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Me quedé aproximadamente unos minutos observándola.

Ya era muy evidente que la figura misteriosa que acababa de describir se trataba de Ganyu.
Ella estaba sentada en el borde de aquel inmenso lago, que ni siquiera parecía tener fin.

La peliazul tenía en sus manos unas lindas flores, que parecía observarlas orgullosamente.

Palpó el agua helada con sus dedos y observó al inmenso cielo pensativa, susurrando algo que no alcancé a escuchar.

Aunque tampoco me dió tiempo a escuchar nada más, ya que se levantó y se dirigió al lugar donde estaba yo.







Entré en pánico.




No quería que me viese ahí ni en ese momento "espiándola" o mejor dicho, observándola sigilosamente. Aunque viene a ser lo mismo.

Así que corrí lo más rápido que pude y me oculté entre unos arbustos rojizos que parecían ser adecuados para que no me viera.

Por suerte, no avanzó más ya que se quedó debajo de un árbol.
Entonces, ví como sacaba unas dianas y empezaba a repartirlas en lugares determinados. No entendí lo que estaba haciendo hasta que ví que sacó un arco del mismo lugar del que sacó las dianas.

En el momento en el que quise apreciar más de cerca lo que estaba ocurriendo, me pareció extraño el hecho de que no podía moverme;

Mi ropa había quedado enganchada a unas ramas y por más que tiraba no conseguía salir de ahí.
Empezaba a desesperarme por una tontería y tiraba más y más fuerte intentando liberarme de allí, sin éxito.
No se ni por qué me metí en aquel arbusto pero de todas maneras quería salir de el ahora mismo porque tampoco iba a quedarme ahí tirada como una estúpida.

Unos minutos después, ocurrió lo impensable.


Un ladrón de tesoros, viendo la situación en la que me encontraba, se acercó a mi, y no parecía tener buenas intenciones..
En aquel momento, me encontraba indefensa y mi desesperación comenzaba a aumentar segundo por segundo.
Intenté gritar, pero no pude.

...






¿Acaso esta es la Keqing tan fuerte que la gente conocía?





















¿Si ni siquiera podía defenderse a sí misma, como iba a ayudar a los demás?




















Aquellas preguntas que formulé yo misma en mi mente me hacían sentirme horrible.

Por algún motivo empecé a encontrarme mal y veía borroso, sin embargo, cuando estaba a punto de cerrar los ojos, ví a duras penas como el ladrón de tesoros retrocedía y..


Una flecha helada aterrizó en su estómago.
Mis ojos se cerraron y aquella imagen que ví quedó grabada en mi mente como algo que jamás podría olvidar.
.

.

.

.

Desperté.
Cuando abrí mis ojos, ví como la peliazul, ganyu, me observaba impactada.

-K-keqing?! Estás bien?!

Apenas pude formular una sola palabra cuando Ganyu se acercó a mi buscando en mis ojos una respuesta, y dudando si de verdad había despertado.

La verdad es que aquello me puso nerviosa.

Al parecer, Ganyu me había llevado a otro lugar
Yo estaba tumbada en el pasto, mientras ella seguía mirandome sin que yo le hubiera dado una respuesta.

Intenté levantarme, pero un dolor exageradamente extremo en la zona de mis piernas me obligó a volver a tumbarme.

-No, no te levantes! Te vas a hacer daño.. Dijo ganyu poniendo sus manos sobre mis hombros-

Sacó una venda y cuidadosamente la colocó alrededor de mi pierna izquierda. Luego cogió otra y hizo lo mismo en mi otra pierna.

Se incorporó hacia mi analizandome.

-Dios mío... Estás llena de arañazos y tu ropa está rasgada.. ¿Que te pasó?

-Ehh, bueno... No sabría como explicarlo... Reí nerviosamente-

-Ven, vamos a curarte esos arañazos y ya me lo cuentas luego


Ganyu me agarró y me ayudó a ponerme en pie, me costaba mucho caminar con mis piernas heridas y sollozaba de dolor.

-Oh vaya... Parece que si te hiciste daño, espera..

La peliazul me montó en su espalda con agilidez y se dirigió a otro lugar que ella parecía conocer.

𝐀𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠𝐱𝐢𝐧 (𝙶𝚊𝚗𝚚𝚒𝚗𝚐) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora