❝𝐆𝐢𝐯𝐞 𝐦𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞❞ ━ KananMari

𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚 𝑰𝒔𝒔𝒖𝒆𝒔

"Adelante, llora niña pequeña
nadie lo hace como tú
se lo mucho que te importa
sé que tienes problemas paternales..."

"Familia"

Exactamente, ¿Qué es una "familia"?

Bueno, sea cual sea su significado, Kanan nunca lo había entendido.

Sin embargo, también existían demasiadas familias que podrían aparentar ser perfectas y amarse ante la sociedad, cuando en realidad tras esa delgada cortina se ocultaba una pesadilla que se vivía día a día.

Kanan había corrido con la mala suerte de ser víctima de eso.

Había nacido y crecido en una familia totalmente disfuncional, dónde nunca había prevalecido el cariño de familia, dónde nunca había podido dar su opinión por miedo a su padre, por hacerle caso a su madre para quedarse callada cuando su "progenitor" le hacía daño tanto físico como emocionalmente. Kanan no sabía lo que era el amor ya que nunca lo había recibido, y así había crecido, en un ambiente tóxico.

Todavía recordaba todas las escenas grabadas, escenas dónde sus padres eran los protagonistas, dónde solo podía escuchar gritos e insultos dónde se maldecían mutuamente.

Y todavía recordaba las reacciones que hacía cuando vivió esas cosas a tan temprana edad, aún cuando todavía era tan pequeña e inocente.

Tal vez fue el egoísmo del destino o simple casualidad, pero ella siempre había sido consciente de que su padre no la quería, y no solo por haber nacido mujer, ya que el quería un heredero varón, si no también porque había nacido con "eso" entre las piernas, lo cual provocó que el hombre sintiera total repulsión en cuanto la vio dentro de una incubadora a través del cristal del hospital.

Su infancia no fue la más normal y feliz como la de todos los niños. Su madre la "cuidaba" y su padre pasaba casi todo el tiempo fuera de casa, haciendose cargo de la empresa familiar, la cual un día ella tendría que heredar. Y que por cierto, era la mayor causa por la que era presionada cada día de su vida.

Cada día, cada que su padre tenía la oportunidad, le recordaba constantemente que si hubiera nacido varón "todo sería mejor", que no hubiera pasado por todos esos malos tratos e indiferencias por parte de quién bien tenía que darle amor y protección, le había dado todo lo contrario.

La pequeña Matsuura nunca había sido tan "femenina" como sus padres deseaban. Ella prefería los carritos, dinosaurios, juegos deportivos que eran considerados "solo para hombres". Hasta inclusive, su ropa no era vista como prendas de vestir femeninas que normalmente usaba una niña menor de ocho años.

A pesar de que su padre nunca le había llamado la atención por eso, ya que pensaba que era solo una etapa. Cuando la pequeña cumplió nueve años, su corta vida se acomplejo más de lo que ya estaba.