disfrutando la sensación de tocar esas piernas, las había tocado mucho pero no sé cansaba, eran suaves y rellenitas, y daba gracias que el hanfu las cubriera, no quería que nadie más las viera.

—me estoy comportando. ¿Que estoy haciendo mal?.—dijo con un tono inocente y sonrió de igual manera.

—no se haga el inocente mi señor, sabe que no puede comprarse así.—dijo mirando hacia las ventanas de los aposentos, namjoon suspiro, quitó sus manos de dónde las tenía y dejó a seokjin en la cama, camino asta las ventanas y las serró, lo único que quedaba abierto era el balcón que daba al estanque, pero nadie tenía permitido pasar ahí, solo el rey.
Volvió donde jin y se sentó a su lado.
Iso que se acostara y el se acomodo a su lado, se quedaron abrazados por unos minutos, asta que tocaron la puerta.

Namjoon gruño y se levantó con cuidado, jin se estaba quedando dormido y eso le molestaba, que cuando el quería quedarse a descansar alguien lo molestará.

Dio permiso para que pasaran mientras el se mantenía pasado serca de jin, viéndolo dormir.

—majestad, hoy es el día de pasar al concubinato.—hablo dahyun, haciendo una reverencia, el rey nisiquiera la miro, solo contesto.

—no iré, deles a todos que pueden ir a descansar.— la mujer lo miro como si hubiera dicho de que se hiba a morir, con los ojos bien abiertos y sus labios de igual manera.

—p-pero majestad, no puede hacer eso, es...—no termino de hablar cuando el rey la miro, con esa superioridad como siempre.

—¿Acaso te tengo que preguntar?, Eh dicho que no iré, y punto, ya tengo a mi pareja, el me dará al heredero.—hablo sin querer decir todo lo que quería, ya tenía a su pareja, sabía que no podía destruir el concubinato, no asta que lo comentará con el emperador.

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