Solo un trago más.

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Hyuna miraba su nuevo local. Cinco años que había visto pasar nuevas cosas, nuevos gustos, y emociones que le hicieron madurar mucho más.

—¡Pero que mierda haces, debes colocarlo mejor pelotudo!—bueno algunas cosas habían mejorado.

Hoseok sonrió avergonzado al notar el rostro azul de terror del decorador. Su jefa era todo un caso; y en sus cinco años trabajando con ella, ahora tenía la confianza suficiente para decir que era como una madre.

—¿de nuevo está molestando?—dijo un moreno abrochando las mangas de su camisa. Hoseok le miró asientiendo con una suave sonrisa apenada—no cambiará.

—¡¡¡Ahhh pero que les pasa, te cortaré las bolas por no hacer bien tu trabajo ¿Se supone eres decorador?!!!.

—estare en la cocina—el blondo se sonrojó al resivir un suave beso en la mejilla por parte de su prometido. Para él blondo era un sueño a ver conquistado el corazón de un apuesto hombre.

—¡taehyung, ven para acá, tu me servirás más inútil!—hoseok se exaltó caminando hasta la mayor en ayuda de Jeon.






Jimin estaba parado enfrente del ahora nuevo local de su ex jefa, y claro; su madre. Sonrió para si, observando a la morena atender con su traje de presidenta y chef. Las puertas ya no eran pequeñas, si no digitales, donde se abrían por el censor de las personas. Sus piernas se movieron al notar más empleados. Antes sólo era él, y los recuerdos de sus días trabajando con su madre le hizo revolver el estómago.

Fueron días agridulces.

Hoseok dió una leve inclinacion hacía un cliente tomando la bandeja, y caminar entre las mesas. Él blondo de ahora cabellos blancos en risos, se había percató del rubio quien había entrado siendo atendido con rapidez por una de las empleadas. Jung caminó nervioso hacía cocina, dónde hyuna ponía un plato siendo decorado por ella misma. Taehyung salía del cuarto de servicio. Se podía decir qué Kim y Jeon eran socios, por lo tanto taehyung había Sido entrenado por la mayor, enseñándole a cocinar y preparar algunos platillos, qué, con los años fue llamando la atención en nuevos clientes. Llegando a ser un exclavo de hyuna, y nuevo cocinero; aún que Jeon tenía su propia vocación y título, para él era un hobby ayudar a la mayor; además sentía que le debía mucho. No solo por ser una mujer vastante irritante, y por ser su tía; si no más por ayudarle emocionalmente cuando había dado por echó olvidar a su primer amor.

—¡noona!—la mujer elevó su mirada con una ceja alzada—Este bueno—el menor no sabía que decir.

Tal ves parecía extraño, pero Hoseok no sabía nada de Jimin. Hyuna había sido muy discreta al acercarse a su hijo, ni siquiera taehyung sabía sobre la reunión que tuvo hyuna con su pequeño en los ángeles. Ella sólo había viajado, y encontrando a su hijo con un bebé de apenas ocho meses de nacido. Para ella no fue fácil escuchar todo lo que su hijo tuvo que pasar; en momentos tuvo rabias y deseos de matar a Jungkook, pero sabía que su hijo no deseaba involucrados.

A sí qué se contuvo.

—este, bueno hay un chico afuera.

—¿Y?.

—es, es el chico de la foto—dijo con suavidad.

Taehyung se había detenido detrás del blondo, apartando la parciana qué escondía el cuarto de preparado de los clientes. Su corazón y un sentimiento terrible se posó en su estómago y pecho. Jimin sonrió a la chica que le antedio tomando asiento en una de las mesas.

Hoseok mordió sus labios, poniendo la bandeja redonda en su pecho. La mujer dejó el plato con sus ojos abiertos, tenía tres años que no lo veía; pensaba que su hijo necesitaba espacio y recuperarse de su vida.

RECUPERÁNDOTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora