Adachi to Shimamura Volumen 9

Joven Hougetsu Shima

"Ah, Shimamura". 

Estaba de camino a casa desde la escuela cuando escuché que alguien me llamaba por mi nombre. Curiosa, me di la vuelta, solo para ver una cara familiar en bicicleta. 

Me detuve en seco, inmediatamente me encontré con el viento invernal que golpeaba la parte posterior de mis muslos, haciéndome consciente del frío que me rodeaba. 

"Yo. Ha pasado un tiempo", levanté mi mano y saludé a la chica. Ella era alguien que conocí en la escuela secundaria. Más precisamente, había sido una especie de mentora para ella en el club de baloncesto al que ambas habíamos asistido. 

Su el nombre era ... emm ... ¿Cuál era de nuevo? Siempre había sido horrible para recordar los nombres de las personas. 

En cualquier caso, estaba bastante segura de que su nombre tenía Yama en algún lugar. Yama ... ¿kawa? Hmm, no. Eso no sonaba bien. Tana... ¿ka? Lo que sea. Veré si puedo recordarlo.

"¿Siempre viviste en esta dirección, Shimamura?"  

"Sí."

Una mirada a su uniforme dejó en claro que fue a una escuela secundaria diferente a la mía. 

"¿Todavía juegas baloncesto en tu nueva escuela?"  

"No. En realidad, no soy parte de ningún club."

"¿Oh enserio? Sigo jugando, al menos por ahora. No lo hago en serio ni nada por el estilo ". 

"Claro." 

La única razón por la que había elegido jugar al baloncesto era porque tenía curiosidad por saber por qué tenía un club de chicas cuando ni el béisbol ni el fútbol lo tenían. Eso, y mientras que hacer rebotar una pelota contra el piso durante la clase de gimnasia regular era más que suficiente para ganarme un comentario enojado del maestro, yo era libre de hacerlo mientras practicaba sin que nadie se enojara conmigo. De lo contrario, habría estado perfectamente bien haciendo ballet o algo similar. 

Había algo muy atractivo en eso, poder hacer algo que normalmente no se te permitía. Tan atractivo que terminé basando mi elección de club de secundaria en eso. 

Mirando hacia atrás ahora, realmente era bastante extraño, ¿verdad?  

Si me dieran permiso para hacer algo así en estos días, probablemente solo diría No, gracias y me iría a la cama. 

Pero, basta de eso. Me sorprendí bastante mientras miraba a la chica. Ella realmente se había vuelto mucho más alta desde la secundaria, ¿no es así?  

"Te has vuelto bastante alta". 

De inmediato, mis palabras fueron recibidas por la chica agitando su mano frente a ella, seguida de una risa rápida. 

"Y te has puesto bastante blanda", dijo luego, todavía agarrando el manillar de su bicicleta. 

"¿Eso crees?" 

"No, pero escuché decir que cuando alguien solía hablar mal de ti en el pasado, lo pateabas."

"Debes haber escuchado mal". 

Apenas tenía el valor de recurrir a la violencia. Se necesitaba mucha fuerza de voluntad para golpear a otra persona, fuerza de voluntad que me faltaba. 

Siendo tan suave como yo, tales cosas estaban más allá de mis capacidades. 

"Sé a ciencia cierta que nunca pasaste el balón a quienes no te agradaban". 

"Hmm... Sí, podría haber hecho eso ..." 

Terminé murmurando allí. ¿Por qué? Porque había muchas cosas ocultas en mi pasado tan vergonzosas que preferiría no tocarlas.