Capítulo 7

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  —Sakura —dijo con suma tranquilidad—, tú me gustas mucho, pero sé que en tu actual situación sería injusto pedirte algo más hasta que no aclares tus sentimientos, Así que lo diré de nuevo, estoy dispuesto a esperarte a que decidas que quieres estar conmigo. Dime, ¿tengo alguna oportunidad?

—Neji, yo...no lo sé —titubeo al hablar—. Francamente, no me siento en la mejor posición para responder. Es muy pronto.

—Lo amas —afirmó—, pero sin importar cuánto tardes en decidir, esperaré por ti, Sakura. —Acercándose a ella para besarla suavemente. Un ligero roce, solo para demostrarle que él estaba preparado a esperar el tiempo necesario.

°*°*°*°

—Cinco semanas —dijo Sasuke, arrastrando cada palabra, sin dejar de mirar el cielo y las estrellas que lo adornaban—. Sakura, quiero verte.

Los recuerdos de aquella fatídica misión aún lo acompañaban; eran una constante remembranza de lo mierda que se había comportado con Sakura, ahora, no poder estar con ella, era un dolor lacerante e imposible de aminorar. La amaba y nunca dejaría de hacerlo.

En aquella ocasión se lo dijo; le habló con sinceridad, pero debido a su arrogancia y egoísmo, no logró sostener la verdad, diciendo mentiras nuevamente. ¿Y qué ganó?

Que ella se alejara...

La noche era el reflejo de la calma, acompañado con el silencio, el cual hace mucho tiempo apreciaba en demasía, pero ahora, simplemente lo odiaba, odiaba no tener a Sakura cerca y su voz escandalosa llamándolo por cualquier motivo. Demonios. Tendrá que ser paciente, de una manera u otra la recuperaría.

En tanto, aceptó la misión para darle espacio. Kakashi le aconsejó que sería lo mejor dejar que Sakura se relajara, así le daría tiempo a pensar nuevamente las cosas y ella no sintiera abrumada por su presencia.

Tomó la carta de su mamá. El papel estaba desgastado y era imposible poder leer la perfecta caligrafía, pero conocía de memoria su contenido, y a pesar de la oscuridad, la leyó una vez más con ayuda de su sharingan. No era una carta extensa, y tampoco ofrecía la solución a sus problemas, pero le brindaba consuelo y esperanza porque ella, su madre, supo leer y conocer sus sentimientos mucho antes que él.

Después de eso, nuevamente dobló con mucho cuidado la carta y la guardó en el sobre bellamente adornado con su nombre.

—Sakura... —susurró— nuestro reencuentro será muy pronto; te lo aseguro. En dos días a lo sumo estaré en la aldea.

°*°*°*°

Sakura se trataba de concentrar en todos los expedientes que había llevado a su casa para estudiarlos y revisarlos a conciencia, solo que por más que intentaba enfocarse en organizar su trabajo le era imposible.

Habían pasado alrededor de cinco semanas desde la última vez que ella vio a Sasuke; más del tiempo que él había dicho que tardaría en regresar, y también supo por Naruto que el Uchiha se marchó con Kakashi a esa dichosa misión a regañadientes, pues no quería alejarse de ella, pero por consejo de su maestro, decidió que era lo mejor, ya que le daría espacio para pensar acerca de la decisión de anular su matrimonio.

Pero ¿qué tendría que pensar?

No era el momento de estar juntos, y quizá nunca lo fuera. Algunas personas estaban destinadas a estar juntas, y otras como en su caso sencillamente no sería posible.

Aprendería a vivir con ello.

«Es momento de olvidar» suspiró, resuelta a superar a Sasuke, aunque algunas cosas son más fáciles decirlas que hacerlas, y esta es un claro ejemplo de ello.

Un momento inadecuadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora