Capítulo 8: Determinación

112 12 2
                                    

Keller pasa su tarjeta de Selineth y entramos al lugar. Me encanta verlo vestido de traje, Astro ha sido muy amable al darle uno. Yo sigo atado a estos vestidos, hasta que no termine el año de prueba no puedo ni enfrentarme a PlanetFem. La palabra de Keller tiene más fuerza, porque él ha sido mujer más tiempo.

Olvidándome de todo eso, al fin voy a conocer a Asunseth, tengo tantos nervios ¿Será callada como dijo Suhal? No me importa, tan solo verla de cerca es lo único que me interesa.

Llegamos a la sala, la reunión parece tranquila. Lo que me preocupa es que se ve que hay muchos funcionarios, espero que el marido de Keller no se encuentre por aquí. Quisiera esperar un poco para que él lo enfrente. Hace escasos días volvió a actuar como él mismo, si ve a ese desgraciado manipulador, seguro va a retroceder el pequeño progreso que tiene.

—No te preocupes. —Astro pone su mano en mi hombro—. Keller está más concentrado en buscar el ContraADN que en cruzarse con su esposo.

Sonrío.

—¿Cómo sabías que pensaba en eso?

—Te conozco bien. —Sonríe también.

—Me gusta eso de ContraADN, estás contratado para ponerle nombre a todos mis futuros proyectos de inventor.

—Será un honor.

Mi atención deja de estar en Astro cuando al fin la veo, una melena ondulada y negra, ojos grandes, es hermosa.

Asunseth.

Ella se acerca al escenario y agarra un micrófono.

—Sean bienvenidos a esta gala —expresa con su melodiosa voz—. Espero disfruten el banquete. —Hace una reverencia con su enorme vestido, luego es escoltada por sus guardias para retirarse.

Bueno, no habla mucho porque siempre la siguen sus matones, tendría sentido en ese caso. Si tan solo podría acercarme y cruzar al menos unas pequeñas palabras, sería el hombre más feliz del mundo.

La sigo, pero Astro me detiene.

—Ten cuidado —aclara y me suelta, así que asiento.

Llego al pasillo, agarro uno de mis inventos y desmayo al que vigila la puerta. Creo que me pasé con la sobrecarga ¡Ah no, está bien! Tiro el objeto que ya no me funciona, luego entro a la habitación.

—¡Uf! Eso estuvo cerca. —Suspiro y me giro, sus enormes ojos me están observando, así que me sobresalto—. ¡Lo siento! —me disculpo rápido.

—¿Quién eres? —consulta.

—Yo... yo soy Elier ¡No llames a tus guardias! —pido de forma veloz, alzando las manos—. La verdad Valtec me dijo que podía conocerte, pero nunca más mencionó el tema y lo di por perdido.

—Elier es nombre de chico —susurra.

—Sí, lo soy, estoy en la iniciativa de castración.

—Oh, ya veo.

—Asunseth, yo... —Me acerco despacio—. Quería conocerte, sé que todos quieren hablar contigo y no debe ser novedad para ti, así que...

—Estás enamorado de mí —declara de repente y me sobresalto—. Me agradas. —Sonríe, entonces mi corazón se acelera—. Te daré un comunicador. —Camina hasta mí, toma mi mano, por lo tanto me estremezco, acto seguido pone el objeto en mi palma y cierra mis dedos—. Te llamaré.

AsunsethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora