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Aquello que me dijo la peliazul hizo que me sintiera mucho mejor.

Le sonreí y ella me miró tímidamente.
Cuando terminamos de desayunar, Ganyu me dijo lo que yo temía que mencionase:


-Keqing, no me dijiste que tenías que irte con alguien?

-No creo haber dicho eso...

-Pero... Dijiste que te habías perdido en esta montaña..

-Puede que lo hayas soñado-

Ganyu me miró algo enojada y confundida, y después preguntó:


-Vas a quedarte conmigo?



Aquella pregunta fue tan repentina que me dejó los pelos de punta.




-Bueno.. Si yo te molesto puedo irme ahora..

...

Hice un gesto de poner mi mano en el pomo de la puerta, pero Ganyu lo frenó.

-No...no me molestas, quédate aquí porfavor...


Su reacción hizo que me sobresaltara por completo, pero me callé para no alarmarla.


-Humm, perdón, no fue mi intención asustarte

-N-no pasa nada..

Suspiré y le propuse que salieramos afuera para dar un paseo, ella aceptó.

Esta vez no nos quedamos en la montaña, y fuimos más lejos aún.

En el camino estuvimos hablando de algunas cosas, por ejemplo, el hecho de que Ganyu tuviese tantas cosas medicinales se debía a que de pequeña solía caerse y hacerse daño muchas veces, entonces Preservadora le curaba.

También me contó como aquella caseta pasó a ser uno de los lugares en los que más tiempo pasaba en su infancia.

Me contaba las historias con un entusiasmo increíble, como si nunca nadie hubiese tenido la oportunidad de escucharlas, y yo me sentía feliz de poder hacerlo.
Yo no intervenía en lo que ella me decía, simplemente lo escuchaba y apreciaba.

Todo iba bien, seguíamos caminando sin rumbo fijo mientras conversábamos y contábamos anécdotas.

De repente, ella se adelantó un poco a mi con entusiasmo.

-Mira que lindas flores! dijo mientras me señalaba un campo entero de flores chingxin.

-Oh, si, son muy lindas jeje

Ganyu cogió dos flores, una se la quedó ella, y la otra me la dió a mí.

-Aquí tienes Keqing, un regalo por escuchar mis historias.

-Aww, no tenías que agradecerme nada-

-Bueno, igualmente, es para tí.

Puso la flor en mi cabello con una sonrisa muy tierna, acto seguido yo intenté hacer lo mismo, pero sin querer me acerqué demasiado a ella haciendo que Ganyu tropezara y nos cayesemos acabando yo encima suya.

-E-estás bien? Dije algo sobresaltada

Ganyu se empezó a reír a carcajadas y a mi también me entró la risa, y nos quedamos riendonos en el suelo como locas durante un buen tiempo.

Cuando ya habíamos parado de reírnos me levanté y le ayude a levantarse.

Cruzamos ese campo de flores chingxin y nos paramos un momento.

-Oye Keqing...

-Sí?

-He oído que estas semanas habrá una feria en la ciudad de Liyue, así que tal vez podríamos ir allí si te apetece.

-En serio? Pues me encantaría ir contigo.

-Ayyy que bien!!

Ganyu se acercó a mi y me dió un abrazo, yo le correspondí y también quedé abrazada a ella. La verdad es que sus abrazos eran los mejores, siempre se sentían tan cálidos que me hacían sentirme muy feliz.

Aquella tarde volvimos a la montaña Aozang. Estuvimos caminando alrededor del lago y la peliazul se acercó a mí y me preguntó:

-Te gustaría aprender tiro con arco?

-Ay.. Eso se me da muy mal..

-No te preocupes, yo te puedo enseñar

Dicho esto, Ganyu me otorgó su arco y puso sus manos sobre las mías, ajustándolas a como debían de estar puestas correctamente.

Luego me soltó y me indicó como debía de apuntar a las dianas, le hice caso y disparé.

-Wow! No está nada mal, seguro que algún día se te acaba dando mejor que a mí

-Que dices? Eso es imposible

-Bueno, nada es imposible

-Si tu lo dices...

...

Después de aquel día tan agotador volvimos a la caseta de noche. Yo me preparé mí cena y me senté a comer, aunque me pareció extraño que Ganyu no se sentase a comer conmigo esa noche.

-Ganyu! No tienes hambre?

No hubo respuesta a mí pregunta. Cuando fuí a ver, Ganyu se había quedado dormida.

Terminé de cenar y me fui a dormir, aunque me costó coinciliar el sueño. Ya era bastante tarde y aún así mis ojos no se cerraban.

De repente, escuché algo que provenía del lugar en donde estaba Ganyu.

Me levanté para ver que había ocurrido, aunque apenas veía nada por la oscuridad. Todo parecía estar en su sitio, así que me acerqué a Ganyu para ver si estaba despierta o no, pero

¿eh?


























Ganyu no estaba ahí.

𝐀𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠𝐱𝐢𝐧 (𝙶𝚊𝚗𝚚𝚒𝚗𝚐) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora