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La noche llegó de manera rápida, la abuela Alma decidió cancelar la cena tan esperada, le pidió disculpas a Dolores por lo sucedido, pero ella entendía que ese asunto aún no podía ser revelado y mucho menos decir que está resuelto, por suerte la madre de Mariano era aún más comprensiva, sobre todo al ver a su hijo tan feliz y decidido a estar con la Madrigal, y propuso que la cena fuera en su casa, a lo que fueron Pepa y Felix, acompañando a su hija, Camilo decidió quedarse en la casa sin dar muchas razones para esto. Mientras tanto, la tensión por parte de los mayores restantes era evidente, con un choque de ideas comenzaron a planear lo que harían con aquella extraña que se alojaba en el patio trasero.

-Creo estamos bastante asustados al respecto... Es una niña, a lo mucho tiene la edad de Mirabel y Camilo...- Comento Agustín. -Quiza solo este buscando un lugar donde pueda quedarse y vivir en paz.-

-Es ser demasiado optimistas Agustín.- Argumento la jefa de la familia.

-Pepa está igualmente nerviosa por ella, y su opinión es que mejor ella se vaya, Félix está un poco más en tu posición Agustín.- Comentó Julieta ya que había hablado con su hermana al respecto del ese asunto.

-Bruno... ¿Que opinas de esto?-Le pregunto Julieta.

-Ella comento que lo único que quería era ver la interacción de nuestro milagro... Está haciendo una investigación.- Dijo divagando un poco. -Si la mantenemos vigilada, no creo que haya mucho problema, siempre hemos aceptado nuestro milagro, como un encanto... Quizá ella nos ayude a entender mejor que fue lo que pasó con el.- Dijo mientras juntaba sus manos algo nervioso de que pidieran que dijera su pensamiento.

-Julieta...-

-No me parece peligrosa, realmente... Es una niña, supongo que sí ella quiere hacer eso, lo mejor será llegar a un acuerdo, si ella no acepta... Pedirle que deje el pueblo... Y si lo acepta, quizá ayude mucho a la familia, aún más de lo que nosotros apoyamos al pueblo.- Dijo Julieta, esperando que no sucediera algo malo.

-¿Por qué no pedimos que nos explique más?, Si aún así no estás convencida... Le pediremos que se retire del lugar.- Dijo Bruno un poco más tranquilo.

-Creo que sería lo mejor...- Ninguno de los mayores se dió cuenta que lo último fue escuchado por el camaleón que ahora tenía más curiosidad de la nueva inquilina.

Mientras tanto, aquella casa comenzaba a iluminarse, la chica con una pequeña sonrisa tomaba una pequeña tasa de café, la casa era algo nuevo en realidad ya que se podría decir que estaría ahí por un tiempo, la lámpara iluminaba lo que era la habitación, la chica dejaba en la mesa los viejos cuadernos dónde tenía sus registros, cuando se dió cuenta que varias cosas de sumo valor para ella, ya no estaban.

-Espero que estén en ese lugar...-Se dijo a si misma, tomo su saco y su lámpara cubriéndola con una pequeña manta para disminuir su luz, tenía que recuperarlos o mínimo saber que no fue en el pueblo donde se le cayeron.

La rubia salió de manera tranquila, ambas casas le dieron la despedida y ella correspondió levantando su mano, realmente esperaba no tardarse mucho, ya que había un acuerdo pendiente en juego. Camino revisando el camino por dónde había pasado aquella mañana, realmente era algo muy bueno de que los del pueblo no pasaran por ese lugar, aquella niña casi tenía una lágrima saliendo de sus ojos, ante la idea de que realmente había perdido aquello que más le recordaba a su madre, tanto así que no se dió cuenta que alguien llevaba tiempo siguiéndola. Reconoció los árboles dónde había comenzado a correr, eso le daba una gran esperanza, cuando vio algo conocido, era una pulsera... La de su madre.

Un nuevo encantó (TN x Camilo Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora