Bo-Katan se encontraba en la habitación de su hija, sentada en la cama. Estaba pintada de rosa, un color que a la pelirroja no le gustaba, pero su hija le estuvo reclamando por semanas que lo pintara de ese color cuando era aún más pequeña, además de tener mucha luz proveniente de las ventanas. Ella pensaba mucho cuando su hija estaba en el colegio, sobre todo en su tiempo libre, sentía algo de rencor por Ashla, había abierto una herida a los ojos de la más joven de las hermanas Kryze, aunque ella supiera que no lo hizo a conciencia.
—¡Maldita sea! —Gritó levantándose, frustrada y furiosa por lo sucedido con anterioridad ese día.
Decidió coger el comunicador que tenía en su bolsillo y contactó con su hermana, quien no tardó en responder la llamada —Bo, no esperaba que me llamaras —Dijo algo sorprendida Satine, quien se encontraba sola esperando a que Korkie saliera de una reunión con el gobierno de Mandalore —Y yo no esperaba llamarte, pero necesito hablar con alguien, y tú eres mi hermana, puedo confiar en ti —Eso sorprendió a la mayor de las hermanas, ya que Bo-Katan no era una persona que se abriera con facilidad, aún incluso a su hermana.
Satine sonrió solo por eso, hacía tiempo que ambas no hablaban de algo personal —Cuéntame Bo, hay tiempo, Korkie acaba de entrar en la sala de reuniones del palacio. Si quieres, puedo ir a tu apartamento, no debería tardar mucho —Algo a lo que la menor asintió, era mejor ver a su hermana en persona que a través de un holograma.
Esperó por unos 5 minutos, en el tiempo, se quedó mirando al techo del lugar, el cual era de un color blanco pálido, pero no pensó en el techo ni en sus características, pensó en que le podía decir a su hermana, tenía un dilema, contarle a su hija Katee sobre su padre o no. Bo-Katan no quería hablar sobre él con su hija, por mucho que ella lo amara, no tuvo el valor de decirle que estaba embarazada hace 6 años, y eso la carcomía por dentro como si fuera un tablón de madera con termitas en su interior.
Satine tocó el timbre del apartamento, y esperó a que su hermana abriera la puerta, aunque conocía un truco para abrir las puertas sin tener una llave o que le abrieran desde dentro, pero sus modales y la educación primaban en esa situación. La puerta fue abierta por Bo-Katan, quien se alegró de ver a su hermana —Pasa y ponte cómoda.
La mayor entró al apartamento y se sentó en el sofá del salón, la cual tenía enfrente una mesa de café y una tetera con algo de té en su interior. En cambio, la menor cerró la puerta, tomó un par de tazas y se sentó junto a su hermana, quién la reconfortó ligeramente —Cuéntame Bo, te escuchó como un Lannik.
Bo colocó las tazas en la mesa y sirvió un poco de té en cada una, pensando a la vez como decirle a su hermana como se sentía, algo que no sería difícil, de no ser que el tema que la carcomía era uno muy delicado. Cuando terminó de llenar las tazas, ambas tomaron su respectiva taza, pero Bo-Katan, nerviosa, tomó un trago bastante amplio, dejando la taza llena hasta la mitad —Katee me pregunta mucho sobre como era su padre. Es muy pequeña todavía, pero es muy lista, cuando ve a los otros niños del colegio, los suelen recoger dos personas, pero soy la única de su clase que va a recogerla sola —Su hermana soltó la taza en la mesa con tranquilidad —No le has contado mucho sobre él, supongo —Dudó la rubia, pero acertó, su hermana estaba sobreprotegiendo a su hija, hasta llegar a un punto que le escondía la realidad, una que la pequeña necesitaría conocer tarde o temprano.
—Le dije que fue valiente, ayudó a tomar Mandalore, que era cariñoso y amable, pero poca cosa más —Se sinceró la pelirroja, poco orgullosa sobre sus decisiones. Su hermana notó en el tono la frustración que tenía, a lo que puso su mano en la pierna de Bo, intentando transmitirle calma —Necesitas quitarse ese peso de encima. Creo que lo mejor es decírselo ahora, y normalizarlo, en vez de esperar a que tenga 15 años —Algo dentro de Bo-Katan se removió, algo que hizo que cerrara los ojos intentando luchar contra sus lágrimas, pero estas fueron un rival demasiado fuerte para ella —He sido estúpida Sat, llevo siéndolo desde hace tanto tiempo —Se llevó las manos a la cara, su rostro se volvió rojo, estaba furiosa consigo misma. Satine abrazó a Bo-Katan, intentando consolarla, frotando su espalda con la mano, igual que hacía cuando ambas eran niñas —Puedes rectificar querida, nunca es tarde para hacerlo. Seguro que Katee se lo toma bien, conozco a la pequeña muy bien.
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Rebelion | A Star Wars Fanfiction
FanfictionHan pasado 30 años desde que el emperador Palpatine se alzó con el poder de toda la galaxia, y gobernando con puño de hierro los antiguos sistemas pertenecientes tanto a la República Galáctica, como a los de la Confederación de Sistemas Independient...