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-Que haz dicho?- La Señora Alma la miro sorprendida, a lo que la chica miro detenidamente la reacción de todos los presentes.

-Es así como le llaman a esto, cierto?- Dijo la chica alzando su lámpara de aceite. -Un milagro... Curioso nombre, aunque quiza... es la única forma de describirlo.-

-Abuela... ¿De verdad es uno?- Le pregunto Dolores casi susurrando.

-No olvidaría ese brillo nunca...- Dijo la mujer sorprendida.  -Ven conmigo, los demás atiendan al pueblo con normalidad, Bruno... Quedate.-La chica siguio a los dos mayores que se mantuvieron serios ante lo que estaban viendo, la visión de Bruno les había mostrado un luz parecida a su milagro, pero no imaginaron que en realidad sería otro igual, a manos de aquella extraña que había llegado al pueblo.

La chica vio que la casa que de repente le mostró la bienvenida, asombrada y llena de curiosidad sonrio ante la muestra de magia. El lector del tiempo la miro de reojo, la sonrisa que mostraba era tan tranquila, inocente en cierto aspecto, no parecía que quisiera algo malo.

-Maribel, ve a ayudar a tu madre.- Mirabel salió de su escondite, unas masetas que Isabela estaba preparando, la morena estaba nerviosa y miro a su tío que le hizo un pequeño gesto para que se fuera, sin remedio alguno y con algo de molestia siguió a su mamá, pero sabía a quién podría decirle, salió corriendo a buscar a Dolores.

-Lo primero que debo de aclarar es que no permitiré que nadie dañe a mi familia y a este pueblo, así que es mejor que seas honesta con tus intenciones.- Dijo la mujer sentándose en un escritorio donde llevaba algunos asuntos del pueblo.

-Lo entiendo muy bien Gran Señora, y reafirmo que mis intenciones son completamente claras además de honestas.- La chica se mantuvo sería ante los mayores.

-¿Cómo llegaste aquí?, ¿De dónde eres?-

-El viajar es a lo que me dedico en este momento, cruce aquella gran grieta que separa la línea de montañas.- Dijo sin titubiar. -Mi hogar estaba en el mar, pero mi pueblo fue masacrado hace muchos años.-

-Masacrado?- Pregunto Bruno sorprendido.

-Si... A pesar de ser nuevas eras, nunca ha faltado quien toma el control de un lugar a la fuerza, aquella tarde-noche, las embarcaciones que aún permanecían en el mar se hundieron, a los adultos se les quitaba la vida y lo de valor fue saqueado, los niños también iban a perder la vida... Hasta que... Surgió esto en mis manos.- Dijo colocando la lámpara de aceite en el gran escritorio de madera.-

-Pero... ¿Cómo?

-Estaba frente al mar, cuando ví la embarcación dónde estaban mis padres irse hasta el fondo, me puse a llorar al saber lo que pasaba, cuando esto surgió.- Dijo recordando aquel día. -Hizo una gran ola de energía que agitó las aguas y el lugar, aquellos atacantes desaparecieron, pero... Siendo niños del mar, todos los mayores se dedicaban a la pesca, quedamos huérfanos en aquel lugar.-

-¿Te separaste del grupo?- Dijo la mujer mayor ante lo que relataba la niña frente a ella.

-Nadie me creía cuando dije que esto nos había salvado, tenía 5 años después de todo, nos ayudaron los pueblos vecinos, algunos fueron adoptados... Otros se volvieron sirvientes, otros pesqueros a temprana edad... Yo me separé de ellos, ya que comencé a trabajar en una casa de unos extranjeros, ellos se dedicaban a investigar... Y pase con ellos algún tiempo, en lo que comenzaba a ver qué podía hacer con aquello que me había salvado.-

-¿Por eso haz venido?, Saben que existe este pueblo?- Pregunto Bruno algo serio.

-Comence a viajas después de que mis patrones decidieron regresar a su lugar de origen, había escuchado solo que había un valle entre un círculo de montañas, pero que nadie se acercaba a este por qué eran tan altas las montañas, nadie se atrevía a cruzarlas.-

Un nuevo encantó (TN x Camilo Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora