temores.

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En los momentos, dónde vemos la realidad de la vida, es cuando más deseamos escapar de lo que más nos duele.

Escrito: Joshua.
Resubido: Aby

Jungkook suspiró anotando él nuevo día de escuela; varias madres entraban con sus pequeños, siendo saludadas por el moreno

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Jungkook suspiró anotando él nuevo día de escuela; varias madres entraban con sus pequeños, siendo saludadas por el moreno. Apesar de su noche tensa y las botellas de alcohol que había derochado por su dolor, él parecía ser otro hombre, y no uno con dolores de cabeza. Es más bien, cuando dicen que nuestra verdadera cara jamás será vista por otra persona, que no sea nuestra debilidad.

Lisa daba pasó a los niños, y como compañera de Jeon, ella siempre se encargaba de contarlos y mantenerlos en fila para desinfectar sus manitas, y prepararlos para un nuevo día. Cada madre siempre decía lo bueno que sus hijos contaban sobre su profesor favorito; y aún que lisa asintiera con una sonrisa, solo ella sabía qué detrás de esa sonrisa, había una máscara de dolor.

Una camioneta oscura estaba parqueada a unos metros dé la entrada. Jimin apretó él volante mirando al frente con su corazón acelerado; pues no sabía cómo bajarse del auto, caminar con tranquilidad, y llegar cómo si nada. Jeon estaba ahí, y él sabía que no podría verlo, su corazón sicatrizado no podría soportarlo. Soobin miraba a su padre perdido en sus pensamientos. Soobin era un niño callado, difícil de comprender, él casi no entendía muy bien a las personas, y apenas decía unas cuantas palabras; no obstante él menor a pesar de sufrir una enfermedad muy común en niños a su edad; era demasiado inteligente, no tenía problemas de aprendizaje cómo los doctores esperaban.

Jimin respiró hondo quitando su cinturón de seguridad, y él del menor. Yoongi no había podido ir a dejar al pequeño, pues tenía una junta muy importante con negociadores qué le esperaban con ansias en la compañía Jeon.

—mi amor—el pequeño seguía mirando al frente—cariño—susurró tomando las mejillas de su pequeño.

—¿Si appi?—murmuró con sus labios de patito, muy parecidos a los suyos. Jimin sonrió con sus lágrimas, acariciando con suavidad las mejillas regordetas del pequeño; los ojitos oscuros del menor le hacían ver él reflejo del padre, y eso le calcomia el alma. No podía avitar ver a Jungkook en su pequeño cuando eran idénticos.

—vamos—el menor asintio mirando en otra dirección, pues no entendía mucho.

Jimin miraba el edificio con su pequeño sosteniendo su mano. algunas madres salían platicando, y otros estudiantes de grados más altos, pasaban entre platicas. Lisa resaltó en la puerta con una de las madres. La rubia sonreía asientiendo a lo que la mujer decía.

—me alegro escuchar éso, señora Choi—la mujer sonrió alejándose. Lisa se percató de un rubio parado en la entrada de la escuela, con un pequeño que reconoció cómo el nuevo niño con síndrome de autismo.

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