Capítulo 1

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   Algunas veces el final de la tormenta, no anuncia la calma, simplemente es el preludio para algo peor, y justo eso fue lo que sucedió en la casa de la familia del líder del Clan Uchiha.

La noticia que acababa de recibir Mikoto. La madre de Itachi y Sasuke Uchiha, la orilló a tomar una de las decisiones más difíciles de su vida: ocultarles la verdad; pues la tormenta había llegado en forma de una terrible enfermedad que socavaría rápidamente su vida.

Sus niños, como aún se refería a sus hijos, no tendrían que vivir junto a ella esta terrible situación; simplemente no era justo para ellos, para nadie en realidad.

—¿Estás segura de esto, querida? —La voz de Fugaku se escuchaba sin algún tinte de preocupación, aunque internamente se podría desmoronar en ese instante, pero solo por la fuerza que le infundía el gran amor hacia su esposa no cedería ante el dolor.

—Sí, Fugaku, ya hemos discutido esta situación y es lo mejor —habló con determinación—. Tsunade-sama dijo que no hay manera de eliminar el mal que invade mi cuerpo; y no quiero que mis hijos me vean así. No lo deseo. Lo mejor es que ellos se vayan a cumplir una misión, lejos de aquí por algún tiempo, hasta que yo...

—¡No! Por favor no lo digas. —Detuvo sus palabras. —Todavía no, por favor.

Mikoto, recostada en su mullida cama se acercó y abrazó fuertemente a su querido y amado esposo. —Calma, Fugaku, yo estoy bien. Viendo a mi hermosa familia, no me puedo arrepentir de nada; por favor, se fuerte por mí —le suplicó—. Perdóname por pedirte esto, pero debes alejar a mis niños de este dolor; yo quiero que me recuerden así y no en lo que poco tiempo me convertiré. Sasuke tan solo es un adolescente, no sería justo que viviera esto. Lo mejor será que él e Itachi se marchen por un tiempo... solo el necesario.

Fugaku miró a los ojos a su compañera de vida y ocultando nuevamente todo su dolor dijo: —Hablaré con Minato, él entenderá la situación. Itachi y Sasuke saldrán en una misión para alejarlos de Konoha. Lo haré por ti, mi amor. Te amo.

Poco tiempo después, justo cuando los hijos de Fugaku y Mikoto estaban en una misión de exploración y entrenamiento; su mamá se fue de este mundo muy feliz, sabiendo que sus hijos la recordarían con una linda sonrisa, pero como se dijo en un inicio: la calma que precede a la tormenta, solo es el preludio para algo peor.

°*°*°*°

Cinco años después de la muerte de Mikoto Uchiha

—Sakura, en verdad te entiendo —le aseguró Minato— ya Kakashi me explicó con lujo de detalles la razón de tu solicitud, pero Sasuke no entenderá razones, además tiene obligaciones con la policía militar de Konoha.

—Lo tengo claro, Cuarto —dijo mientras daba un paso hacia adelante, haciendo más clara su decisión de ayudar—. Es por esa razón que pido su intervención, si es una orden por parte de Hokage, Sasuke no tendrá más remedio que aceptar.

Minato la observó, mientras meditaba la situación. Sabía perfectamente que las razones de Sakura de querer ayudar a Sasuke, y podría jurar que no era motivadas por compañerismo. Tal vez si la ninja-médico fuese más honesta con ella misma, estarían bajo otra situación.

El tiempo seguía su curso y el silencio era interrumpido solo por el reloj instalado como testigo inanimado de las actividades diarias del Hokage y anunciaba el paso de los segundos que parecían eternos, y que junto con el sonido del legajo de hojas que Sakura apretaba entre sus dedos hacía palpable la preocupación por Sasuke.

—Sakura... —suspiró el Hokage—... esto, bueno, no puedo mandar a dos de mis mejores shinobi a una misión que un equipo genin podría completar sin problema.

Un momento inadecuadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora