Capítulo 21: La libertad requiere de sacrificios

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Regresamos a casa, escoltados por Alekei. Apenas entramos, me dirijo hacia el robot para tomar a mi bebé. La maquinaria entrega el análisis de su estado y es bueno, pero eso no remplaza a la calidez humana. Aun así, Ness se ve muy bien y feliz, entonces lo abrazo con el cariño que va en aumento. Ha crecido tanto desde la última vez que lo vi.

Astro camina por nuestro hogar, no hay ninguna reacción. Si había alguna esperanza de que recuperara la memoria viendo el sitio, pues acaba de morir.

—Muchos rebeldes han muerto —insiste el castaño—. No quedará impune, se la van a cobrar en grande, será mejor que nos apresuremos.

—No los traje aquí para que armen problemas —aclara Alekei.

—Tranquilo, hombre civilizado, los problemas vendrán solos.

—Tengo que conseguir una trasmisión lo antes posible —digo para seguir con el plan—. Si pudiera ir a un canal otra vez, pero Keller... —Al suspirar, termino por cambiar la frase—. Lo necesito tanto, sin embargo es imposible.

—¿Y dónde está ese tal Keller? —expresa sin importancia.

—En la cárcel —contesta Alekei—. En donde debe estar.

—No fue su culpa, fue una atrampa —lo defiendo, seré la voz de los que ya no pueden hacerlo—. Valtec debería estar ahí, no él.

—Pues vamos a buscarlo —exclama Astro.

—Eso es una locura —interfiere el coordinador.

—Si no vas a ayudar, será mejor que te calles.

Vale, Astro autoritario me mueve el piso.

—¿Pero cómo lo sacaremos? —pregunto mientras siento mis mejillas arder.

Sonríe.

—Esperaremos el revuelo.

—Quieres decir que...

—Sí, cambié de opinión, esperaremos el ataque de los rebeldes y lo usaremos de distracción.

De repente una alarma suena y las pantallas de emergencia se activan, mostrando una gran explosión en uno de los edificios de PlanetFem.

"Alerta, alerta, se le pide a todos los ciudadanos de HimnoVida permanecer en sus casas. Hay ataque de rebeldes en el día y en exceso, es peligroso andar por las calles, pero no se preocupen, la Guarda Proyectual velará por sus vidas. Alerta, alerta, quédense en sus casas..."

—Ahí está nuestra señal. —Sonríe Astro.

—No pueden... —Alekei se calla cuando mi amigo le entrega al bebé que me acaba de quitar—. ¿Pero qué?

—Tú, cuídalo —le ordena, toma mi mano y salimos corriendo—. Nosotros nos vamos.

—¡¡Regresen aquí, no me dejen con el niño!! —grita el coordinador mientras nos alejamos.

—¡¿Estás seguro?! —consulto entretanto voy detrás de él—. Dejar a Ness con ese hombre no me genera confianza, incluso aunque me haya ayudado antes, no sé.

—¿Acaso tienes otra idea? —consulta Astro—. ¡Necesitamos trasmitir eso, pero ya!

—¡¿Por qué lo harías?! —Alzo la voz—. Deberías estar con tus amigos, ayudándolos a ellos.

AsunsethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora