n u e v e

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Kermes escolar. El infierno de unos, el paraíso de otros.

Lisa y sus amigas se la habían pasado de un puesto de comida a puesto de comida, estaban seguras de que no habían dejado ningún platillo de comida sin probar.

Por su parte, Jennie, Momo y Irene había tratado, con poco éxito, de ganar la lotería mexicana que era organizado por Joy y Nayeon. Jennie había comprado también un algodón de azúcar para su hermano, quien le había pedido que le llevara algo.

Lisa y Jennie habían aprovechado la kermes para hablar un poco y participar en "juegos de pareja", un pequeño rally donde la inteligencia de la chica y la habilidad física de Lisa habían hecho que ganaran una semana de no formarse fila de la cafetería para poder pedir cualquier cosa que quisieran.

Ahora mismo se habían separado, Lisa se sento un rato a leer Harry Potter y la cámara secreta con sus amigos a su lado tratando de que la comida se asentará a sus estómagos, mientras que Jennie, Momo y Irene bailaban al ritmo de la música. Jennie le había deseado una dulce lectura, pero era imposible concentrarse en las letras en el papel cuando podía admirar lo feliz que se veía.

Las tres chicas se movían de un lado a otro mientras bailaban un popurrí de rock and roll en español, sus sonrisas amplias como nunca e inventado a la gente de su alrededor a unirse a su baile.

La Rubia sintió a sus amigos moverse a la pista y, al poco tiempo, terminó por dejar su libro de lado para unirse también, bailando torpemente al son de la música.

Jennie:

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Jennie:

¿cómo puedes desearme una dulce lectura para luego distraerme e invitarme indirectamente a unirme a bailar?

eso sí, no me malentiendas, eres una hermosa distracción

Lisa.

La chica de los libros | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora