_Kokonoi Hajime_

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#8: Satoru Sadao x Kokonoi Hajime

Título: Mí buen amor.

Advertencia: Kokoinui, SatoKen

Ua: Bonten.

🐕🐕🐕






          Era un día lluvioso, bastante oscuro y triste. Un pelinegro de largos cabellos y ojos grises observaba fijamente la lluvia caer sobre la gran ciudad, desde el último piso del enorme edificio de 50 pisos de la empresa Bonten.
Su mirada estaba apagada, sin ningún brillo en esta. El paisaje era gris a sus ojos, aterrador y melancólico que le hizo recordar un momento en su adolescencia que disfrutaba de la lluvia. Ahora ésta solo le pone triste.

¿En qué línea de tiempo fue feliz? Ya ni lo recuerda.

La puerta de su oficina fue tocada, él dio el permiso para que esa persona entrara y al escuchar silencio se giró para ver a Kokonoi con una bandeja de té en sus manos.

—Supuse que estarías aquí. La lluvia no te deja dormir ¿No? — saluda con un pequeño monólogo de lo que conoce de su jefe.

—En realidad me arrulla para dormir, solo es molesto por las lágrimas...

—Duermes mucho. — regaña con un tono de voz preocupado mientras deja la bandeja sobre el escritorio. — Se extraña bastante tu presencia.

—Están mejor sin mí. — le resta importancia con su mano. Teme encariñarse, estar cerca de ellos, que algo malo les pase y deba perder nuevamente a quienes quiere.

Koko colocó su mano sobre la de su jefe de forma suave. Ambos de miraron a los ojos y Satoru pudo percibir la calidez con la cual él albino lo miraba. No mentía, su presencia se extrañaba bastante por la compañía. Sanzu necesita que su jefe le dé el visto bueno constantemente de sus acciones, Kakucho está preocupado (demasiado) por su salud, Touya siempre que quiere hablar con él está durmiendo, los Haitani prefieren estar afuera por lo aburrido que se volvió el edificio sin él y Mochi comenzó a cocinar especialmente para él para que pueda mejorar su alimentación, Takeomi aunque no lo diga también lo espera, es su jefe y lo siente como un hermano menor al que debe proteger.
Él no se da cuenta, pero tiene a muchos preocupados por él y su bienestar, incluido Koko que fue su amigo desde tan pequeño.

—Date un tiempo para pasear por las instalaciones al menos. — propone suave, tomando entre sus manos la de su jefe para besar la palma con delicadeza. Se sentía cálido. — No somos las mejores personas, pero nos comportamos como una familia gracias a ti.

—... Lo pensaré. — murmura. Desvío su vista hacia la ventana para ver las gotas de agua impactar contra el transparente material y por un momento lo recordó a él. — ¿Extrañas a alguien?

— ¿Cómo dices? — pregunta.

—Extraño a Ken y a Izana... — confiesa melancólico. — Aún escuchó los disparos durante mis sueños, la escena se repite constantemente en mí cabeza. Si Izana no se hubiera metido yo habría recibido esos disparos, él...

—Satoru. — llama Koko.

—También extraño escuchar su voz... Con Ken siempre peleábamos, pero cuando decidíamos amarnos... Extraño esa calidez que me hacía sentir, poder besarlo, decir que... Es mío.

—... Yo extraño a Inui. — confiesa cabizbajo. — Pero, aunque lo extrañe, sé que así como estamos es lo correcto. Él pertenece a un mundo diferente al mío. Ángeles como ellos no pueden volar en el infierno con nosotros, jefe.

—... Es cierto... Me pregunto si estarán trabajando con este clima... — se cuestiona para él mismo antes de tomar su taza y llevar el borde de esta a sus labios para beber un poco de su contenido. — ... Té de yerbas.

—Muy bueno para dormir. — informa con una pequeña sonrisa.

—Primero quieres que esté más activo y luego me vienes con este tipo de bebidas, no te entiendo. — bromea sin realmente ganas de hacerlo. Es una broma seca que a Koko le sacó una sonrisa.

—Podrás verlos a todos luego de descansar. — sugiere sin borrar su sonrisa. Había algo en el pelinegro que siempre le ponía de buen humor. Aún con esa mirada apagada y ese gesto serio, Satoru sabía cómo poner cómodos a sus invitados. — Se pondrán muy contentos, los Haitani harán un alboroto cuando te vean, de seguro a Sanzu le da un infarto y Mochi tal vez corra a la cocina a prepararte algo para comer.

Relata muy emocionado. Satoru lo miró fijamente antes de bajar su mirada a su taza dónde pudo ver su reflejo, hizo una mueca al no reconocerse y bebió de golpe todo su contenido.

—Me voy a dormir.

—... Si, ya es hora ¿No? — su sonrisa se borró. Había durado mucho menos que la vez anterior, eso preocupaba a Koko. Solo esperaba que las horas de sueño no se extendieran por culpa de esas hierbas. — Me iré retirando...

Satoru observó el paisaje con melancolía. Ya no veía el rostro de su alma gemela, sino que veía a los de sus colegas que esperaban por él. Esta es su nueva realidad, todos son felices y tienen sus vidas resueltas, él tiene que hacer lo mismo en algún momento. Respiró hondo esperando no arrepentirse luego, pero ahí estaba, deteniendo a Koko con su voz.

—Dile a Mochi... Que me espere con katsudon... — comenta con vergüenza su platillo favorito.

Hajime quedó helado por aquel pedido antes de que su corazón comience a latir de forma desenfrenada. Asintió y aceptó aquel pedido antes de irse de ahí con una gran sonrisa y mucha emoción en su cuerpo. No puede esperar a contarle a todos que compartirían la tarde con el jefe.

Mientras tanto Satoru observaba fijamente el paisaje de la gran ciudad cubierta de agua. Ya no sentía tanto frío, ahora tenía ganas de descansar correctamente para pasar tiempo con su nueva familia.

Familia... Eso suena muy bien.



🐕🐕🐕

[N/A]: Me dan ganas de llorar con el Satoru de Bonten, ta chiquito 🥺

𝐉𝐚𝐛𝐛𝐞𝐫𝐰𝐨𝐤𝐲 || ꜱᴀᴛᴏʀᴜ ꜱᴀᴅᴀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora