El cáncer de Hyuna.

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—debido a qué no desea las quimioterapias como tratamiento inicial. No podemos sólo darle un medicamento para consensuar su muerte. Valga la redundancia, no podemos tomar esa decisión tan repentina ante lo que usted desea. Soy un médico, y me deber es mantenerla con vida lo más que se pueda—Hyuna miraba el piso del consultorio. El doctor le miraba con decepción, estaba molesto y en cierto modo personal, el quería ayudar a la morena en tomar tan difícil decisión—si usted quiere morir rápidamente, puede usar la vía más rápida y tal ves la que provoque más dolor en su familia.

—doctor…—la mayor le miró con sus lágrimas y temor en sus ojos—yo no quiero morir—el menor suavizó sus expresiones ante la desesperación que la mayor demostraba—no quiero, sin embargo, si es mí último tiempo, lo menos que deseo es sufrir sabiendo que moriré en una camilla siendo vista por mí familia ¿A caso eso no es también ser cruel con ellos?

—pero le permite verla, les permite estar ahí y darle su apoyo. Usted debe ser fuerte señora Kim, las probabilidades de que pueda seguir luchando contra este cáncer son del cuatro coma dos porciento ¿Eso le dijo mí colega?—la mayor asintió—no obstante si usted toma el medicamento, las quimioterapias y se somete a un intento de recuperación, le juro que podrá irse sin lamentarse nada.

La mayor apretó su falda—es lo que no quiero—musitó—sin embargo, puede qué mí hijo no pueda enterrar mis restos por la culpa de no a verlo intentado—el menor sonrió al verla más tranquila—lo haré.

—sinceramente, usted tiene mucho por qué luchar, y siendo franco. Usted no es la única que a pasado por el ojo de la muerte. Intentó señor Kim, hágalo por su hijo.

La mayor suspiró tomando valentía; alzó su mirada y sonrió para el menor qué le aceptó con una suave sonrisa.

—entonces. Empiece con el tratamiento lo más pronto posible—aceptó con todas sus fuerzas y el nudo en su garganta.

—ahora mismo puedo internarla en el hospital nacional del cáncer. Sólo necesitó su firma—dijo el menor sacando unos folletos.

—pero antes…—el menor la miró—quiero….pedirle algo a mí hijo. Deme un día docto, solo un día—pidió con anheló.

—por supuesto. Usted solo firme y preséntese ante el médico asignado. Luego usted podrá empezar con el tratamiento lo más pronto posible—indicó aprobando sus palabras.



)…….(



Jimin empujó la puerta del restaurante de su padre. Tenía una sonrisa tan hermosa que nadie podría borrarla, pues había renacido como un crío enamorado en sus tiempos de universidad. Estaba feliz, no podía negarlo. A ver sentido a Jeon en sus brazos y sus palabras que le dejaron cautivado, era como un pétalo de flor acariciando su mejilla. Estaba encantado con su decisión.

Ya era tiempo de dejar el dolor y avanzar como una persona adulta, como alguien que debería dar una oportunidad al menos esperado. Hoseok salía con una bandeja y un pedido que una de las mesas cercanas había pedido. Park se detuvo buscando a su madre, pero ella parecía no estar en ese lugar, o no ante sus clientes.

—¡oh!—Jung se acercó poniendo la bandeja sobre sus manos. Jimin le miró con una suave sonrisa—¿Qué le trae por aquí Hyung?

—¿Mí madre?—preguntó con educación. Hoseok hizo una mueca apenada, pues Hyuna no se había presentado en la semana—¿Ocurre algo? Está en cocina. Quisiera hablar con ella, no me ha ido a visitar.

El menor lo pensó unos momentos, para luego dar una suave reverencia—le pido disculpas. Puede seguirme, es qué aquí es inapropiado—el mayor sintió en acuerdo.

Taehyung limpiaba con delicadeza la orilla de uno de los platillos. Uno que había preparado con sus propias manos. Hoseok entró al cuarto con Jimin siguiéndole, Jeon miró al blondo confuso y tranquilo.

—¿Ocurre algo?—Jung miró a su prometido con preocupación.

—Hyung ¿Sabes de madre? La e buscado en su casa, incluso la he llamado. Pero ella no responde—preguntó el menor. Taehyung no pudo evitar ver a Hoseok con su cambio radical en su mirada. Jimin se percató y elevó una ceja confuso.

—yo seguiré tomando órdenes. Ustedes hablen—no quería estar presente cuando su prometido diera la noticia.
Tres días antes de que Kim se internara en el hospital. Hyuna había visitado a su hijo, pero no había tenido el valor de acercarse a la casa cuando había visto la escena qué ella tanto había evitado.
Jungkook salía de la casa de su pequeño con Soobin en sus brazos. Jimin le seguía entre risas y pudo ver como ellos se besaban y parecían una familia feliz. Claro que tuvo que sostenerse de la pared del muro que evitaba ser vista; sonrió y contuvo la ansiedad en su pecho junto al llanto que fruncía su rostro.

Ahora se sentía más tranquila, pero también se sentía infeliz por qué no podría ver los pasos que su hijo estaba dando. Entre pasos apagados y con su vista perdida en llanto, había llegado al restaurante que estaba cerrado. No había clientes más que la pareja limpiando las mesas para dejar el local cerrado.

Taehyung alzó su vista de la mesa cuando Hoseok jadeó llamando la atención en la puerta. Hyuna no pudo contenerse y cayó deslizando por el vidrio. Jung se sobresalto y Jeon corrió ante el llanto de una niña ante la mayor. Hyuna no podía soportarlo, no aguantaba más la aflicción y la angustia que sentía. Le remordía todo lo que no había vivido con su hijo, y todo lo que le había causado por ser egoísta.

—¡Noona, respiré por favor!—decía el menor tomando en sus brazos.

Para Taehyung era un shock total ver a su jefa derrumbada en llanto. La había visto siendo una mujer fuerte, una mujer divertida y cariñosa. Hoseok corrió a la cocina por un vaso de agua, sus manitas temblaban por la comisión, y sus ojos dejaban salir lágrimas.

—¡N-no puedo morir!—dijo la mayor aferrándose a los brazos de Taehyung—¡no ahora!—Jadeó entre sus lágrimas. Jeon la abrazó tirados en el piso.

—¡vamos Noona, respire, tranquila!—Hoseok cayó al piso con el baso de agua. Las personas que pasaban miraban curiosos lo que pasaba—Hobi—el menor no tubo que entender lo que su varón pedía. Con rapidez bajo las cortinas del ventanal con la puerta de lámina que cubría el local.


Pasaron largos minutos dónde ambos menores abrazaban a la mayor escuchándola llorar. Taehyung contenía el nudo en su garganta y Hoseok sollozaba en silencio. Cuando pasaron las horas, Hyuna miraba el baso de agua fría en la mesa. Los menores estaban sentados junto a ella en la mesa.

—¿Ahora se siente mejor?—preguntó Jeon. Al verla sonreír apagado no le tranquilizaba en lo absoluto.

—Noona, puede decirnos que paso—dijo Jung tomando las manos frías de la mayor. Ella le sonrió y acepto el gesto apretando las manitas cálidas de su niño. Hoseok arrugó su nariz con nuevas lágrimas por salir.

—tengo una semana de vida—Taehyung la miró petrificado. Claro, había estado tan ocupado con los arreglos del restaurante, con la boda junto a su doncel, estaba tan sometido en sus propios problemas que no había notado lo delgada que estaba su jefa, lo pálida y su rostro demacrado. Hyuna le sonrió cuando alzó su mano y su vista tembloroso derramó lágrimas acariciando la mejilla de la mujer qué le había demostrado más amor que su propia madre.

Hoseok soltó un sollozo que no podía contener más.

—¿Está bromeando Noona?—dijo Jeon tomándola de ambas mejillas. El sonreía pero sus ojos lloraban intentando procesar la situación. La mayor negó tomándole de las manos—¡Es una broma, seguro que es una broma ridícula, una de esas que….!

—moriré Taehyung—dijo ella dándole una sonrisa tan hermosa qué el no pudo contener un gemido de lágrimas abrazándola con todas sus fuerzas. Kim sonrió acariciando la espalda del chico tan tonto e inocente que había conocido.

Hablaron por horas, lloraron y ella pidió como último deseo:

—no le digan a Jimin, no hasta qué este internada.

A si fue con ella pidió. Habían pasado tres días, donde Jimin vivía su vida como un adolescente enamorado con su ahora novio y padre de su hijo. Jungkook hacía todo lo posible por tener una vida dulce con su doncel. Ambos solo querían vivir lo que en el pasado no pudieron darse.

La madre de Taehyung fue la primera en ver a su hermana internarse. La familia estuvo presente, y Yoongi fue el primero en ser notificado. Yoongi había tenido una pelea en su cabeza por decirle al doncel sobre la condición de su madre, pero era un deseo que tenía que respetar.


—te veo pálido ¿Estás bien?—Seokjin pregunto dejando unos papeles en la oficina del mayor. Kim no solo era un doncel hermoso, también era el secretario de Jeon.

—¿Lo dices con sarcasmo o como una pregunta?—el menor soltó una suave risa—contigo no sé si sentirme bien o molesto—ignoró la risas divertidas del blondo.

—¿Por qué siempre me tratas a si? Sabes que yo te quiero mucho—empatizó con diversión. Jeon le miró impasible—es una pregunta.

—la mamá de Jimin está muriendo y no sé si decirle o callarme como su última voluntad—dijo apartando su mirada. Kim hizo una mueca de asombro y tristeza.

—vaya, eso es duro. Deberías aceptar el último deseo de ella. Tal ves tiene sus razones—dijo con seriedad—por cierto, hoy no tienes cita. Y puedes comer a gusto ¿Podemos ya sabes?—el mayor le miró. El blondo sonrió cuando Jeon se alejó con su silla palmeando sus muslos. Kim se acercó sentándose en los muslos del mayor—ah que suave eres—dijo abrazándolo como peluche.

Yoongi no dijo nada, sólo dejó que el menor le abrazara y le besara todo el rostro. Tal ves Kim no solo era alguien que le molestase, o simplemente le sedujera. Seokjin era tierno y a veces parecía una diva sin control, pero era un doncel hermoso y uno qué le gritaba que estaba enamorado de él.

—¿Por qué no me tocas?—dijo tomando las mejillas de Jeon. Yoongi le miró, esa mirada era inexpresiva, y una qué a Kim le encantaba.  

Nadie estaba autorizado de entrar a esa oficina, ni siquiera las secretarias. Ni el personal o los directivos. Solo un blondo que era el secretario personal y también su compañía. Yoongi podría parecer cruel en besar a un doncel que no imaginaba en sus brazos; pero si Kim podía arrancarle lo que sentía por Jimin. Entonces abriría sus brazos y lo dejaría contemplarlo.




Todo eso había pasado tan rápido. Jimin no podía creer qué su madre estaba pérdida y que justo ahora enfrente de el este Taehyung mirándole con una fuerza impresionante por contener sus lágrimas.

—¿Y bien? Sabes de madre—insistió buscando repuesta.

—Jimin…Noona, Noona está en el hospital—el menor abrió sus ojos confuso.

—¿Qué? Que paso, dime…en qué hospital—dijo preocupado. Taehyung le detuvo cuando giró para salir de la cocina.

El personal se miraba entre si y algunos se había alejado dando el espació.

—¿Qué ocurre? Déjame ir con mí madre.

—¡Jimin, Noona tiene cáncer!—el blondo le miró con rapidez demostrando su rostro consternado—ella me dijo que no te dijera nada. Pero ella, ahora mismo está el hospital del cáncer.

Park retrocedió soltándose con brusquedad. Taehyung quiso acercarse pero el menor se alejó saliendo de la cocina.  Hoseok estaba por entrar pero el menor se aparto cuando el blondo salió entre lágrimas. Taehyung quiso decir algo pero estaba asustado y preocupado.

—llamare a Jungkook. Ahora mismo, por favor ve y pide qué se vayan—el menor abrió sus labios, pero el mayor se alejó con su celular el manos. Hoseok miró a los clientes; no eran muchos, pero eran varios los que apenas habían tomado su orden.

Sería descortés pedir cerrar cuando apenas empezaban la jornada.


El celular del profesor Jeon había sonado. Los niños de quinto grado estaban anotando lo que el mayor estaba escribiendo en la pizarra. Soobin se había quedado en la silla del mayor mirando a los niños más grandes. Yeonjun bufó cuando pudo ver al niño enfermo en la silla de su profesor.


—¿Entonces quien quiere pasar a resolver esta ecuación?—preguntó el mayor terminando su escrito.

—¡profesor, su celular está sonando!—dijo una niña alzando su mano. Jungkook agradeció mirando el dispositivo en el escritorio con la pantalla encendida. El número de Taehyung aparecía en la llamada entrante. Los niños grandes aprovecharon cuando Jeon salió del aula tomando la llamada.

Todos empezaron a jugar o hacer ruido. Yeonjun se levantó de su asiento caminando aburrido hasta el niño qué le daba asco por su problema de autismo. No entendía por qué le caía mal, pero si le repudiaba verlo. Soobin lo ignoró, el pequeño solo miraba la pizarra analizando los números.

—¡oye niño gay!—dijo Choi. Jeon seguía en su vista perdida—¿no me has escuchado?

—no ves que es enfermo—dijo una niña mirándole mal. Choi chasqueo su lengua, y los niños de su grupo se acercaron.

Soobin pudo sentir la presión en el salón por los niños grandes. La pequeña de acercó para defender al niño bonito de ojitos saltones y azules.

—¿Y tu que niña?—Choi empujó a la niña sacándole un jadeó—¡Es solo un gay míralo!

—¿y que es un gay?—preguntó uno de sus amigos. Claro que eran niños apenas tenían doce años.

—ah…—Choi no supo que decir, pues según él, era un insulto ya que sus vecinos eran pareja entre dos hombres y su padre siempre decía: que asco esos gays. Por eso se imaginaba que era un buen insulto—por que se escucha genial—se encogió de hombros obteniendo un sentimiento de sus compañeros. 


—¡no tiene sentido que digas eso!—dijo Soobin obteniendo la atención de todos los niños. El niño Jeon no hablaba, ni siquiera en clases con su padre.

—¿por qué? Tu eres gays—rio en su inocencia. Aún que Choi no lo era en absoluto. Soobin le miró con sus ojitos azules provocando timidez en el niño bravucón. La mirada de Jeon era hermosa y aún que las niñas se acercarán por qué era lindo; también habían niños que lo miraban embobados.

Eran solo niños en su clase, pero nunca los de mayor grado.

—y-yo también pienso eso—dijo un niño de cabellos largos y ojitos pequeños. Todos vieron al niño callado de la clase, y un nerds: Hwang Huening Kai—mis papás están juntos y mí papá doncel puede dar a luz a niños. Por qué el es un doncel, por eso pueden ser gays. Ahora está permitido eso—Choi apretó sus dientes ante la mirada aburrida del niño pálido. Kai no se dejaba intimidar, y mucho menos por el niño tonto de la clase—no le hagan caso, el es un tonto.

—¡Que dijiste!

Jungkook entró justo cuando los niños estaban por discutir. La reacción fue un susto repentino y todos en sus asientos. Jungkook negó ante la mirada molesta de Yeonjun, pues el niño le ignoró fingiendo demencia.


—¡la clase a terminado, todos a dirección y esperen a sus padres!—dijo confundiendo a los pequeños. Soobin no apartaba su vista de Yeonjun. Ese niño refunfuñaba tomando sus libros. Kai simplemente anotaba lo del pizarrón para luego tomar sus cosas y salir—¡los que tienen clase con la maestra Nha, por favor vayan a su aula. Los que ya salen de clase, por favor a dirección!—jungkook no demostraba lo pálido que estaba, pero en su interior lo único que quiera era tomar a su hijo y salir corriendo ante la noticia que le habían dicho.



)……..(


Jimin corría por el pasillo del hospital. Detrás de el estaba Hoseok con Taehyung. Park no paraba de buscar la habitación de su madre. Taehyung quería detenerlo y tranquilizarlo, pero Jimin no paraba de llorar.


—¡Mama!—exclamó abriendo la puerta donde estaba el número de habitación.

Se paralizó por completo ante la vista de los doctores y enfermeras que lo miraron al abrir la puerta. Hyuna reparaba con una máquina intentando mantenerse en vida. Los días eran una tortura, cada noche lloraba y vomitaba sangre; su avanzado cáncer le carcomida el hígado y el corazón.


Ya no había nada que hacer.


Fue tan duro para Jimin verla acostada en la camilla junto a máquinas. Sus ojos brillaron ante las lágrimas, y sus mejillas se humedecieron.

“!Recuerda enano, tú puedes!” 

“yo soy tu madre”

“Lo siento tanto hijo, yo solo quería ayudarte”

El doctor se acercó cuando el blondo dio un paso en falso derrumbándose entre lágrimas. Taehyung tuvo que intervenir junto a las enfermeras. Jung no podía, sentía que vomitaría por las emociones de tristeza.

Tanto tiempo había estado sumergido en su dolor por un hombre, por el dolor que pudo a ver sanado y sido fuerte. Debió refugiarse en su madre, en la mujer qué no dudo ni un minuto en darle trabajo cuando no tenía dónde vivir y estaba preñado.

Sus gritos alarmaron a los que caminaban por el pasillo. Sus llantos desgarraron a las enfermeras. Era duro ver a su madre tendida entre la vida y la muerte.


—¡Mamá!






Si han leído fallas de ortografía

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Si han leído fallas de ortografía. Pido perdón.
Pero quería subirla rápido.

:3 le daré unos días y luego la arreglate completa.

^^

Joshua.

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