Y ahí estabas tal cual te imagine, fue inevitable el dejar atrás lo que parecía más seguro para envolverme en tus brazos que apenas se levantaron y percibir el sutil aroma de piel.
Disimulé, fingí que era igual para todos; el mismo eufórico brazo y la cálida sonrisa.
Pero mentí...
Mentí porque esta te pertenecía, la engendraste con el primer refilón
Y esas horas se fueron llenando de ti...
Sí, lo admito, no fue lo que lo que idealice, pero fue mejor
Porque te conocí; puse atención a tu mirada discreta, la tosquedad de tus actos, la risa escandalosa que tanto me encanta
Verte ahí, en ese instante, así fuera minuto, valió cada kilometro
Y para cuando la noche cayo, el primer desacuerdo entre ambos no basto
No basto para alejar nuestros labios, nuestros cuerpos.
Las miradas de pestañeos cansados que se negaban a cerrarse
La brusquedad de tus manos y la fuerza de tu cuerpo, el incómodo momento más perfecto
Y en esa tierra mágica, colina abajo, entre las ramas quemadas admirándote supe que te amaba, realmente te amaba
Amo tu forma insípida de manifestar lo que guardas
Amo la furtiva mirada entre ambos y la sonrisa que nace de ellas
Amo contemplarte y buscarte
Amo necesitarte
Te amo
Y está bien si ya no quieres decirlo más, permite a mis medios aparecer, ahogarme y quemarme por ti
El infierno del fuego que me consume.
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INCONGRUENCIAS DE UN DRAGÓN MASOQUISTA
De Todo-Relatos, poemas y anécdotas de un dragón malhumorado.