Capítulo 5

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Oficina del Hokage

—Estas peticiones se están haciendo costumbre, Sakura —dijo Minato, observando directamente a la pelirrosa.

De inmediato la kunoichi sintió que sus mejillas se sonrojaban, pues sabía que lo dicho por el Hokage era más que la verdad; sonaba ridículo otra petición absurda en relación a Sasuke. Primero buscaba ayudar a Sasuke, tanto que lo llevó a una misión que al final la trajo a esto; y ahora, luego del desastroso resultado, estaba frente a Minato, pidiendo separarse de él.

—¿Qué opinas, Fugaku?

El líder del Clan Uchiha, observó a la ninja médico con detenimiento y evaluando la solicitud de Sakura, la cual no distaba mucho de su solicitud presentada al inicio de todo este asunto, lleno de malos entendidos. Sabía que Sasuke no tardaría en despertar. Itachi no tuvo clemencia al introducir a su hermano en ese genjutsu. Su hijo menor recordaría la raíz de este desastre.

—Fugaku...

Insistió el Hokage.

—Está bien. Este problema lo arreglarán entre tú y Sasuke —dijo directamente sin dejar de observar el verde de los ojos de Sakura, quien también lo miraba fijamente y sin temor—. Sé que harán lo correcto. Espera por él. Mi hijo se presentará ante ti.

La chica asintió y murmuró estar de acuerdo. —¿Y cuándo?

Fugaku sonrió de mala manera, argumentando que sería pronto, solo tendría que tener un poco de paciencia. Sasuke se encontraba un poco indispuesto; la mente de Sakura viajó y se imaginó que estaría borracho con el regalo de bodas que le dieron. ¡Qué irónico! Ya no sería su problema, aun así, la preocupación era inevitable.

—¿Él está bien? —La pregunta brotó tan de repente que no tuvo ni tiempo de pensarlo, haciendo que Fugaku y Minato no perdieran de vista su reacción, y fue tan evidente, tan palpable que los dos grandes líderes de la aldea sonrieron.

—Descuida, muchacha. No es nada de lo que tengas que preocuparte, descuida. Tu esposo está bien e irá por ti.

La ninja-médico abrió los ojos de forma desmedida. Nuevamente se había quedado al descubierto. ¿Cuándo aprendería?

°*°*°*°

Sasuke despertó de repente y sin saber dónde se encontraba. Un gruñido surgió por el dolor de cabeza tan inmenso que tenía en ese momento. No se cuestionó qué le había pasado. Eso ya lo sabía, pues conocía perfectamente los efectos de un genjutsu de ese calibre, pues no era la primera vez que su hermano lo dejaba en ese trance, ya sea por entrenamiento, por maldad, por lo que fuera.

—¿Cómo te sientes?

La voz calmada y calculadora de su hermano tenía tintes de burla. Así que Sasuke lo miró con ganas de golpearlo, pero no estaba en posibilidades de hacerlo; tendría que dejar pasar la idea.

—Recordaste, ¿verdad? —La mirada de odio hacia Itachi se incrementó en un instante. —No tienes que responder; lo puedo ver en tu expresión. Es tan obvio —finalizó con una sonrisa.

—Ya cállate, desgraciado. No tenías que haberme hecho esto —quejándose aun con el dolor y la incomodidad que le producía los efectos del genjutsu— ¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Solo una noche.

—¡Carajo!

Itachi le acercó un vaso con agua, el cual aceptó de inmediato. Una noche, solo una noche bastó para comprender a qué grado tuvo que ver en toda esta situación. ¡Qué maldito había sido! Cuando hubo terminado de beber, pidió otro más; el cual obtuvo con celeridad.

Un momento inadecuadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora