Capitulo 6

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Estoy tocando en la plaza. Les digo algo esto ya se volvió una rutina. Se supone que esta iba ser la idea mas original y la forma mas romántica en la que le iba a contar a mis nietos como conocí a su abuela, y luego ellos iban a decir que era una tierna historia, y luego les iba a contar como me enfrente a slenderman, y luego dejarlos traumatizados a su corta edad. Pero esto no esta nada como yo esperaba, es decir ya llevo 10 meses y todavía no la encuentro. No creo que ella no pase por aquí, es el centro de la ciudad y una chica como ella, intrépida, agradable, social y que le gusten los Vinilos como los que venden en la tienda al final de la plaza, debe pasar por aquí. Pero aun así nada. Aclaro mi mente. Cierro los ojos.

Mis dedos se empiezan a mover y empiezan a soltar notas que hablan sobre el día de hoy, me recuerdan a ¿Nirvana, Foo Fighters, Pink Floyd? No lo se, ni siquiera puedo recordar bien las canciones. Estoy desesperado por encontrarla y sinceramente ya no quiero seguir con esto, pero la canción es especial y no debería tocarla tan temprano.

Sigue pasando la gente y hoy no siento que las pisadas lleven un ritmo con la guitarra o quizás sea al revés. Me esta molestando mucho eso, no creo poder soportarlo. No quiero seguir con esto tengo que terminarlo pronto, hoy no tengo muchas ganas de tocar, fue un día especialmente malo. Pero tengo que terminar como siempre.

Dejo la guitarra a un lado y me cubro mi rostro con las manos. Estoy desesperado, esta es mi pasión y se esta convirtiendo en mi tortura. No quiero y no puedo aguantarlo. Recuerdo que duraba horas y horas tocando y para mi solo fueron minutos. Recuerdo que me relajaba la música de mi guitarra aunque se escucharan los claxons de la hora pico, pero hoy con pocas pisadas me ha empezado a dar jaqueca y mi guitarra no esta ayudando en nada. Dejo caer mi espalda sobre el concreto y veo al cielo. No, no ayuda, maldita luz solar. Me acomodo otra vez y me recargo en la esquina de la pared. Estoy decidido que me quiero regresar a mi casa y acostarme. Pero antes tengo que tocar la canción. Me concentro lo mas posible e ignoro cada cosa que este en mi entorno, cierro los ojos y pongo mi mente en blanco y siento algo que va desde mi estomago hacia mi pecho y lo concentro ahí. Sostengo bien la primera nota y rasgueo.

Es una melodía hermosa totalmente inspirada en ella. Me hace soñar cada vez que la escucho, la mayoría de las veces me hace reír aunque algunas veces lloro cuando escucho el CD, un ejemplo quizás esta noche. Sigo rasgueando y siento que pierdo intensidad y me empieza a alterar un poco. Busco inspiración de ella y me siento presionado. Su humor, su carácter, su perfume... su perfume. Empiezo a retomarme e incluso me siento con mejor humor. Raras son las veces que recuerdo su perfume sin siquiera estar cerca de la carta. Sigo tocando y con mayor volumen con mayor intensidad pero sin perder la gracia que tiene la canción. Me levanto y siento como la gente se acerca y como sus pisadas no son dignas de cortejar a una melodía como esta. Como si se estuviera liberando y bailando intensamente, como si estuviera amarrada en un cuarto y luego fuera soltada y corriera, saltara y gritara libremente. ¿Que es eso? Me salgo de mi éxtasis en un instante sin saber porque pero sigo tocando. Es un tarareo. Es el mejor tarareo que he escuchado en mi vida, es tan increíble, tan idéntica a la voz de ella. quizás, si, no, ¿Enserio? No puedo creer que después de meses de búsqueda la haya encontrado. Su voz es dulce pero ¿Acaso no reconocería la letra de la canción al escucharla? quizás se haya confundido, o en el peor de los casos olvidado de la letra pero quizás ella lo recuerde. El tarareo se esta desvaneciendo, ella se esta alejando.

Dejo de tocar, levanto mi cabeza en busca de ella, no puedo ver a nadie moviendo la boca pero todavía puedo escucharla. Rápidamente meto mi guitarra en su estuche. El broche no quiere cerrar, lo fuerzo pero no cierra. En cualquier otra situación lo dejaría así pero ya he tenido un accidente así y en momentos como este de estar tan cerca no puedo arriesgarme a romper otra guitarra. Por fin cierra el maldito broche, pero ya no la escucho. Me levanto exasperado y empiezo a buscar entre la multitud su voz. Sigo caminando nervioso y con miedo de que esta sea mi ultima oportunidad. Camino dando pasos cortos, luego son largos, todos llenos de rapidez. Entonces empiezo a trotar caminando con todos los sentidos de punta con la sola y única intención de encontrarla. Siento que podría estar en medio de la calle y no ver un carro venir, no sentir como tritura mis huesos y ni siquiera enterarme de que morí por estarla buscando. Oigo un tarareo. Es ella la he encontrado. Empiezo a caminar rápidamente hacia donde esta la voz dulce y libre como la de ella. Empiezo a sentir el perfume en mi nariz y estoy mas que convencido de que es ella. Empiezo a darme cuenta donde estoy y me entero que he caminado un kilómetro buscándola. También me doy cuenta que la estación del metro esta cerca y ya no la escucho ni puedo encontrar su perfume. La perdí.

Entre Ruidos y Melodías (En Desarrollo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora