𝕍 𝔼 𝕀 ℕ 𝕋 𝕀 𝕊 𝕀 𝔼 𝕋 𝔼

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JUNGKOOK

Mi mente me transportó a la última noche que pasé con Arumi. La última noche que me sentí verdaderamente completo. Durante estos días solo he sido una sombra de lo que solía ser. Pequeñas piezas de lo que algún día fui, y aunque tenía la urgencia de volver a ser lo que un día fui, mi cerebro y mi corazón me lo impedían. Sobre todo porque la vi esta mañana saliendo de una clínica médica.

Parecía que para ella era demasiado fácil seguir adelante. Incluso ya había avanzado con Namjoon, pero ahora era yo quien quedaba a media puerta porque la extrañaba con cada pulgada de mi ser y me sentía estúpido por hacerlo de esta manera. Quería tenerla conmigo una vez más pero eso era imposible. La única manera de recordar lo que un día fuimos era traer a memoria las noches que compartimos juntos, especialmente la última.

Flashback

— ¿Sabes qué eres extremadamente hermosa? — le dije junto a su oído mientras ambos estábamos en la parte trasera de un taxi. Decidimos regresar a casa en taxi debido a que yo había tomado algunas copas — ¿Lo sabes? — volví a preguntar, sosteniendo su cara muy cerca de la mía.

— ¿Estás borracho? — preguntó divertida.

— Estoy... estoy... — quería decirle que estaba enamorado de ella, pero temía escucharme muy ridículo o como un chaval de quince años — Estoy caliente... — preferí decir eso, haciendo que ambos sonrieramos.

Aquí no podemos — roce mis labios con los de ella y mordí su labio inferior, su rosado y tentador labio — Pensé que en el baño había sido suficiente — me dijo.

— Aparentemente cuando se trata de ti nunca tengo suficiente — No pude evitar más y la besé.

Besé y mordí sus labios mientras el conductor nos llevaba a casa, recorriendo todas las calles de Seúl mientras una delgada capa de nieve caía sobre la ciudad.

Minutos más tarde, cuando llegamos a ni casa, solo me bastó cerrar la puerta para empujar su cuerpo contra la pared y besarla hasta el cansancio. Sus labios eran una delicia, su lengua jugaba con la mía en un acto tentador que hacía a cualquier hombre caer de rodillas, y sólo era un beso.

Sus manos y las mías no pararon quietas para recorrer cada centímetro de nuestros cuerpos, tomando todo cuanto se podía. Mis manos encontraron el camino hasta el cierre de su vestido y a pesar de que batalle un poco, logre bajarlo y dejar que el pequeño vestido cayera al suelo, dejándola completamente desnuda, solo con los siletos de color rojo.

— Tú llevas mucha ropa — dijo contra mis labios.

— Shhh, esta noche mando yo — eso era una vil mentira, porque esta mujer me tenía a sus pies — date la vuelta — susurré despacio — deja que tus pezones se toquen con la pared mientras yo me entretengo desde acá — no dijo nada ni se movió, solo me dio una mirada — Ahora. Date la maldita vuelta.

𝕀 𝔹𝕌ℝℕ 𝔽𝕆ℝ 𝕐𝕆𝕌 | 𝕁𝕁𝕂©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora