𝔻 𝕀 𝔼 ℂ 𝕀 𝕊 𝕀 𝔼 𝕋 𝔼

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ARUMI

Nos tomó al menos dos horas llegar hasta Bukchon. El clima estaba frío y cuando mis zapatos empezaron a pisar la nieve sentí calma interior porque a pesar de que debía de estar nerviosa, la belleza del paisaje me lo impedía.

En todo el camino Jungkook y yo apenas cruzamos unas pocas palabras. Seguramente se dio cuenta de mi actitud pero todo en lo que podía pensar se resumía a las fotos que Namjoon me llevó en la mañana, no había manera de olvidar eso y cada vez que mirara su rostro iba a recordarlo, pensar en ello me pedía a gritos odiarlo pero no podía evitar el deseo que mi cuerpo sentía por él.

— Creo que debiste traer botas — me dijo Jungkook con una media sonrisa en su rostro — Debí haberte dicho.

— Trataré de cuidar mi andar — apenas y sonriendo le respondí.

— No importa, si sientes que puedes caerte sostente de mi. No te voy a dejar caer — me tomó la mano y me llevó a la casa.

Era una casa bastante grande y antigua, estaba en una semi colina. La pintura blanca ya se estaba desvaneciendo y habían algunas tejas caídas en la nieve. En la puerta principal había un letrero que decía 'casa nuez' abajo había una placa de lata un poco oxidada con el apellido de la familia.

No había decoraciones de navidad por ningún lado, talvez era porque ya estábamos en fin de año, pero desde que nos detuvimos frente a la puerta pude sentir ese característico calor que poseía esta familia.

— Recuerda, adentro estarán mis padres, mis hermanos, mi cuñada y mis tías — tomó el pomo de la puerta con su mano libre sin dejar de verme — Desde ya te digo que una de ellas es lesbiana y puede que talvez haya venido la novia.

— Una tía lesbiana... — dije sonriendo de lado — .... que guay.

— No lo es cuando empieza a explicar qué es lo que pasa en su dormitorio — ambos nos reímos.

Abrió la puerta y tuve un pequeño deja vu porque otre vez una ráfaga de olores deliciosos golpeó mi nariz e hizo que mi estómago rugiera.

Si afuera estaba frío, después de entrar a la casa todo pasó a ser cálido. Voltee a ver a Jungkook disimuladamente mientras él dejaba a un lado sus botas. ¿Por qué no se veía como alguien peligroso? Mi mente no podia entender como es que precisamente él fuera un abusador y lo peor de todo es el dolor incesante que sentía mi pecho, ¿por qué me importaba?

Me quité el abrigo de peluche que llevaba puesto y lo puse de cualquier manera sobre un colgador de madera viejo.

Jungkook me llevó por un pasillo, cada centímetro que caminaba dentro de esta casa era casi irreal, todo era tan antiguo y acogedor que me hacía pensar en las navidades que viví con mi abuela cuando mi mamá se cansaba de mi y me enviaba a Daegu.

Habían muchas fotos colgadas, me detuve en una donde había un niño sonriente a medio vestir, usando una camisa azul y sonriendo grandemente. Ese definitivamente era Jungkook. Sonreí.

— Es una linda foto — le dije, consiente de que él estaba muy cerca de mi espalda porque podía sentir el calor que emanaba su cuerpo — ¿Cuantos años tenía?

— Talvez tres — dijo, dejando un beso en mi cuello, quitando el miedo que sentía por él y haciendo que todo mi ser reccionara.

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