The Jeon's Case

O9: El origen del odio de Jeon Jungkook hacia los celulares

     Cuando Seokjin era un niño solía ser muy cariñoso, bastante simpático y saltarín. Recordaba levemente correr hacia sus tíos y demás familiares para abrazarlos, saludarlos con efusión y soltar gritos como todo infante ingenuo. También era abierto con sus pensamientos, le gustaba que sus padres supieran qué sentía y porqué, tenía un gran sentido de la comunicación.

     Pero eso cambió notoriamente cuando se enteró que era adoptado, que sus padres no lo eran biológicamente. Y, aunque no demostró lo mucho que le había afectado, lo cierto era que Seokjin se había acostado muy tarde por las noches llorando, sin entender nada. Solo tenía, quizás, doce años, y en su mente no dejaban de pasarse preguntas sobre la razón por la cual sus progenitores lo hayan abandonado, siempre se sintió culpable; "¿Y si no fui lo que querían?" Pensaba, "¿Y si no fui suficiente? ¿Y si mis padres murieron? ¿Y si buscaron otra solución?".

     Luego se dio cuenta que solo tenía una madre, que fue ella quién lo había dejado porque era muy joven para cuidarlo, que tuvo que abandonarlo para poder asegurarse de que viviera. Pudo, entonces, entender mucho más a la mujer que le había dado la vida, pero eso no impidió que su vida sentimental y psicológica se volviera un caos completo. Su actitud comenzó a ser retraída, ansiosa, poco confiada, antipático y asocial.

    Es por eso que nunca tuvo una pareja, y nunca se sintió cómodo con nadie. No le gustaba la sensación del miedo que le ocasionaba el ser abandonado de nuevo, aun si ese abandono tuviera una justificación como la de su madre. El amor se había tornado en algo peligroso, las relaciones lo eran también, porque amabas dejándote a la intemperie y vulnerable a cualquier cosa. Simplemente no podía encontrar a alguien con quien pudiera sentirse seguro, ni siquiera con amigos, y todo eso se reafirmó cuando en el trabajo ese compañero robó su trabajo, confió en él, en todos ellos, y todo había terminado en desastre.

     Seokjin entendió que las relaciones no eran para él, ni las más mínimas. Es por eso que la idea de relacionarse con Jeon Jungkook no le gustaba, le parecía incorrecto jugar con la confianza de alguien y hacerla creer algo que terminaría en una traición inminente, peor si fingía ser un interés romántico. Quiso aminorar el daño siendo solo un conocido simpático, no llegando a ser un amigo, pero sabía que cuando Jungkook se enterara que solo estuvo a su lado para arrestar a su tío y, prácticamente, arrancar de su lado a su única familia, todo sería rencor y dolor y él lo habría ocasionado.

     Sin embargo, cuando la capitana se enteró que Jungkook lo invitó a ver una película en su casa, lo obligó a aceptar y aprovechar así todas las oportunidades habidas para investigar la casa y vigilar de cerca a Hojoon. Así que ahí estaba, entrando a la mansión Jeon una vez más, ordenando sus pensamientos para hacerse creer a sí mismo que involucrarse con Jungkook era para un fin justificable. Pero su cerebro siempre se las arreglaba para recordarle que eso mismo había hecho su madre, que eso hacían las personas que buscaban estúpidas excusas para reparar un daño irreparable.

      Al dejar aparcada su motocicleta en el garaje de la mansión Jeon, se bajó con cuidado y dejó el casco sobre el asiento. Trató de arreglar sus despeinados cabellos para verse presentable, en tanto entraba a la casa por la puerta del lugar que llevaba al salón principal, dando un largo suspiro de resignación. Tal y como le dijo a Yoongi, ya estaba metido hasta el cuello así que debía tomar la responsabilidad de sus decisiones.

     Dio un par de pasos viendo todo a su alrededor, escuchando a las personas del servicio yendo de aquí para allá, limpiando y trabajando. Su caminar se detuvo al ver a Hojoon saliendo de algún pasillo de la parte trasera de la casa, con sus lentes de lectura y sosteniendo unos papeles engrapados. El mayor le vio también, y alzó una ceja cuestionando la razón de su presencia un domingo en la tarde.