mudanza

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El pequeño soobin no entendía por qué su padre sacaba cosas de la casa con otros hombres más

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El pequeño soobin no entendía por qué su padre sacaba cosas de la casa con otros hombres más.  No sabía por qué su padre había dejado las cosas de su tío Yoongi.

Él no tenía idea de que su padre estaba dejando el pasado para caminar hacía el frente, tomando la fuerza dentro de sí para seguir a delante.

Por que Jimin entendió que todo había sido más duro si dejaba que la gente influyera en él. Tal ves Jeon había sido un imbécil, y entendía qué eran jóvenes, pero creía muy dentro de sí, qué la vida podía cambiar al igual que las personas. Si Jungkook los había buscado; él había cambiado.

O eso esperaba.

Jimin suspiro mirando a los hombres dar el último aviso para salir. Apenas entro a la casa encontrando a su hijo esperando en la sala con su mochila y el gorro tapando sus cabellos rubios. Park sonrió caminando hasta su pequeño.

—mi amor….tenemos que hablar—él pequeño apartó su mirada. Jimin hizo una mueca tomándolo en sus brazos—Tu y yo viviremos solos de ahora en adelante.

—¿Por qué?—preguntó el menor mirando hacía la nada.

—por qué, es hora de qué seamos felices…—el menor le miró para luego besarle la nariz. Soobin parecía distinto, y frío ante todos por su síndrome; pero Jimin sabía que su pequeño podía sentir, podía amar.

—esta bien….

...

Hoseok se acercó a taehyung. Él varón miraba ido unos platos armados. Jung frunció sus labios con sus ojos tristes.

—Tae…

—perdona—dijo él varón evadiéndolo. Hoseok abrió sus labios para hablar, pero sus lágrimas amenazaban por salir y no podía aguantarlo más.

Tanto había echo para conseguir sacarle risas al varón, para verle más animado, para que un día se hincara ante el pidiéndole lo que ahora parecía una daga en su corazón.

Matrimonio, algo que cualquier mujer o doncel espera con anhelo, viviendo sus sueños en tener una familia.

Taehyung lo había ignorado, no lo tocaba, no le hablaba de la misma manera, parecía tan distante. Una noche lo escuchó llorar en el departamento que compartían.

Y temía que ese llanto fuera por aquella persona que amo. Tal parecía que el primer amor nunca se olvida.

—¡muévanse, tienen que entregar los pedidos!.

Mordió sus labios mirándolo moverse, ordenando en cocina; sabía que Taehyung era serio en sus cosas, pero ahora parecía estar irritado todo el tiempo. Sus miradas chocaron y in ese instante pudo ver el brillo de tristeza que su prometido cargaba; no una sonrisa, ni si quiera un gesto dulce hacia él, parecía desprecio.

Tomando aire le evadió la mirada saliendo de cocina, no podía soportarlo por mucho más. Apenas entro a los baños sus lágrimas salieron, pero hubo algo qué le hizo detener su desahogo.

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